¡Jesús ya viene! La historia de la tierra está terminando. ¿Has visto las señales? No nos referimos a las “señales de los tiempos” generales que todo cristiano invoca cada vez que hay un fenómeno meteorológico particularmente malo, un crimen o un accidente. No, sino a las señales celestiales que han estado advirtiendo a la tierra sobre su final que se acerca rápidamente. Grandes señales han sido dadas, y han sido claras, pero sólo aquellos que miraban hacia arriba podían verlas. Aquellos que sólo buscan señales en la tierra quedarán decepcionados. Recuerda lo que Jesús dijo:
Él suspiró profundamente en su espíritu y dijo: “¿Por qué pide esta generación una señal? De cierto les digo que a esta generación no se le dará ninguna señal”. (Marcos 8:12)
Y tampoco la actual generación malvada y adúltera recibirá una señal; no porque no haya señales, porque hay muchas, sino porque no las reciben. Por lo tanto, la destrucción repentina viene como un ladrón en la noche para ellos, y no escaparán.[1]
Pero los que no están en tinieblas no son sorprendidos como por un ladrón. Ellos saben la hora. Han estado siguiendo a Jesús en las escenas finales del juicio. El comienzo del juicio es descrito en la visión de Daniel, cuando vio a Jesús acercarse al Padre en las nubes:
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente…el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. (Daniel 7:9-10,13)
En el tiempo antes de que este evento ocurriera en el cielo, Dios dio las primeras señales del fin, anunciando la llegada del día del juicio en el sol, la luna, y la fenomenal exhibición en 1833 de las “estrellas fugaces” Leónidas, del tipo que la tierra aún no ha vuelto a ver. Sin embargo, su actuación al principio palidece en comparación con el acto final de ese gran drama del día del juicio conocido como ¡el Día de la Expiación! El sol, la luna y las estrellas se presentan de nuevo con papeles ampliados, y varios actores planetarios también se unen a ellos en el escenario celestial. Su presentación está en varias escenas que proporcionan las imágenes para el libreto de la escritura bíblica.
Este acto final es el resumen y la conclusión de toda profecía. Es el punto central, donde miles de años de guía profética llegan a su final práctico. Antes de que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, pueda regresar, Él debe terminar Su servicio sacerdotal en el cielo, y eso significa que Su misericordia para perdonar pecados necesariamente debe terminar. Los libros que se abrieron cuando comenzó el juicio en 1844 deben finalmente cerrarse y debe hacerse la declaración más solemne, cuando Jesús dice,
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apocalipsis 22:11)
¡Ese tiempo ha llegado! La misericordia ha terminado. Los libros celestiales están cerrados. Con la publicación de este artículo, “Elías” ha dado su último mensaje antes de que cese el detener de los cuatro vientos de Apocalipsis 7:1-3. El cuarto ángel que vino del cielo,[2] reporta con este escrito que el tiempo de sellamiento con el sello de Dios vivo ha terminado.[3]
En este mensaje, será presentada la actuación celestial. La escena 1 muestra que el Día de la Expiación, que comenzó el 22 de octubre de 1844, ahora ha terminado según el modelo de Levítico. La escena 2 trae al escenario a los dos testigos de Apocalipsis 11. Veremos allí un lapso a cámara rápida que muestra en días literales su muerte, resurrección y ascensión al cielo. La escena 3 abre el paso a los cuatro actores que llevarán a cabo su letal misión de Apocalipsis 9:15 en la tierra y muestra el pronóstico, cuando soplarán los cuatro vientos escalofriantes que finalmente desolarán la tierra y llevarán a la humanidad a la extinción. Y la última escena muestra la única señal celestial que Jesús mismo llama “grande y admirable”, la señal completa en los cielos de las siete postreras plagas juntas al mismo tiempo a la hora de su comienzo, que fue predicha hace más de un año y medio.
El día más solemne del año para los judíos era el Día de la Expiación, cuando el registro de sus pecados era borrado y el santuario era purificado. Era una ceremonia especial cuando la gente era convocada a descansar de su trabajo, reunirse y afligir sus almas. Esta auto examinación era una obra importante, pues las consecuencias eran graves:
Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo. (Levítico 23:29)
Era una obra del corazón que Dios deseaba. Él quería que confesaran todos sus pecados, porque si lo tomaban a la ligera y se aferraban a su rebelión, entonces morirían con su pecado. Para los judíos, el día se repetía anualmente, pero señalaba a un tiempo en que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote celestial, realizaría los mismos ritos en el cielo. La purificación del santuario fue un proceso complicado y serio que es descrito en Levítico 16, el punto central quiástico del libro de la ley.[4]
En el principio, cuando Adán pecó, Dios misericordiosamente le dio a él y a la raza humana subsiguiente, tiempo de prueba para reconsiderar sus acciones y elegir la vida. La obra final del sacerdote en el gran Día de la Expiación, muestra que el tiempo de prueba ha finalizado a medida que las decisiones de cada uno para la vida o la muerte—de seguir la Ley de Dios o hacer caso omiso de ella— han sido establecidas y se han hecho definitivas.
En nuestro último artículo, La batalla le pertenece al Señor, mostramos que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote celestial, arrojó el incensario en uno de los ritos de clausura al final del Día de la Expiación. Esto es descrito en Apocalipsis 8, y vimos la actuación celestial que tuvo lugar del 25 de mayo al 11 de junio de 2018. Cuando Mercurio fue arrojado de la mano de Orión a la tierra, las regulaciones que restringían la libertad de expresión en el Internet habían sido promulgadas tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo[5] en esas dos fechas, respectivamente.
Cuando Mercurio pasó por la mesa del altar de Tauro a principios de la sexta trompeta el 3 de junio, la oración de Elías fue dramáticamente contestada por el fuego con los actos de Dios en Guatemala y Hawai. Nunca es el deseo de Dios traer sufrimiento y pérdida, y Su paciencia es muy grande, pero Sus advertencias no son escuchadas, y las avenidas a través de las cuales Él puede alcanzar al mundo han sido despreciadas. La respuesta de Dios por el fuego significa que el último sacrificio para purificar el altar celestial ha sido ofrecido, como fue ilustrado con los ritos finales del Día de la Expiación en Levítico 16.
Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel. (Levítico 16:18-19)
Este acto de purificación del altar fue la última parte de la purificación del santuario, señalando que el fin de la obra de purificación había llegado. Los pecados tenían que ser confesados a Jesús antes de ese tiempo para poder ser purificados.
El rito final era cuando el sumo sacerdote confesaba los pecados del pueblo y los ponía simbólicamente en la cabeza del macho cabrío, que luego era llevado al desierto “por mano de un hombre destinado para esto”.
No obstante, recuerda, que este rito no era lo real, sino sólo una ilustración. El verdadero Día de la Expiación comenzó en 1844 y está terminando ahora. Pero ¿cuál es la señal de que termina ahora? Conociendo el tiempo, miramos al cielo, y vemos a los actores actuando conforme a la palabra de Dios. Sí, ¡incluso vemos las manos de Jesús sobre el macho cabrío!
Sin embargo, en ese momento, ¡no vimos esta maravilla! Lo que sí vimos, fue la hoz en la mano de Orión, y entendimos de ella, que ésta era la hora en que los cuatro vientos comenzarían a soplar sobre la tierra.
El 14 de junio de 2018, la hoz (la luna) llegó a las manos de Orión, donde permaneció sólo una hora y media. Debido a la solemnidad que rodeaba el final del Día de la Expiación, Dios ordenó a Su mensajero que cerrara los sitios web del ministerio del cuarto ángel ese mismo día como testimonio de que la gracia había terminado. ¡Ay para los impenitentes a partir de entonces!
Sin embargo, vimos el panorama más amplio, sólo después de que la secuencia celestial se hiciera realidad. Esa hoz en la mano de Orión era la luna, una de las dos grandes lumbreras que Dios usa en Su calendario de las fiestas para marcar el tiempo. Con estos dos guardianes celestiales del tiempo, Dios trazó el gen de la vida en el cielo. Jesús, nuestro Creador, usó las dos grandes lumbreras para esculpir el ADN perfecto, dejando su registro en el cielo, ¡y esas son las dos manos que son puestas sobre el macho cabrío!
Al llegar la luna a la mano de Orión, la escena celestial la destacó como una de las manos del Sumo Sacerdote. ¡Pero el Sumo Sacerdote tenía que poner ambas manos sobre el macho cabrío!
y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío… (Levítico 16:21)
¿Dónde está la otra mano?
El 21 de junio de 2018, después de siete días, Su otra mano es resaltada ya que el sol sigue el mismo camino hacia la mano de Orión. Así como una señal de la conmoción de los cielos acompañó el arrojamiento del incensario para señalar el final de la purificación del altar en el atrio interior, en el escenario celestial incluso la imposición de las manos sobre el macho cabrío fue mostrada.
Por lo tanto, es lógico que, si los cielos muestran las manos siendo colocadas sobre el macho cabrío, entonces el macho cabrío mismo también debe estar allí, esperando ser llevado por el misterioso “hombre destinado”, cuya identidad ha sido un acertijo antiguo para los estudiantes de la Biblia.
…, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto. (Levítico 16:21-22)
Sorprendentemente, ¡el telón de fondo del escenario ya estaba preparado con el macho cabrío en posición! Reorientando nuestra perspectiva, vemos al hombre designado, Auriga, ¡llevando a los dos cabritos para el Señor y a Azazel (y por supuesto también a la cabra madre) en sus brazos, estando atado, según el rito, a uno de los cuernos del altar por una estrella compartida! ¡Qué grande es nuestro Dios para escribir la solución en las estrellas!
A medida que el foco reflector del sol sigue al elenco celestial hacia adelante para el siguiente acto en el drama, el hombre designado es enviado con el macho cabrío sólo al oscuro desierto, sin la compañía de ningún otro cuerpo celestial más que las estrellas fijas mismas. Ahora es demasiado tarde para que más pecados sean puestos sobre Azazel, porque él ya ha sido enviado lejos.
Mientras esta imaginería era aún desconocida para nosotros, en nuestro foro privado, la gente se conmovió para confesar y arrepentirse de su fracaso en reflejar plenamente el amor de Cristo. Qué conmovedor para aquellos con ojos para ver, que nuestro gran Sumo Sacerdote aceptó nuestras confesiones y puso esos y todos los pecados anteriores en la cabeza del macho cabrío Azazel, representando a Satanás. Ahora, él lleva la culpa de todos los pecados que han sido llevados al santuario a través de la confesión y el arrepentimiento.
Al mismo tiempo, vemos que esa fue la última oración de intercesión de Jesús por los pecadores. Su ministerio sacerdotal ha terminado como se explicó en nuestro artículo anterior. Así pues, con ese acto, se pronunció la sentencia final para los impenitentes.
Después de que el foco reflector deja el altar en el atrio interior, la siguiente escena continúa con la escritura bíblica de Levítico 16. El Sumo Sacerdote tenía que regresar al santuario para cambiarse Sus vestiduras.
Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos [reales] saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo. (Levítico 16:23-24)
Jesús se habrá cambiado Sus vestiduras sacerdotales y puesto Sus vestiduras reales para el 11 de julio de 2018, cuando el sol esté en el segundo gemelo. Esto está simbolizado por el sol—el Sol de Justicia— que se mueve a través de la constelación de Géminis, los gemelos. Citando de BiblicalAstronomy.com:
El nombre hebreo del signo y constelación Géminis es Thaumim, que significa unido. El tema principal de este signo es el reinado del Mesías como Príncipe de Paz. Esta constelación retrata varias figuras bíblicas, dependiendo de las circunstancias. Puede retratar al Padre con Su Hijo sentado a Su mano derecha; o al Mesías con Su novia; o la doble naturaleza del Mesías, viniendo a sufrir para redimir a Su pueblo, y luego para reinar como Rey. [traducido]
El primero de los gemelos en ser resaltado por el sol, representa a Jesús, todavía con Su atuendo sacerdotal, mientras que el segundo de los gemelos Lo representa con Sus vestiduras reales. De este modo, el sol destaca la siguiente parte del modelo Levítico:
Al ponerse Su vestimenta real para el 11 de julio, es claro que Jesús está a punto de traer los juicios sobre la tierra poco antes de regresar con majestad y poder como Rey de reyes. No se confundan: el sacrificio descrito después de Su cambio de vestiduras en el versículo anterior fue el sacrificio perpetuo de la tarde, como se señala en el Comentario Bíblico:
24. Lavará luego su cuerpo. Aarón se había relacionado con el pecado. No había quedado contaminado hasta el punto de necesitar ofrecer un sacrificio por el pecado. Sin embargo, debía bañarse, después de lo cual debía ponerse sus vestimentas áureas. Luego ofrecía el holocausto vespertino habitual, tanto para su persona, como para el pueblo. Con esto comenzaba el ciclo de las ceremonias religiosas de un nuevo año.
Retrocediendo para abarcar toda la escena, vemos la transición ilustrada, por un lado, Orión como Sumo Sacerdote, da paso por otro lado a Leo, el Rey de reyes que se acerca, ambos destacados por los cuerpos celestes el 11 de julio de 2018.
La fugaz luna en la mano de Orión resalta la obra finalizada del Sumo Sacerdote, mientras que Venus, el Destructor, es el precursor de la venganza de Leo como el Rey de reyes.
Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. (Isaías 63:4)
Hicimos todo lo que pudimos por aquellos que despreciaron la misericordia hasta que fue demasiado tarde. Ahora sólo la muerte espera a aquellos sobre quienes se encuentra el pecado. Al pecador obstinado, Pablo le dice palabras claras:
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Hebreos 10:26-31)
La expiación ha terminado, y los libros del Juicio Investigador están cerrados. Las señales celestiales que dan sus advertencias han cesado, para dar lugar a las señales de destrucción. Como los cuerpos celestiales han salido de la escena celestial en el altar de Tauro, sólo nos queda una triste tarea: mostrar que la misericordia no tiene nada más que ofrecer a los que han elegido a este mundo.
La historia de los dos testigos es un verdadero drama, con tragedia y un reavivamiento alegre. Los dos testigos son (entre otras cosas) una personificación de la Palabra escrita de Dios.[6] Esta representación es adecuada debido a la estrecha relación entre los autores y los escritos. Sin embargo, es importante reconocer que son símbolos de los escritos, no sólo de la Biblia, sino especialmente de los escritos del cuarto ángel que descendió del cielo para iluminar la tierra con el glorioso mensaje en las estrellas. Ese mensaje fue dado al mundo a través de nuestros dos sitios web, y verán cómo la historia de los dos testigos está íntimamente asociada con el estado de nuestros sitios web. Aunque el hombre ha rechazado las impopulares verdades presentadas aquí, Dios da testimonio a través de Su propia creación y de la Palabra escrita, de que este mensaje es de origen celestial, y no es comparable a ningún otro que los hombres puedan proclamar. Este mensaje contiene el sello de Filadelfia, y nadie que haya fallado en recibirlo puede permanecer hasta el fin sin experimentar la muerte.
Aunque muy diferente a la escena 1 ¡esta historia es contada en el cielo durante el mismo marco de tiempo y en la misma región del cielo! La introducción de los dos testigos en Apocalipsis 11 prepara el escenario para la escena celestial:
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. (Apocalipsis 11:1-2)
La Biblia traza una línea bien definida que demarca hasta dónde llega el sellamiento del pueblo de Dios, representado aquí como una “medida”, que se extiende hasta el altar, pero no incluye el atrio exterior. En el escenario celestial, podemos ver claramente esta división desde la línea donde la Vía Láctea cruza la eclíptica. En el lenguaje de los astrónomos, esta línea se llama el ecuador galáctico. A un lado de la línea está el atrio interior con el altar y el templo, mientras que al otro lado de la línea está el atrio exterior.
Cuando el sol cruza ese límite, significa la terminación de la oportunidad de ser sellado, porque abandona el altar de Tauro, donde tuvo lugar el último sellamiento, y se traslada a Géminis, el patio exterior no medido. Los cielos se leen siguiendo al sol a medida que entra y activa cada constelación en su tiempo. Como vimos anteriormente, eso significa que el tiempo de sellamiento ya había terminado una vez que el sol cruzó el ecuador galáctico el 21 de junio de 2018— el verdadero Pentecostés de este año y también el día del solsticio.
Yo les daré poder a mis dos testigos, ellos profetizarán durante mil doscientos sesenta días, vestidos de luto. Estos testigos son los dos olivos y las dos lámparas que están ante el Señor de la tierra.. (Apocalipsis 11:3-4 PDT)
Los dos testigos son descritos como personas, pero también son simbolizados por olivos y candeleros, porque son ungidos y llenos del Espíritu Santo. La Biblia describe a estos dos testigos como estando ante el Señor, quien es el gobernante supremo sobre la tierra. En los cielos, Dios está en Orión, tanto literalmente en la Nebulosa de Orión, como figurativamente a través de la representación del trono de Dios y del Concilio Divino por las tres estrellas del cinturón. Los gemelos de Géminis, de pie junto a Orión, simbolizan a los dos testigos en los cielos, estando ante el Señor.
Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. (Apocalipsis 11:5-6)
Mostramos en El testamento, cómo los dos testigos abarcan no sólo la Biblia, sino también la obra del cuarto ángel en los escritos del ÚltimoConteo.org y GranjaNubeBlanca.org. El fuego que sale de su boca representa las advertencias que dan de los juicios de Dios sobre los malvados. También se dice que tienen poder para detener la lluvia y convertir las aguas en sangre. En cuanto a la sequía, como era en el tiempo de Elías, así también el cielo está cerrado ahora, para que no llueva en el tiempo de su profecía. Sin embargo, no malinterpreten: todo el poder atribuido a los dos testigos debe entenderse como sinónimo de causa y efecto. La apostasía de Israel era responsable de la falta de lluvia,[7] pero era equivalente a decir que Elías tenía el poder de detener la lluvia.[8]
De manera similar, la lluvia tardía ha sido retenida durante los últimos ocho años de la predicación de los sitios web ÚltimoConteo.org y GranjaNubeBlanca.org. Sólo llegó a los pocos que pertenecen al actual Elías, y el 21 de junio de 2018—el verdadero Pentecostés según el calendario de Dios— fue derramado un gran torrente de lluvia. Este artículo da testimonio de ese torrente.
Cuando consideramos el poder de los dos testigos para convertir específicamente las aguas en sangre, reconocemos una clara referencia al desciframiento de la segunda trompeta, tal como se publicó en la serie La conmoción de los cielos. Fue Mercurio quien se disparó como una bala a través de los dos peces de Piscis, infligiendo una herida mortal que hizo brotar sangre roja el 6 de marzo de 2017, como ilustró Marte, el planeta rojo. Al hacerlo, un tercio de las criaturas marinas que nadaban alrededor de Acuario fueron muertas, tal como dice la segunda trompeta.
Ese episodio es recordado en relación con los dos testigos, que también tienen que morir, y son los mismos actores celestiales los que realizan la escena.
Cuando hayan acabado [literalmente, “estén por terminar”] su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. (Apocalipsis 11:7)
Los dos testigos llevan la palabra de Dios al mundo, así que cuando mueren, es una gran tragedia. El registro bíblico es que ellos murieron como resultado de la guerra con la bestia del pozo del abismo; que definitivamente es Satanás. El testimonio de la triste causa es registrado también en el cielo:
Para verlo, nuestra atención debe centrarse en la oscuridad del lado opuesto del escenario celestial, donde el humo del pozo del abismo todavía arde junto a Sagitario, la quimera y la mantícora. Las langostas de la quinta trompeta fueron descifradas como teniendo conexión con esta bestia a través de sus descripciones históricas multiculturales que corresponden con el lenguaje bíblico. Vemos que Saturno, representando al ángel caído, Satanás, gobierna sobre ésta, para llevar a cabo su acto diabólico en oposición al Sol de Justicia.
Satanás está en guerra, lo cual se demuestra por el hecho de que el planeta de guerra, Marte, está en Capricornio, el octavo rey. Él odia a los dos testigos, y hará todo lo que esté en su poder para matarlos. Durante la Revolución Francesa, luchó contra ellos quemando Biblias y llevando a la gente a aceptar el ateísmo. Sin embargo, hoy en día, mientras que los ataques contra el sitio web también son comunes, él hace su guerra de manera menos directa. Usando la debilidad de los autores humanos a su ventaja, pudo vencer y matar a los dos testigos— aunque sólo por un momento. ¡El Señor triunfaría al final en un gran derrocamiento de la aparente derrota!
Mientras tanto, su muerte es representada por los planetas cerca del sol. La escena tiene lugar rápidamente, con Mercurio volando como una bala de nuevo, golpeando a los gemelos menos de seis horas después de que la luna negra del 14 de junio estaba en la mano de Orión.
Una vez más, no teníamos conocimiento de estas señales en ese momento, ni anticipábamos que la muerte de los dos testigos podría ser registrada en el cielo, sin embargo, en la misma hora de la conjunción del planeta mensajero con la luna nueva egipcia (astronómica), el mensajero mismo, John Scotram, cerró los sitios web ÚltimoConteo.org y GranjaNubeBlanca.org al público, por orden de Dios. El equipo y muchos miembros del movimiento cerraron sus cuentas en las redes sociales en las horas siguientes, mientras la oscuridad de la muerte permanecía sobre los dos testigos.[9]
Sus cadáveres estarán en la calle de la gran ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. (Apocalipsis 11:8 NBLH)
De hecho, Géminis se encuentra a lo largo de la “calle” eclíptica por donde viajan los cuerpos celestes. Géminis es también el signo que el mundo asigna al mes de junio, cuando, siendo que es designado como el mes del orgullo gay, los sodomitas tienen su momento álgido con innumerables desfiles anuales, ostentando audazmente la marca de la bestia en sus manos, frente y en otros lugares. Ambos testigos habían atormentado a tales personas por su propia existencia durante todos los años de su predicación, y aquellos que no prestaban atención a sus llamados al arrepentimiento estaban ahora bailando en éxtasis porque vieron a sus atormentadores muertos.
La luna nueva egipcia pasó sobre los testigos muertos como la oscuridad que cubrió a Jesús en la cruz. Al mismo tiempo, Orión, representando a nuestro Señor crucificado y rechazado, abandonado por el mundo, está de pie con Sus manos levantadas mientras confiesa, sobre el macho cabrío, los pecados que han sido traídos ante Él.
Toda la sangre—todos los pecados de los que el santuario tenía registro, que el pueblo de Dios había confesado— no estaba sobre los dos testigos, sino sobre el macho cabrío. El planeta rojo, que representa la sangre, lo atestigua a medida que está en la cabeza de la cabra de la eclíptica, Capricornio, durante la muerte de los dos testigos. Cualquiera que no trajo sus pecados al santuario a tiempo, tendrá que cargarlos solo (hasta la muerte) y sería separado de la congregación del pueblo de Dios.
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. (Apocalipsis 11:9-10)
Tres días y medio después de la muerte de los dos testigos, y Mercurio se centra en el primer gemelo. Sin embargo, sus cuerpos no fueron puestos fuera de la vista en una tumba, sino que los sitios web continuaron testificando con su forma sin vida a través de la página principal. Simplemente yacían muertos e inconscientes en la Autopista de la Información del gran Egipto del siglo XXI, durante el mes del desfile del orgullo de Sodomía, donde también nuestro Señor, representado en Orión, fue crucificado espiritualmente por el rechazo.
El siguiente mensaje fue mostrado junto con el recuadro de inicio de sesión:
“Este sitio está desactivado porque la puerta de la gracia fue cerrada el 14 de junio de 2018.”
Pero después de [otros] tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. (Apocalipsis 11:11)
Después de un total de siete días que habían pasado, los testigos seguían muertos, y no esperábamos volver a ponerlos en línea ese día. Pero mientras estábamos en el templo esa tarde reflexionando sobre las señales, el Señor derramó Su Espíritu y reveló un gran misterio a través de las estrellas. Para entonces, Mercurio había alcanzado al segundo gemelo y resaltado la hoz en su mano, aunque no reconocimos su aplicación a los dos testigos. Era cerca al tiempo del sacrificio de la tarde, y en la alegría del descubrimiento, el gran Dador de la Vida revirtió la sentencia sobre los sitios web, y ordenó que fueran resucitados rápidamente. Así, el hermano John obedeció inmediatamente ¡y el Espíritu de vida entró en ellos en ese mismo instante en nuestro templo!
Los dos sitios web habían sido desvinculados de YouTube y Facebook cuando fueron desactivados, y ya nada estaba alojado en otras plataformas. Así, ellos se levantaron sobre sus propios pies, cumpliendo exactamente con la descripción del texto. Estos dos sitios web ya no suplican por el arrepentimiento, sino que ahora son los últimos testigos de la verdad que fue rechazada.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. (Mateo 24:14)
Era el jueves 21 de junio de 2018, la verdadera fecha de Pentecostés según el calendario de Dios. Y ese día, el sol dio su actuación, haciendo el papel del “Sol de Justicia” mientras cruzaba el ecuador galáctico y entraba en Géminis, reencendiendo los dos candeleros e impregnando de nuevo a los dos testigos con el Espíritu de vida. Una abundante cantidad de la lluvia tardía fue derramada sobre el ministerio de la Granja Nube Blanca en ese momento. Recibimos del cielo un mensaje tan poderoso que este artículo tuvo que ser escrito para poner uno de los pocos últimos clavos en el ataúd de Satanás.
¿Alguna vez pensaste que tantas escenas podrían ser representadas tan claramente en las estrellas? ¡Sólo Aquel que conoce el fin desde el principio podría orquestar tal conjunto! Si todavía tienes dudas de que el Padre haya revelado los secretos del tiempo, y todavía crees que Jesús no sabe cuándo volverá, entonces está claro que amas más las tinieblas que la luz, y en las tinieblas permanecerás obstinadamente para siempre. Pero si estás en el camino ascendente, entonces continúa en la luz y sé fiel hasta la muerte, y Jesús te dará la corona de la vida.
¡Todavía hay escenas más poderosas en este último acto del drama, que vamos a explorar a continuación! Tomadas en conjunto, estas señales fueron la gran voz que llamó a los dos testigos a subir al cielo:
Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. (Apocalipsis 11:12)
La voz de las señales que nos llaman a subir al cielo, sugiere que las señales celestiales llegan a ser el punto central del ministerio y el fundamento celestial sobre el cual los dos testigos están de pie. Nuestros rostros han estado tomando toda la gloria de las señales celestiales, y al poner estas señales en este artículo, los dos testigos están simbólicamente haciendo su ascensión al cielo. Los sitios web están ahora incluso alojados totalmente en servidores “en la nube”, incluyendo los vídeos que acompañan a este artículo. Quizás, el último versículo del segundo ay se cumplirá en la gran fecha del 11 de julio de 2018, no mucho después de la publicación de este artículo, aunque no podemos saber exactamente lo que sucederá:
En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto. (Apocalipsis 11:13-14)
El texto anterior podría cerrar la descripción del segundo ay con la destrucción repentina que entonces se desarrollaría. Si “aquella hora” y “el segundo ay” apuntan al período de tiempo de la sexta trompeta, sería la misma hora de la verdad que encontramos al otro lado del Monte Quiasmo. ¿Es posible que esa misma hora en el reloj cayera dentro de la sexta trompeta en el ciclo actual de trompetas, y continuara hasta el comienzo de las siete postreras plagas? Tenemos que esperar y ver.
Hay un total de 10 plagas, y las primeras tres vienen durante la sexta trompeta y probablemente caerán indiscriminadamente sobre los justos como sobre los impíos, así como lo fue en las plagas egipcias.[10] En este caso, muchos serían llevados al descanso en ese evento, y esto sería contado como una bendición para ellos.
Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. (Apocalipsis 14:13)
De todos modos, los 7.000 que murieron en el terremoto nos recuerdan a Elías y los 7.000 fieles ocultos que Dios le dijo que no habían doblado la rodilla ante Baal. Siete es el número de Cristo, y 1.000 representa a muchos, así que estos son muchos de los seguidores de Cristo, que son fieles, pero nunca fueron sellados con el sello de Filadelfia, para que pudieran perdurar durante las plagas hasta el final.
¡El 11 de julio de 2018 es una fecha muy significativa por más razones que solo porque es cuando la hoz aguda está en la mano de Orión! Una razón clave es su relación con el ministerio del cuarto ángel, cuyos mensajes de Orión han advertido fuerte y consistentemente sobre el cumplimiento inminente de Apocalipsis 9:15. La sexta trompeta es un tiempo de confirmación para el mensaje de Orión, comenzando con el cumplimiento dramático del desafío del Monte Carmelo del Elías moderno, y terminando con una grande y admirable señal en el cielo para las siete postreras plagas que es el tema de la Escena 4. En el medio hay una confirmación personal para el mensajero.
En El último Elías, observamos cómo la vida del hermano John tiene muchas similitudes con las historias de otros personajes bíblicos, y uno que podríamos añadir a esa lista es Ezequías. En uno de los apéndices privados del Legado de Esmirna, explicamos esa relación en profundidad, basándonos en un estudio que resaltó la fecha de una manera muy significativa. Un detalle de ese estudio es importante de entender en el contexto de este tema, así que aquí se cita una breve parte del apéndice privado:
Ezequías, cuyo nombre significa “fortalecido de Jah”, estaba enfermo hasta la muerte cuando clamó a Dios por vida. Dios escuchó su oración y ¡le dio 15 años más de vida, y una impresionante señal de la sombra yendo diez grados hacia atrás en el reloj! El hermano John también estaba enfermo hasta la muerte con un estilo de vida pecaminoso, cuando clamó a Dios por la verdad. Y como Ezequías, ¡Dios escuchó su oración y lo fortaleció, dándole 15 años de vida, nacido de nuevo en Cristo! La impresionante señal dada a Ezequías encuentra su antitipo en las sombras del tiempo que han estado funcionando hacia atrás desde que comenzamos a descender el Monte Quiasmo el 22 de noviembre de 2016, de acuerdo con las líneas de tiempo de Dios.
…
Su día de bautismo [12 de julio de 2003] tiene un significado personal adicional ya que también es el cumpleaños de su esposa, Linda. ¡Al ser el duodécimo día del séptimo mes (7 × 12), su unión (+) completa la fórmula de Orión en el mensajero![11] El hecho de que [la fecha revelada del 11 de julio de 2018] es el día anterior sugiere que destaca un período de tiempo que concluiría el 11 de julio de 2018, exactamente en el límite antes del primer día de un nuevo año conmemorativo. De hecho, ¡el 11 de julio de 2018 marca el último día que concluye el 15° año del renacimiento del hermano John!
Así, la fecha del 11 de julio de 2018 apunta directamente a los quince años de vida adicional que fueron concedidos al último Elías, destacando su relación con Ezequías. Al día siguiente, el 12 de julio de 2018, que también está asociado personalmente con el hermano John a través del día de su bautismo y el cumpleaños de su esposa, como se menciona en la cita anterior, también está directamente relacionado con la sexta trompeta. Es definitivamente un punto culminante del marco de tiempo de la sexta trompeta.
En sus manos, cuatro constelaciones sostienen cuatro armas, las cuales son simbolizadas por cuatro cuerpos celestiales.
Así, tenemos otro pasaje del Apocalipsis que se está manifestando en el cielo: el último momento del detener de los cuatro vientos. Cada uno de los cuerpos celestes es “sostenido” por una constelación el 11 de julio, uno tras otro en fila. Los cuatro vientos son los cuatro actores en movimiento—la luna, el sol, Mercurio y Venus—y son sostenidos respectivamente por Orión, uno de los gemelos, Cáncer y Leo.
Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. (Apocalipsis 7:1-3)
Estos cuatro ángeles sostuvieron los cuatro vientos hasta esta misma hora cuando la luna está en la mano de Orión y cada “viento” está exactamente en la mano de su respectivo ángel. Es a las tres de la tarde en Paraguay, el 11 de julio de 2018, la hora del sacrificio de la tarde que ya no está en efecto, porque Cristo ya no está suplicando con Su sangre por los pecadores. Es la hora en que el Día de la Expiación ha terminado, como se mencionó anteriormente en el Comentario Bíblico sobre Levítico 16:24.
Después de este día, el pronóstico celestial indica vientos fuertes y ráfagas dañinas a medida que los cuerpos celestiales vuelan rápidamente, comenzando con la luna. Este es el desatamiento de los cuatro vientos, un evento no específicamente descrito en Apocalipsis, pero ahora claramente revelado en el libro de la naturaleza. El desatamiento de los cuatro vientos se completará poco antes de que el sol llegue a Leo el 20 de agosto de 2018, cuando comiencen las siete postreras plagas.
Muchos han visitado nuestros sitios web buscando sólo esta información. Quieren saber cuándo vendrán los problemas, cuándo se desatará el caos y el mundo se destruirá a sí mismo en una guerra nuclear. La motivación de su interés no es santa. Es egoísta. Si no hubiera ningún desastre en el horizonte, no tendrían ningún interés, y continuarían en pecado para siempre. El miedo es un motivador poderoso, pero no es un motivador santo.
Todos los que vienen con una motivación impía, pronto tendrán lo que están buscando: la destrucción de la que no pueden escapar. No apreciaron el conocimiento del tiempo por sus cualidades redentoras, sino sólo por tener una mejor ventaja que los demás. ¡Los tesoros de Dios no son para aquellos que los usarán para glorificarse a sí mismos! Para ellos, no tenemos nada. Sin embargo, les mostraremos la señal más grande de todas: la señal que la Biblia misma llama “grande y admirable”: Es la señal de las siete postreras plagas.
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. (Amós 5:18-19)
El tiempo de las plagas no es un paseo en el parque. Es un tiempo sin misericordia, y no sólo por dos o tres semanas, ¡sino la mayor parte del año! La muerte, extinción y una gran agonía estarán en todos lados a medida que la tierra se vuelva cada vez menos habitable. Bajo estas terribles condiciones, el remanente de Dios debe permanecer fiel. Sin un conocimiento del tiempo, no sería posible. El desánimo y la desesperación abrumarían el espíritu por completo.
¿Cuántos esperaban ser arrebatados de antemano y por lo tanto no les importaba lo que Dios dijo acerca del tiempo de las plagas? Cuando de repente se encuentren en medio de esto, ¿cuán grande será su prueba? ¡Qué darían para poder tener lo que una vez despreciaron! Esta señal grande y admirable incita a los justos a dar gloria y alabanza a Dios, pero para aquellos que han de recibir las plagas que anuncia, es un ay terrible.
La cantidad de luz que ha sido revelada poco antes de que comiencen a soplar los vientos, en combinación con un número desmesurado de problemas y los consiguientes retrasos, significó que se requirió un esfuerzo enorme en medio de un gran estrés para traer esta luz a tu vista. Sin embargo, la misma luz que es tan preciosa y apreciada por aquellos que la aman, es una nube oscura de condenación sobre aquellos que amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
La sabiduría ha clamado durante años a los simples, para que se vuelvan a su reprensión e instrucción. El Señor habría derramado Su Espíritu sobre ellos en abundancia y revelado profundos misterios. Ella los llamó, pero fue rechazada; ofreció una mano amiga para su propio daño, pero nadie la estimó. Ellos desecharon su consejo y no escucharon sus reprimendas.
Sin embargo, cuando su temor y su destrucción lleguen; cuando la tribulación y la angustia los aflijan severamente, pedirán sabiduría, pero no recibirán respuesta. Entonces la buscarán diligentemente, pero no la hallarán. No escogieron el temor del Señor en tiempos de paz, sino que menospreciaron toda Su reprensión. Por lo tanto, en tiempos de desolación, comerán el fruto de su propio camino.[12] Los libros del juicio están cerrados.
Dios fortaleció a los cuatro autores de la Granja Nube Blanca para preparar esta monumental conclusión de la obra del juicio, donde se presentan algunas de las señales más notables de Dios en el cielo, y para publicarla la noche del sábado 30 de junio de 2018 (en inglés). Mientras pasaban las primeras horas de la nueva semana hebrea, Dios le dijo a Su mensajero que esta publicación era ¡la declaración de guerra y de venganza de Dios contra Satanás! Al mismo tiempo, los vientos en el altar del Kilauea de Elías, aún en erupción, convirtieron una fisura que escupía en un torbellino ardiente, ¡reminiscente de la descripción bíblica del modo de transporte de Elías al cielo!
Con el Espíritu y el poder de Elías, el Movimiento Adventista del Gran Sábado ha estado proclamando el día del Señor por casi una década. Hemos dado relojes y líneas de tiempo, y predicado sus advertencias al mundo. Hace un año y medio anunciamos que las plagas comenzarían el 20 de agosto de 2018, ¡mucho antes de que supiéramos cómo leer las señales en el cielo! Ahora—cuando es demasiado tarde para mostrar fe—puedes ver que hay una señal grande y admirable en el cielo en ese primer día del ciclo de las plagas del reloj de Orión, que involucra siete constelaciones en secuencia emparejadas con una fila de siete cuerpos celestiales.
Pero una última confirmación divina es necesaria como “segundo testigo” para confirmar todas las fechas del reloj de las plagas de Orión. Esta confirmación llega a través de la segunda “gran lumbrera” del firmamento, que establece firmemente una segunda fecha, y así fija todo el ciclo y todas las demás fechas.
Ese segundo testigo es la luna, que ocupa el quinto lugar el 20 de agosto de 2018, lista para su papel de afligir el trono de la bestia y oscurecer su reino el 21 de enero de 2019, como dice la quinta plaga:
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas (Apocalipsis 16:10)
El mismo día que Orión marca la quinta plaga, la luna está eclipsada, y sus brillantes rayos se oscurecen sobre el reino de Satanás, especialmente sobre la “tierra” de Apocalipsis 13:11, que representa a las Américas, pero también sobre las “muchas aguas” de Europa.
Con la publicación de este epílogo en el Día de la Independencia de los Estados Unidos, los libros del juicio están cerrados. La montaña de evidencia llega hasta las colinas eternas, las constelaciones. Ahora deberías entender cuán valiosa fue la herencia que ofrecimos para aquellos que creyeron en el Tiempo.
Dios dio a Sus guardianes del tiempo para que nadie tenga que estar sin preparación o en peligro. Su voz se escuchaba desde las siete estrellas de Orión, y más recientemente, desde las siete “estrellas” en movimiento conocidas desde la antigüedad que atraviesan el Mazzaroth. Ellas son la rueda (Orión) dentro de una rueda (el Mazzaroth) que Ezequiel vio que estaban conectadas con el trono de Dios. ¡Estando directamente relacionadas con los cielos, entendemos por qué el número siete está tan estrechamente conectado con Jesús y Su revelación!
¡Cada escena en el cielo fue realizada por la acción de uno o más de esos cuerpos celestiales! Y el 20 de agosto de 2018, los siete actores se reúnen para formar la señal más grande de la Biblia en la ovación final, mientras simbólicamente derraman la ira de Dios inclinándose en reverencia, cada uno a su turno según lo dirigido por Orión.
El “Dios del cielo”, que utiliza Su creación celestial para contar la historia de la salvación y de la destrucción, es capaz de proteger a los que son representados por Su “pesebre”, el Cúmulo de la Colmena en Cáncer, a quienes ha dado la señal como una bendición. ¡Pero ay, ay, ay de aquellos que han rechazado los mensajes de Dios y a Su mensajero! Para ellos, Cáncer significa el primer ángel de las plagas, y la luna de sangre allí apunta a su continuo dolor por las “úlceras malignas y pestilentes” de la primera plaga:
El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras. (Apocalipsis 16:10-11)
Las plagas están a la puerta para aquellos que no la abrieron para que Jesús entrara y quebrantara sus corazones endurecidos. En las palabras de nuestro querido Salvador y Rey:
Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará. (Lucas 20:18)
UltimoConteo.WhiteCloudFarm.org (estudios básicos de los primeros 7 años desde enero de 2010)Canal GranjaNubeBlanca (nuestro propio canal de vídeos)WhiteCloudFarm.ETH (nuestro sitio web ENS, resistente a la censura, con todos nuestros libros y vídeos en el Sistema Interplanetario de Archivos—IPFS, Brave Browser recomendado)