Hay más de una hora final, dependiendo del grupo al que pertenezca una persona en el fin del tiempo. El primer artículo de esta categoría trae buenas nuevas del amor de Dios hacia la iglesia de Filadelfia en la tierra.

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. (Apocalipsis 3:10)

Las pruebas y las tribulaciones de este mundo tendrán un fin, y les traemos las buenas nuevas de ese fin directamente de Dios. ¿Cómo habla Dios? ¿Dice todo de una sola vez, o da tiempo para que Sus palabras sean escuchadas? ¿Quién puede reconocer Su voz? ¿Es reconocible por aquellos que están acostumbrados a escucharle hablar en la palabra escrita y en el libro de la naturaleza? ¡Estas son preguntas que serán contestadas en La hora de Filadelfia, así que abran sus oídos para escuchar la voz de Dios hoy!

La paz en el Medio Oriente ha sido un objetivo largamente buscado que ha eludido a los líderes mundiales durante generaciones. Pero mientras se han estado preparando para lograrlo a través de la tolerancia y las leyes contra el discurso de odio diseñadas para prevenir que la gloria de la verdad de Dios ilumine la tierra, ¡Dios también ha estado obrando! A través de las revelaciones del tiempo, Dios da un vistazo profético de Su reino glorioso venidero, y con él, una perspectiva de radar detrás de las líneas enemigas para ver cómo comienza la hora final para las tres ranas por la paz. ¿Será el acuerdo de paz redactado por los EE.UU. publicado y acordado en un momento en que Dios lo especifique? ¿Hay referencias al acuerdo de paz en la profecía bíblica? En este artículo, miramos la evidencia bíblica relacionada con esto, y ¡se sorprenderán de lo que revela al comienzo de la sexta plaga! El Armagedón es sólo una “hora” más tarde en el reloj.

He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo. (Nahúm 1:15)