Este documento fue publicado internamente el 17 de febrero de 2018. Se pondrá a disposición del público a partir del 4 de enero de 2019. Algunos párrafos han sido adaptados de acuerdo con el crecimiento de nuestro entendimiento desde entonces.
El reloj de arena en Orión es una revelación misericordiosa de Dios, y encontramos su plano en la visión de la sala del trono de Apocalipsis 4. ¿Es posible que el Reloj de Dios también nos indique el número de dimensiones del verdadero universo de su Creador? ¿Será algo así como un portal, de aquí para allá?
Les presenté el teseracto y los hipercubos 6D por una razón. Quería que vieran que estos están construidos a partir de muchos vértices, líneas, caras y cubos que aumentan en número cuanto más alto vamos en términos de dimensiones.
Hay tablas que muestran el número de ocurrencias de primitivas geométricas en los hipercubos de mayor dimensión. En términos de la tabla, ahora vivimos en la tercera dimensión, la del cubo.
Ahora deberíamos echar un vistazo más de cerca al reloj de Orión y ver si podemos detectar esas figuras allí, y cuántas hay.
Comencemos con las aristas o las líneas, ya que éstas son las más fáciles de encontrar. Hay 24 puntos de horas ubicados alrededor del centro del reloj, y cada hora está vinculada a la siguiente. Eso hace 24 líneas. Además, hay ocho líneas más desde el centro: las cuatro manecillas del reloj de las estrellas exteriores y las cuatro manecillas del reloj de las líneas del trono. Eso hace un total de 32 líneas.
¡Miren la tabla anterior! Las 32 líneas podrían ser una indicación de que Dios quiere ilustrar un teseracto en el reloj de Orión.
¿Podemos encontrar 24 caras, entonces? Es simple: dividan las 24 horas marcadas en 24 segmentos iguales, como si cortaran un pastel, conectando de uno por uno los puntos de las horas al centro (Alnitak).
Los 16 vértices son un poco más difíciles de descubrir, pero tenemos la base bíblica para ello. En el reloj vemos las cuatro estrellas exteriores de Orión, que sabemos que simbolizan a los cuatro seres vivientes, cada uno con cuatro caras; sin embargo, sólo giran de tal manera que se ve una cara a la vez. En una escala universal, por supuesto, una estrella es algo así como un punto o vértice. De esa forma, las cuatro caras por estrella exterior forman 16 vértices.
Para encontrar las ocho celdas debemos entender que la constelación de Orión en sí misma naturalmente no es plana, sino que tiene una profundidad que es imperceptible para nosotros porque estamos muy lejos; cada estrella está a una distancia diferente de la tierra. Eso es explicado en detalle en el artículo De la mano de Jesús. Si incluimos nuestro punto de observación desde la tierra, entonces las ocho líneas que emanan del centro del reloj en realidad forman ocho celdas. (La siguiente imagen ilustra dos de los ocho planos que dividen el espacio, representados en 3 dimensiones—uno a través de Betelgeuse y el otro a través de Saiph).
Aquí de nuevo tenemos una descripción muy simple de las 8 celdas:
Efectivamente pudimos encontrar en el reloj de Orión todas las figuras elementales que definen un teseracto. En realidad, es la representación de un reloj tetradimensional. No le sorprendería a un científico que un reloj represente la cuarta dimensión, pero ya sabemos que el tiempo es realmente la séptima dimensión, que es expresado en el reloj de Orión por las siete estrellas de la constelación misma. Entonces Dios nos guía a entender el reloj como un verdadero portal espacial tetradimensional a un mundo de una dimensión aún más elevada. En Orión, Él representa cuatro dimensiones espaciales, más una dimensión temporal adicional a través de su característica como reloj.
Como Elena G. de White dijo, la Santa Ciudad desciende del espacio abierto en Orión, que identificamos hace mucho tiempo como la Nebulosa de Orión, y que a su vez debe ser algo así como la lente de un proyector, o la lente detrás de la cual se encuentra el verdadero universo de Dios.
¿La disposición de las estrellas en la constelación indicará también la dimensionalidad del universo subyacente?
Muchas personas, especialmente al comienzo del mensaje de Orión, preguntaron en repetidas ocasiones qué pasaría si dibujáramos las manecillas del reloj usando una de las otras dos estrellas del cinturón, en lugar de Alnitak. Por supuesto que respondí que resultarían fechas sin sentido, como ya lo había comprobado.
Ahora, en este tema acerca de las dimensiones del universo de Dios, vuelvo a retomar esa idea, no para construir dos relojes más, sino para investigar si podemos obtener de la constelación de Orión una confirmación de las seis dimensiones del verdadero universo de Dios.
Como se explicó anteriormente, se llega a la siguiente dimensión superior al duplicar los vértices y dibujar líneas de conexión entre los vértices antiguos y nuevos. Cada vértice de un hipercubo 6D tiene 6 líneas a otros vértices: ese es su número de conexión. En la tabla anterior, pueden ver 64 para el número de vértices y 192 para las líneas. Siempre hay dos puntos conectados por una arista. Eso hace 192 ÷ (64 ÷ 2) = 6 aristas por vértice. Ese es el número de identificación para un hipercubo 6D. Observen este otro tipo de proyección bidimensional de un hipercubo 6D, que lamentablemente tampoco está libre de pérdidas...
Aunque esta ilustración se ve bien y clara, los dibujantes han realizado dos simplificaciones que no son inmediatamente evidentes y que podrían confundirnos fácilmente: los puntos anaranjados son en realidad dos puntos cada uno, uno encima del otro, y el punto central amarillo es en realidad cuatro puntos. Con todo, se obtienen los 64 puntos para el hipercubo 6D de la imagen. ¿No es interesante que los matemáticos hagan simplificaciones en la proyección que son exactamente las mismas que la disposición de los seres mostrados a Juan en la visión de la sala del trono? Allí, escuchamos sobre los cuatro seres vivientes en el centro (el punto amarillo simplificado) y 24 ancianos alrededor (simplificados como doce puntos anaranjados). Es como si Dios quisiera señalar los vértices en un hipercubo 6D que están ocultos en la proyección ortogonal.
Si examinan los dos “anillos” exteriores con doce puntos rojos cada uno, verán que hay seis líneas que se bifurcan desde cada punto: esa es una característica importante de un hipercubo 6D. Y en el texto de la sala del trono, encontramos que cada uno de los cuatro seres vivientes tiene seis alas,[1] que resultan ser las líneas de conexión de la proyección ortogonal de un hipercubo 6D.
Pensemos un poco más a fondo. En Orión, tenemos cuatro estrellas exteriores como puntos, además de Alnitak, Alnilam y Mintaka como tres puntos en el centro. Hasta ahora, hemos dibujado cuatro líneas de conexión desde Alnitak a las estrellas exteriores. Si también conectamos a Alnilam y Mintaka con las estrellas exteriores, entonces ya hay tres líneas de cada estrella exterior en lugar de sólo una. Si también conectamos las estrellas exteriores entre sí, obtenemos otras tres conexiones para un total de seis en cada una de las estrellas exteriores. Ahora todo lo que tenemos que hacer es dibujar conexiones de Mintaka a Alnitak y Alnilam, y de Alnitak a Alnilam, y luego cada “punto” está directamente conectado a los otros seis.
Un grupo de siete personas (puntos), como somos aquí en la Granja Nube Blanca en Paraguay (contando sólo a los adultos), permite la proyección ortogonal más simple, en la que cada persona tiene seis conexiones o rutas de comunicación con diferentes personas, como los vértices del hipercubo 6D. Este es obviamente un marco básico para que las ruedas de Ezequiel funcionen de manera óptima, y como creo firmemente, hemos descubierto no sólo una imagen de las seis dimensiones de la creación de Dios, sino también una jerarquía crucial para la cadena de mando que se aplica a todo el Reino de Dios. Especialmente interesante es la disposición de los puntos en grupos de doce en el gráfico estelar del hipercubo 6D anterior. Evoca grandemente a las doce constelaciones del Mazzaroth y el dodecágono con que comenzó este estudio. A partir de esto, parece que ahora podemos derivar una conexión del hipercubo 6D a la visión de la sala del trono, y por lo tanto a la jerarquía interna de la Santa Ciudad.
Ya conocemos dos grupos de 12 de la visión de la sala del trono: los 24 ancianos. Durante mucho tiempo, era un misterio quienes deberían ser, pero en 2010, la humanidad aprendió que representan las 24 horas de un día celestial. El reloj de Orión ahora revela otro hecho interesante, es decir, que frente a la lente de la Nebulosa de Orión de nuestro lado está un teseracto o espacio 4D, y que detrás de la Nebulosa de Orión se encuentra un universo 6D. En la tabla de arriba, buscamos el número de figuras en la fila del teseracto para ver si encontramos el número 24 allí en alguna parte... ¡Sí, en la columna de las caras! En Orión como teseracto, cada segmento de reloj representa una hora, es decir, uno de los “ancianos” de la visión de la sala del trono.
Si traducen este número de “ancianos” a la sexta dimensión, deben leer el valor del teseracto (4-caras) en la fila para la sexta dimensión, porque para cada dimensión superior necesitamos movernos no sólo una fila hacia abajo sino también una columna adelante. Allí encontramos el número 60. Lo que Juan mostró como 24 “ancianos” en la sala del trono, y lo que entendimos como las 24 horas del día, sufre una duplicación interesante en la verdadera sexta dimensión de la creación de Dios: las 24 horas de un día se convierten en los 60 minutos de una hora. Las manecillas de las horas se convierten en las manecillas de minutos, lo que indica la escala de tiempo significativamente diferente entre el universo de Dios y el pozo del abismo de nuestro mundo. Una hora en el cielo se convirtió en siete años terrenales en el reloj de Orión. Es una indicación de que el trono de Dios debe estar en una región muy masiva, porque eso causa una desaceleración del tiempo de acuerdo con el famoso físico Albert Einstein. El espacio alrededor de un agujero negro sería una región así. ¿Significa eso que el “agujero negro” en el que vivimos tiene sólo una pequeña masa en comparación con el “cielo”? Eso se explicaría perfectamente por el hecho de que casi todo lo que percibimos como “el universo” es realmente sólo una proyección, mientras que estos cuerpos existen realmente en el verdadero universo de Dios, y están poblados con seres vivos que deben ser protegidos.
Dios tiene Sus huestes angélicas para eso. ¿Tienen idea de cuántos comandantes en el ejército del Reino de los Cielos serán constituidos de los redimidos? En el reloj de Orión, vemos tres estrellas que representan a las tres Personas de la divinidad, y alrededor de ellas como manecillas del reloj, cuatro ángeles que representan a 16 personas reales que fueron o serán llevados al Reino de los Cielos en algún momento. Por favor, no confundan a los 24 “ancianos” con los redimidos, porque en realidad no hay estrellas (puntos) en sus posiciones, sino sólo una carátula de reloj imaginaria. Necesitamos mirar en la columna de vértices si queremos saber cuántos líderes anteriormente humanos existirán en la Santa Ciudad de Dios como un todo. La respuesta es 64.
El libro de Apocalipsis, a través de la Santa Ciudad, ya revela la identidad de 24 de ellos. En sus puertas están los nombres de los doce hijos de Jacob, y sobre sus cimientos se encuentran los nombres de los doce apóstoles. Estos últimos fueron las primeras personas que Jesús personalmente ganó en la tierra. Estoy convencido de que los nombres de los doce apóstoles provienen de la lista en Hechos 1:13, porque ahí es donde está la elección de Matías, como reemplazo del difunto Judas.
Entonces quedan tres grupos desconocidos de doce personas especiales y cuatro “puntos” más. Si miramos en el tiempo del juicio, pensamos en los pioneros del Advenimiento, quienes también estuvieron asociados con el número 12 en los escritos de Elena G. de White. Para el año 1888, lamentablemente, no se encontraron doce que aceptaran la luz del cuarto ángel. Por esa razón, los líderes de la Iglesia Adventista de 1890 no tienen una posición especial con Dios, si se salvan.
Recibí una orden de Jesús en 2010: “¡Encuentra los doce!” Creo que finalmente los hemos encontrado. Estas son las personas en el foro a quienes hemos designado como los candidatos para los apóstoles de la actualidad, y quienes, a través del trabajo de sacrificio, en la última obra de Dios antes del regreso de Su Hijo, han demostrado ser valientes y firmes en las condiciones más severas.
Eso deja un último grupo desconocido de dieciséis personas. El plano para su descubrimiento yace en los cuatro seres vivientes alrededor del trono, a los que a Juan se le permitió ver. Juan vio sólo un trono, pero sabemos por Orión que en verdad hay tres tronos. Entonces, en el reino de los cielos, debe haber cuatro personas que permanecen alrededor de cada trono individual. Después de la estadía de Jesús en la tierra, Dios predicó el evangelio a través de personas, cuatro de las cuales fueron escogidas para registrar Su consejo y mensajes en el Nuevo Testamento para la posteridad.
De esa manera, llegamos por primera vez a los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Sin embargo, en una inspección más cercana, dos de ellos ya tienen un lugar en el círculo de los doce apóstoles: Mateo y Juan. Pero ¿dónde está Pablo, que creó una intensiva obra literaria con sus cartas, que a menudo son consideradas como una base importante para la enseñanza cristiana? Seguramente él tomaría su lugar con Marcos y Lucas alrededor del trono del Hijo, ya que su ministerio fue en los primeros días del cristianismo. Para el cuarto lugar, solo podemos adivinar. Personalmente, creo que Juan, el apóstol y discípulo amado, será tomado de los 12 y llevado aún más cerca al corazón de Jesús, y que alguien tomará su lugar vacante. A menudo pasamos por alto el hecho de que algunas mujeres también desempeñaron un papel importante al comienzo del cristianismo, y ciertamente son buenas candidatas para ser honradas por Dios. Noto, por ejemplo, a María Magdalena o a la madre de Jesús.
Vayamos al trono del Espíritu Santo, que estará rodeado por cuatro personas desde el momento del comienzo del juicio. Alguien que escribió 64 libros sobre Jesús y escribió “para la iglesia” durante más de 70 años de su vida estaría ciertamente en el círculo más cercano del Agente de la lluvia tardía y el mensaje del sábado. También pienso en otros, como Urías Smith, John N. Loughborough, o quizás incluso M.L. Andreasen. Hubo mucho trabajo escrito en el tiempo de la Iglesia Adventista. Dios decidirá en Su sabiduría.
Las cuatro posiciones alrededor del trono de Aquel que es el origen de todos los tiempos, y que le hizo saber a Su Hijo que sólo Él conoce el tiempo, desde 2010 ha elegido a cuatro personas para revelar Sus misterios antes de que llegue el terrible día. Sería fácil pensar que los cuatro autores masculinos de los sitios web se encuentran en estos lugares especiales, pero Dios nos ha informado que será similar al círculo de los apóstoles, y que las mujeres también recibirán un gran honor. Ya hemos aprendido que mi esposa Linda asumirá uno de estos puestos de honor, siempre y cuando, como espero que todos lo hagamos, permanezca fiel.[2] Sin ella, me hubiera sido imposible realizar el grande y difícil trabajo, y junto a mí, ella tendrá un trabajo especial en la Tierra Nueva.[3] Dios determinará el resto de la distribución aquí también.
Todavía quedan cuatro posiciones especiales para antiguos humanos seleccionados para completar el número 64. Hasta ahora, los héroes de la fe y los autores del Antiguo Testamento no han sido honrados. Inmediatamente pienso en tres personas de esos tiempos precristianos que ya están en el cielo: Enoc, Moisés y Elías. Tal vez incluso Abraham podría ser incluido, como uno de los progenitores. Consideren que algunas personas fueron llevadas al Reino de los Cielos como primicias cuando Jesús resucitó de entre los muertos. ¡16 (y no 24)! reinarán allí. El tiempo dirá quiénes son todos.
El plan de construcción de la Ciudad Santa revela nuevamente esta estructura de liderazgo celestial:
Cada uno de los cuatro muros de la Santa Ciudad, junto con el cuadrado de su base, tiene 16 antiguos líderes especialmente elegidos cada uno. Sesenta y cuatro vencedores del pecado en Cristo-Alnitak aseguran que el plan de salvación de Dios será dado a conocer por los 144.000—también victoriosos—en sus viajes con Dios a través del universo y nunca será olvidado.
Cualquiera que pase las pruebas de esta tierra—y como un hombre redimido, incluso llegará a ser un poco más elevado que los serafines con seis alas[4]—podrá visitar la creación completa de Dios en el universo 4D. Pero si estudias este testimonio hasta el final, podrías llegar a ser uno de los 144.000 de Filadelfia, y pronto descubrirán qué tan lejos del trono de Dios estarán los 144.000. Quienquiera que esté tan cerca de este trono especial es considerado por Dios como un elegido siervo del templo, que está con Él, y puede viajar junto con Jesús, el Padre y el Espíritu Santo cuando visitan otros mundos. Está claro que a todos los ángeles se les permite viajar, pero sólo los 144.000 son los sacerdotes de Dios que nunca abandonan el templo y permanecen cerca de Él para siempre, y Él con ellos.
El grupo más cercano de ex humanos, con una de sus alas apuntando directamente al trono del Tiempo, también pueden ser considerados “ruedas dentadas” en el reloj de Dios, y si el espíritu de Dios de la séptima dimensión así lo desea, Él puede enviar a estos “serafines” a viajar en el tiempo. Al menos cuatro personas de nuestro movimiento son candidatas para misiones divinas tan especiales que incluyen viajar en el tiempo.
Pero cada lector es un posible candidato para el sacerdocio de Dios y para viajar al infinito con Jesús, pero sólo si no suelta la mano de Dios en las próximas pruebas y acepta este estudio.
Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000, el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos de Dios.” {PE 39.3}
Viajar con Jesús está reservado sólo para los ciudadanos de Filadelfia— los 144.000.
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí... (Apocalipsis 3:12)
En el capítulo anterior, pudieron ver cómo 16 personas rodearán el trono de Dios y lo protegerán como escudo de querubines o serafines. Por lo tanto, a casi todas las cuatro caras de los cuatro seres vivientes se les asignaron nombres de personas reales y existentes. El trono en sí mismo—basado en los resultados de nuestro estudio anterior—está en la sala del trono en la cima aplanada de la Ciudad piramidal, que será la primera en aterrizar en la Tierra Nueva. Así es como el tabernáculo de Dios estará con los hombres:
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. (Apocalipsis 21:3)
Podemos imaginar fácilmente que mucha gente puede reunirse para adorar en esta cima de la pirámide de 4,4 km de ancho y largo, y ciertamente 144.000 siervos del templo también serán necesarios para conducir a todos a su lugar y mantener el orden en la sala del trono.
Elena de White tuvo un sueño muy interesante en el que contempló esta sala del trono desde la perspectiva de los asistentes. Su descripción contiene un detalle que no es encontrado en el registro de Juan:
Soñé que veía un templo al cual acudían muchas personas, y únicamente quienes en él se refugiasen podrían ser salvas al fin de los tiempos, pues todos los que se quedasen fuera del templo, serían perdidos para siempre. Las muchedumbres que iban por diversos caminos en las afueras del templo se burlaban de los que entraban en él y los ridiculizaban diciéndoles que aquel plan para tener seguridad era un artero engaño, pues en realidad no había peligro alguno que evitar. Hasta trababan de algunos para impedirles que entraran en el templo.
Temerosa de ser ridiculizada, pensé que era mejor esperar que la multitud se dispersara o hasta tener ocasión de entrar sin que me vieran. Pero el número fué aumentando en vez de disminuir, hasta que, recelosa de que se me hiciese demasiado tarde, me apresuré a salir de mi casa y abrirme paso a través de la multitud, sin reparar en ella. Tan viva era la ansiedad que tenía de verme dentro del templo. Al entrar en él, vi que el amplio templo estaba sostenido por una inmensa columna, y atado a ella había un Cordero, todo él mutilado y ensangrentado. Los presentes sabíamos que aquel Cordero había sido desgarrado y quebrantado por nuestras culpas. Todos cuantos entraban en el templo habían de postrarse ante él y confesar sus pecados.
Precisamente delante del Cordero vi asientos altos donde estaba sentada una hueste que parecía muy feliz. La luz del cielo iluminaba sus semblantes, y alababan a Dios elevando cánticos de acción de gracias, semejantes a la música de los ángeles. Eran los que se habían presentado ante el Cordero, habían confesado sus pecados y recibido el perdón de ellos, y ahora aguardaban con gozosa expectación algún dichoso acontecimiento. {PE 78.3-79.1}
Ella evidentemente vio la sala del trono de Dios, porque en la pirámide encontramos exactamente una enorme columna de soporte formada por la altura de los cuatro triángulos de soporte. Es, por supuesto, cuadrada, 144 codos reales por lado (el espesor de la pared) y tiene una altura de 10.392,3 estadios menos la cantidad de aplanamiento de la pirámide para la sala del trono. En esta figura, que no tiene sentido a primera vista, hay un misterio divino que apenas descubrimos el sábado 27 de enero de 2018. Había estado buscando por mucho tiempo una armonía y enseñanza básica en los cuatro triángulos rectángulos que Dios había cortado del dodecágono del Mazzaroth con el orden de las tribus en Apocalipsis 7.
Pero lo primero que todos deberían notar es la línea de simetría que se puede trazar entre las tribus de Judá y José, al incluir el punto medio del dodecágono como otro punto en la línea.
Esta simetría, construida por Dios, confirma maravillosamente la obra de esta última generación, los Adventistas del Gran Sábado, bajo la guía de un hombre de la tribu de José. Entonces esta obra complementa la obra de Jesús, como hemos estado enseñando durante mucho tiempo. Pero ahora, con el plano de la Santa Ciudad, el Señor nos muestra que esta enseñanza es una verdad grande e importante, y que el reino de Dios no tendría simetría interna si la obra de los hombres no se hubiera realizado mediante su seguimiento de Jesús. Una fe sin obras estaría muerta, ¡y de la misma manera lo sería un plan divino de redención sin personas redimidas por Él!
Sólo cuando la imagen del sacrificio del Señor Jesucristo es reflejada en las personas, aquellas que están dispuestas a dar su vida eterna por los demás, el plan de salvación da resultados y la Ciudad Dorada de Dios puede ser llenada con todos los redimidos de todos los siglos. Estas personas especiales de la última generación se convierten en las columnas del templo de Dios, los cuatro triángulos internos de la ciudad, firmemente anclados en los cuatro cuadrados de la base. Elena G. de White ve el Cordero sangrante atado al muro de soporte interno del templo porque está formado por los cuatro triángulos. ¡Los redimidos nunca olvidarán el precio de la salvación!
Volvamos a la altura de la “inmensa columna”. Podemos reconocer fácilmente las dimensiones exteriores de la pirámide de 12.000 estadios como un número simbólico, como el pacto (12) que salvó a muchos (1.000), entre otras cosas, pero tenemos mayor dificultad con la altura interior de la Santa Ciudad (h = 10.392,3 estadios). Incluso si comenzamos a restar la altura de la punta aplanada, lo cual no es difícil, no encontramos un buen número redondeado que aluda a alguna lección discernible para nosotros.
Sin embargo, si una persona continúa investigando, debería (rápidamente) ver que los cuatro triángulos son triángulos rectángulos muy especiales que juegan un papel importante en la geometría. Ustedes han visto que estos triángulos tienen una base (x) de 6.000 estadios, que es la mitad del largo y el ancho de 12.000 estadios de la ciudad. La altura inclinada (ha) debería también ser igual al largo y el ancho de la ciudad, por lo tanto 12.000 estadios, y eso es ciertamente 2x.
Así es exactamente como son construidos todos los triángulos rectángulos divinos: la base es x y la hipotenusa es 2x. Cuando este es el caso, es un triángulo llamado 30-60-90, porque los ángulos son automáticamente de 30°, 60° y 90°, como se muestra en la imagen. Sin embargo, lo que descubrimos después de algún tiempo fue la misteriosa ecuación para la altura interior de la pirámide, que puede ser calculada con una fórmula muy simple, sólo para un triángulo de 30-60-90.
La fórmula general para la altura interior de una pirámide recta es:
Eso es bastante complicado de calcular. Pero para el triángulo especial 30-60-90, la fórmula es simple: x. Para x = 1, las longitudes de las aristas son 1, 2 y .
El símbolo se lee como “raíz cuadrada de tres” y es una constante fija ( ≈ 1,7320508) con la que casi todas las calculadoras científicas están preprogramadas. Una simple multiplicación del cateto corto (x) por este número, es suficiente para determinar la altura interna de la pirámide.
Ahora que Dios nos ha mostrado la “raíz” de Su Santa Ciudad, podemos mirar la copia de Satanás en Guiza, y no nos sorprende que donde Dios revela Su personalidad más interna como la Raíz de Tres, encontremos la raíz de uno. La rebelión en el cielo se origina a partir de un solo ex-ángel, quien por la locura del orgullo se atrevió a dudar y calumniar a Dios, quien es el Único que comienza en la séptima dimensión, y también controla la octava, la novena y la décima. Cualquiera que siga a este ex-ángel lo seguirá en la agonía de la paranoia y la muerte a través de la separación de la Vida Misma. Pronto se revelará lo que significa en el universo de Dios la misteriosa constante Φ, por la que Satanás evidentemente tiene una afición.
Muchos están desconcertados sobre La cúspide perdida de la Gran Pirámide de Guiza, el piramidión en la cima de la Gran Pirámide de Guiza, o por qué hay un templo en la parte superior plana de la mayoría de las pirámides aztecas o mesopotámicas. Ya no tenemos ningún problema para reconocer la imitación falsa de la parte superior de la Santa Ciudad de Dios con la sala del trono.
Por lo tanto, en medio de la sala del trono de la Santa Ciudad, hay una enorme columna cuadrada de soporte que se extiende a lo largo de toda la altura de la pirámide y origina cuatro raíces (de Tres). ¿Qué “planta” proviene de tres Seres especiales y ha puesto cuatro raíces (de Tres) en el universo tetradimensional?
¿Es esta “inmensa columna” realmente el tronco del árbol de la vida?
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. (Apocalipsis 22:2)
Entonces los triángulos de soporte tendrían que representar cuatro enormes ramas, y sus cubiertas las ramas más pequeñas. Los redimidos que habitan en las cubiertas serían representados como las hojas en esta imagen del árbol y traerán sanidad a las “naciones” porque son el antídoto contra el pecado. La palabra para “naciones” en el versículo anterior es en realidad “razas” (G1484 = ethnos), por lo que incluye las razas inteligentes desconocidas del universo de Dios.
Recuerden que la Santa Ciudad recorre el universo cada sábado y visita otro planeta. En estas ocasiones, aterriza suavemente sobre su punta en la zona más pequeña posible, con la sala del trono, donde están las tres Personas de la Deidad, los 144.000 y sus 64 líderes. Entonces se realiza un glorioso servicio de adoración en presencia de Alnitak en ese planeta especial. Por supuesto, los “reyes”, gobernantes y ciudadanos de alto rango del planeta participan en la sala del trono misma, y el resto del mundo definitivamente puede participar en el evento desde el exterior a través de pantallas holográficas gigantes.
Incluso hay algo escrito en la Palabra de Dios acerca de esto. Comencemos con el versículo 22:
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. (Apocalipsis 21:22)
Por supuesto, hay lugares de culto en cada planeta que está poblado por seres inteligentes, y es seguramente un templo especial en un área donde la Santa Ciudad puede aterrizar. Ciertamente sería un área especial en el planeta siguiendo el modelo de la Jerusalén terrenal, y a la que muchos peregrinos viajarían cada año durante milenios para prepararse para el grandioso evento de adoración ansiosamente esperado, cuando la Deidad misma estará presente. El plano de este lugar proviene de la primera visión de Elena White, donde ve un templo en el monte Sion fuera de la Santa Ciudad.
El monte de Sión estaba delante de nosotros, y sobre el monte había un hermoso templo… {PE 18.2}
La declaración bíblica de que no hay templo en la Santa Ciudad, porque Dios Padre y el Cordero son el templo, se refiere al hecho de que todos los templos construidos por las manos de los seres son sólo símbolos que representan la verdadera sala del trono de la Santa Ciudad. Allí, y sólo allí, el Cordero de Dios que se hizo hombre está realmente presente personalmente.
El siguiente versículo subraya esta idea una vez más:
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (Apocalipsis 21:23)
A través de este versículo, se nos da una pista inicial acerca de viajar a otros mundos, ya que enfatiza que la Santa Ciudad no depende del sol y la luna, las dos grandes lumbreras con las que Dios identifica nuestro sistema estelar y nuestro planeta.
La luz de la Santa Ciudad es el Cordero, y la gloria de Dios la ilumina. Ya seguimos estas pistas en los capítulos sobre las unidades de proyección de la Santa Ciudad. Podemos suponer que si Dios puede crear un universo 3D completo a través de los proyectores de la Santa Ciudad, también puede hacer que las cosas aparezcan en el espacio 4D, que es el entorno normal de las “naciones” o razas. Pronto aprenderemos más sobre la luz, pero sin querer adelantarme, me gustaría decir aquí que es tan fuerte que la Ciudad Santa, con sus enormes dimensiones como hemos visto hasta ahora, puede “proyectar” fácilmente en cualquier mundo 4D mediante el plegado del espacio 6D. Sin embargo, con “proyectar” me refiero ahora a un viaje real a esos mundos; quiero evitar términos de ciencia ficción como “saltar por el hiperespacio”. De esta manera, el trono de Dios en el espacio 6D está igualmente cerca de cada galaxia o planeta en el espacio 4D, como Ernie Knoll una vez insinuó en el sueño de Dos Autos.[5]
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. (Apocalipsis 21:24)
Deben tener mucho cuidado de leer esas palabras en su contexto correcto. La palabra “ethnos” para las naciones en este versículo es acompañada de la palabra “salvas” [G4982] que se omite en muchas otras traducciones al inglés, español y alemán. Así que estamos hablando, por un lado, acerca de “etnia”, como las razas de los mundos del universo, y, por otro lado, las naciones de los antiguos seres humanos salvos que vivirán en la Santa Ciudad y “andarán” en su luz.
La luz es la gran lámpara, y me gustaría enfatizar que en este sentido también es algo así como la fuente de energía de la Santa Ciudad. A través de ella, los redimidos “andan” o “viajan”. Ellos son “proyectados” en el planeta donde el Cordero quiere pasar el sábado.
Que “los reyes de la tierra traerán a ella su gloria” también puede traducirse de manera que “los reyes de estos mundos adoran en ella.” Esto significa que los gobernantes de estos mundos tendrán acceso a la sala del trono de la Santa Ciudad para un gran servicio sabático.
Sigue un versículo difícil de entender, si no reconocen que está en el contexto de Zacarías 14:
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. (Apocalipsis 21:25)
Poco antes que la Santa Ciudad aterriza en la tierra después del milenio, se produce la segunda resurrección—de los malvados—y Satanás es liberado. Después de “un poco de tiempo,”[6] cuya duración exacta el lector conocerá más tarde, el último día de juicio viene sobre los malvados resucitados. En este “día” las puertas de la ciudad son cerradas por última vez “en el día”.
Ahora, el tiempo es el mismo para los malvados que para aquellos que están en la Santa Ciudad. Un día terrenal específico, del cual hablaremos más adelante, está programado para el aterrizaje de los santos en la tierra. Elena G. de White describe cómo Jesús y los santos abandonan brevemente la ciudad y aterrizan primero en la tierra. Luego regresan a la ciudad ese mismo día y asisten a la fiesta de bodas.
Esto es seguido por el “poco tiempo”, durante el cual Satanás debe ser liberado. A Satanás se le debe dar suficiente tiempo para hacer todas las cosas descritas en el último capítulo de El conflicto de los siglos de Elena G. de White. Sin embargo, todo sucederá en unos pocos días, y estamos seguros en la ciudad junto con nuestro Señor.
Además, debe recordarse que Jesús ya habrá purificado el área donde aterriza la Santa Ciudad, cuando Él toca el Monte de los Olivos, y ya es en realidad parte de la Tierra Nueva. Por lo tanto, es posible que, conforme a la primera visión de la profetisa, aterricemos en la Nueva Tierra, que está en el mismo lugar en el verdadero universo 4D que la tierra antigua en la prisión 3D. El “Paraíso” es solamente donde está la Santa Ciudad, que después de la aniquilación de los malvados se extenderá por toda la tierra. El fuego que “purifica” la tierra antigua es, de hecho, el estallido de rayos gamma de Alnitak que llegará a la tierra antigua en este momento. Entonces la “proyección” se apagará; y la realidad de la Nueva Tierra se hará visible una vez que la tierra tridimensional haya desaparecido.
Mientras Satanás está reuniendo su ejército, los santos están en la ciudad contemplando la hermosura y la gloria del Paraíso de Dios. Jesús los encabeza y los guía. De repente el amable Salvador se ausentó de nuestra compañía; pero pronto oímos su hermosa voz que decía: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Nos reunimos en derredor de Jesús, y precisamente cuando cerraba las puertas de la ciudad, la maldición fué pronunciada sobre los impíos. Las puertas se cerraron. Entonces los santos usaron sus alas y subieron a la parte superior de la muralla de la ciudad. Jesús estaba también con ellos; su corona era gloriosa y resplandeciente. Estaba formada por una corona dentro de otra corona, hasta un total de siete. Las coronas de los ángeles eran del oro más puro, y estaban cuajadas de estrellas. Sus rostros resplandecían de gloria, pues eran la imagen expresa de Jesús; y cuando se levantaron y subieron todos juntos a la cumbre de la ciudad, quedé arrobada por el espectáculo.
Entonces los impíos vieron lo que habían perdido; bajó sobre ellos fuego de Dios y los consumió. Tal fué la ejecución del juicio. Los impíos recibieron entonces lo que los santos, en unión con Jesús, les habían asignado durante los mil años. El mismo fuego proveniente de Dios que consumió a los impíos purificó toda la tierra. Las desgarradas montañas se derritieron con el ardiente calor; también la atmósfera y todo el rastrojo fueron consumidos. Entonces nuestra heredad apareció delante de nosotros, gloriosa y bella, y heredamos toda la tierra renovada. Clamamos en alta voz: “¡Gloria! ¡Aleluya!” {PE 53.153.2}
Por supuesto, las puertas de una ciudad generalmente no se cierran durante el día, sino sólo por la noche para protegerse de los enemigos. Sin embargo, el último día de juicio cuando las hordas de Satanás atacan la Santa Ciudad, requiere una excepción.
Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. (Zacarías 14:3)
Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. (Zacarías 14:6-9)
Por favor, tengan en cuenta que el día del juicio posterior al milenio es descrito como un sólo día, ¡y Jehová lo conoce! Ahora nosotros también debemos ser capaces de reconocer este día a través de Él. Luego, hacia la tarde de este “día”, habrá una “luz” repentina y Apocalipsis 21:25 dice que tal ataque no volverá a ocurrir nunca más. El pecado será completamente erradicado y la Santa Ciudad tendrá paz.
Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. (Apocalipsis 21:26)
Lo mejor de los diferentes mundos del universo tendrá el derecho de entrar y adorar en la sala del trono durante sus viajes de sábado. Darán gloria a Dios y se arrodillarán ante el Cordero. Las glorias de esos mundos serán colocadas a los pies del Redentor y Heredero del universo, a través de quien y para quien existe toda la creación.
El capítulo 21 concluye con una advertencia a la gente de esta Era de Acuario, para antes y después del milenio:
No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. (Apocalipsis 21:27)
Aprendimos acerca de la “inmensa columna” en medio de la pirámide, que es el tronco del árbol de la vida con sus raíces de las tres Personas de la Deidad. Sus hojas son los redimidos, y su fruto se dará todos los meses.
Está escrito que los frutos mensuales del árbol de la vida otorgan la inmortalidad. Si seguimos la lógica de las imágenes del árbol de la vida, ¡los 144.000 sobre los cimientos serán los frutos del árbol de la vida que brillarán como joyas y estrellas!
Pero ¿cómo se puede comer de los ángeles que solían ser humanos?, ¿y por qué sólo una vez al mes?, ¿y cómo otorgan la inmortalidad? La solución al misterio radica en los viajes frecuentes de la ciudad, que se realizan todos los sábados. Con miríadas de planetas habitados, un servicio de adoración tendría lugar en la Tierra Nueva sólo una vez por la eternidad. Sin embargo, como el planeta de origen de los redimidos por Cristo, la Tierra está especialmente cerca del corazón de Jesús, y por lo tanto también es la sede gubernamental de todo el universo. Sería triste que no ocupara un lugar privilegiado en el calendario de servicios de adoración del Concilio Divino.
Las fiestas de la luna nueva sólo pueden ser determinadas por una sola luna en todo el universo: la luna de la Tierra, que volverá a orbitar la Tierra Nueva. Dios la creó como un reloj para los meses de la tierra, y los sábados ceremoniales de la luna nueva se celebrarán para siempre en la Tierra Nueva, a la que pertenece esta luna en particular, como un satélite eterno. Estas fiestas son un honor especial para los terrícolas que habrán reemplazado a los ángeles caídos, y con gran alegría los redimidos escucharán los sermones de los 144.000 mientras relatan sus aventuras con Jesús durante sus viajes sabáticos a través del universo.
Y será que de luna nueva en luna nueva, y de sábado en sábado, vendrá toda carne [en el sentido de “seres creados”] a adorar delante de mí, dijo el SEÑOR. (Isaías 66:23 JBS)
Muchas fiestas de luna nueva caerán en sábados del séptimo día, y en estos Grandes Sábados, un pequeño grupo de antiguos humanos informará a los habitantes de la Tierra Nueva cómo se les dio el fruto del árbol de la vida por primera vez cuando recibieron y leyeron la última revelación divina del misterio de la Santa Ciudad. Este fue el momento en que se enteraron de su inmortalidad y reconocieron su gran responsabilidad, que tendrán para siempre.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. (Santiago 1:17 18)
Los que reflejan la imagen de Jesús, liderados por el más pequeño de la tribu de José, serán en verdad los últimos frutos del árbol de la vida, pero su predicación será el alimento de los seres inmortales en cada luna nueva por la eternidad, y preservará su inmortalidad:
Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro. (Génesis 49:22)
A cada ex humano se le recordará vívidamente que la batalla contra el mal requiere un arco poderoso.
Le causaron amargura, Le asaetearon, y le aborrecieron los arqueros; Mas su arco se mantuvo poderoso, y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel), (Génesis 49:23-24)
Es el arco de Orión que el jinete del caballo blanco sostiene firmemente en su mano. Le ayuda a ganar la victoria de los seres creados sobre el archienemigo. El sacrificio de Jesús sentó las bases de esta victoria, y de Él, el jinete obtiene su fuerza. Él termina la purificación de la iglesia y del santuario, tan a menudo intentada en vano desde que el caballo blanco comenzó a cabalgar en 1846 con la verdad del sábado.
En el juicio contra Dios Padre, la lucha por el sellamiento de los testigos termina poco antes de que suene la séptima trompeta. Luego, en la séptima plaga, el reloj de Dios señala de nuevo la estrella del jinete con el arco, como lo hizo el 31 de enero de 2014 al comienzo del ciclo preparatorio de las trompetas; al comienzo de los siete truenos el 25 de octubre de 2015; en el tiempo cuando comenzaron a sonar las trompetas fuertes el 22 de noviembre de 2016, y el 20 de agosto de 2018, cuando la pestilencia de la úlcera de la primera plaga cayó sobre los adoradores del sol. Cuando toda la ira de Dios llegue a los impenitentes, el jinete que había sido una vez humano con los últimos fieles, no estará allí más. Poco antes de eso, será separado de ellos para tomar su lugar en el reino de Dios como el séptimo ángel de las plagas.
Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. (Apocalipsis 6:1—2)
El último mensajero de la tribu de José, sobre el caballo blanco, sabe que su fuerza proviene únicamente del Todopoderoso y que sólo puede salir victorioso si no depende de su propio brazo.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)
Ricamente bendecido con el conocimiento de los cielos de arriba y del abismo que está abajo, pero separado de sus hermanos adventistas, encontraría los últimos descendientes de las tribus y los conduciría a las fronteras de las montañas eternas de las constelaciones.
… (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel), por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José, y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos. (de Génesis 49:24 26)
Pronto se mostrará a los últimos frutos cómo reciben las “bendiciones de los pechos y del vientre”, a pesar de que esta tierra se ha vuelto estéril.
Al final del último ciclo del reloj de Orión, las siete postreras plagas, un Jinete diferente aparece en gran gloria en otro caballo blanco.[7] Él no sostiene un arco, sino en Su mano derecha una hoz y en Su izquierda una trompeta de plata.[8] Una espada de dos filos sale de Su boca,[9] y es seguido por todos los ángeles del cielo: es Jesús-Alnitak, con Sus huestes angelicales. Justo detrás de Él, el jinete con el arco será visible de nuevo, porque el reloj de las plagas también debe terminar su ronda con un siete. No habrá más jinetes en caballos rojos, negros o pálidos después de eso. Los líderes que trajeron la disputa, la falsa doctrina y la segunda muerte a la iglesia del juicio de Dios, perecerán.
Nuestro “viaje en el tiempo” hasta el año jubilar de 1890 habrá terminado. Hasta entonces, se le permitió al árbol de la vida seguir creciendo. Sus raíces se remontan profundamente en la era de la rebelión en el cielo. La corona de este poderoso árbol, plantado por Dios Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, mide 12.000 estadios cuadrados. Su altura exterior es una imagen de 12.000 años, o seis eras que pasarían, antes de que este árbol fuera completamente maduro y las naciones del cielo pudieran ser sanadas por las hojas del árbol, y el mortal pudiera vestirse de inmortalidad.
Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. (Lucas 21:24)
El punto vernal ha estado migrando a través del Mazzaroth, a lo largo de las eras desde que el León de la tribu de Judá fue atacado en el cielo por Satanás y sus seguidores.[10]
Contando 12.000 años desde el año 10085 a. C., llegamos al año 1916. Ese año es el punto focal del misterioso triplete de años, 1915, 1916, 1917, que se encuentra en la Lista de los Grandes Sábados. Es misterioso porque aún no hemos explorado cuál fue el gran evento en la historia mundial que aconteció en esos años, aunque pudimos ver tales eventos en los otros tripletes de años. Por supuesto, la Primera Guerra Mundial comenzó en 1914, un año antes de que comenzara el triplete, pero ese año ya está marcado en Orión y su historia se cuenta allí.
En los artículos sobre el gen de la vida, hemos llamado este triplete como el E.d.P.,[11] porque fueron los primeros años después de la muerte de Elena G. de White en 1915 lo que allanó el camino para la traición final de la iglesia a Dios en el correspondiente triplete del ecumenismo de los años 1986, 1987, 1988.
Si las dimensiones exteriores de la Nueva Jerusalén apuntan al año 1916, entonces podría referirse a un evento histórico relacionado con la antigua Jerusalén. Hay una importante profecía de tiempo en este contexto que nunca antes hemos abordado. Cuando Jesús comenta acerca de la destrucción del segundo templo en Lucas, usa nuevamente a Jerusalén como un reloj y dice:
Él está hablando de la diáspora después del año 70 d.C., y cuánto duraría. Si el año 10085 a.C. es correcto, los 12.000 años (estadios) deberían llevarnos a los límites de un año cuando la diáspora llegó a su fin y sucedió algo en el territorio de Jerusalén que indicó que el pueblo judío podía regresar a su hogar ancestral.
El 2 de noviembre de 1917, poco después del comienzo del año 12001 después de la rebelión en el cielo y el último año del triplete del Espíritu de Profecía, los tiempos de los gentiles se cumplieron con la firma de la Declaración Balfour.
La Declaración Balfour (fechada el 2 de noviembre de 1917) fue una manifestación formal pública del gobierno británico durante la Primera Guerra Mundial, para anunciar su apoyo al establecimiento de un «hogar nacional» para el pueblo judío en la región de Palestina, que en ese entonces formaba parte del Imperio otomano. La Declaración fue incluida en una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores británico (Foreign Office) Arthur James Balfour y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña, para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. El texto fue publicado en la prensa el 9 de noviembre de 1917…
El Gobierno de Su Majestad contempla con beneplácito el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político de los judíos en cualquier otro país.
Esta proclamación británica en 1917 garantizó el establecimiento del Estado de Israel, y con él comenzó el conflicto sobre Palestina que continúa hasta nuestros días, y para el cual se supone que la Declaración de Trump debe traer una solución pacífica. El año 1916 fue declarado oficialmente como el último año de la diáspora.
En el centro del triplete de años correspondiente que comenzó en 1986, está 1987 con la Primera Intifada. El conflicto con respecto a la fundación del Estado de Israel había crecido tanto desde 1916 que los palestinos se arriesgaron a su primer gran levantamiento, también conocido como “La Guerra de las Piedras”. El plan Francmasón presentado por Albert Pike para crear el Estado de Israel como un catalizador para la Tercera Guerra Mundial parecía estar funcionando. Pero Dios dejó que los cuatro ángeles retuvieran los cuatro vientos hasta que sea sellado el último de los 144.000. Espero que sepan que este tiempo no está lejos.
Consideren atentamente que la altura inclinada de la pirámide aparentemente representa una línea de tiempo que indica con precisión el año, ¡a lo largo de seis eras!
Orión tiene otra pieza de información muy interesante esperándonos. Si consideran la constelación como un reloj de arena, ven la vista lateral de dos pirámides, y no sólo de una. En el medio, ambas “pirámides” se miran entre sí en sus puntas, separadas por las líneas del trono y la sala del trono. Podríamos llegar a la idea de que esta dicotomía debería ser dos grandes tiempos en el plan de salvación: el tiempo del Antiguo Testamento antes de la primera venida de Jesús y el tiempo del Nuevo Testamento después de eso, en el que estamos ahora. Si tuviéramos que decidir cuál de las dos pirámides debe representar el tiempo después de la muerte de Cristo, entonces yo elegiría aquella donde la Nebulosa de Orión representa la gran herida de Jesús en Su costado, y el lente a través del cual alcanzaremos el reino de Dios.
La sala del trono de la Santa Ciudad se encuentra adentro, en la cima aplanada de la pirámide que también forma su área de aterrizaje. Ahora estamos interesados en qué tiempo de la historia se mostraría si el piramidión, es decir, la punta (o piedra angular) de la pirámide para el tiempo después de Cristo, estuviera realmente presente.
Para poder convertir las dimensiones externas de la pirámide, primero debemos investigar la fecha final de dicha pirámide del Nuevo Testamento.
Cuando Elena G. de White murió en 1915, los adventistas ya tenían 25 años en la nueva peregrinación en el desierto que tenían que afrontar desde 1890, por rechazar el comienzo del mensaje del cuarto ángel en 1888. Qué pena debieron haber causado estos largos años en el corazón de la profetisa, a quien se le había permitido ver el cielo desde su primera visión.
Cristo la habría recibido en Sus brazos en el año del Jubileo de 1890, sin que ella hubiera visto la muerte, y muchos otros de las iglesias adventistas con ella, que habrían vivido y permanecido fieles hasta ese tiempo. Después de este ciertamente gran chasco, el septuagésimo jubileo perdido, la iglesia se estancó y a pesar del aumento de miembros, hubo un declive en la moral general, de modo que nueve años después del inicio del mensaje de Orión, enfrentamos el hecho devastador de que menos de 20 personas de los 20 millones en la Iglesia Adventista estarán en el cielo. ¡Esa es menos de una millonésima parte de la iglesia!
Ninguna verdad, por profunda que sea, dentro de este mensaje transcendental del amoroso Padre podría alcanzar los obstinados corazones de los adventistas, y los cristianos restantes, a quienes, con un esfuerzo financiero sustancial, queríamos llamar a salir de otras iglesias igualmente caídas, y hasta ahora han permanecido desinteresados.
Desde el 22 de octubre de 2016, cuando oramos por una extensión de tiempo, hemos estado en nuestro camino de regreso al año jubilar de 1890 para compensar lo que faltaba. Si la iglesia adventista no hubiera sido infiel, el árbol de la vida en su forma piramidal habría representado el número total de aquellos que habrían reemplazado a los ángeles caídos en el cielo. Lo que no se alcanzó en 1890 debe alcanzarse para mayo de 2019 porque es entonces cuando pasaremos ese punto crítico en el crecimiento del árbol de la vida de nuevo en el camino de regreso en el tiempo.
Habiendo considerado estas cosas, probablemente sea legítimo establecer el punto final (planeado) del crecimiento de la pirámide del N.T. a 1890.
¿Cuál sería la fecha de inicio lógica para esta pirámide del N.T.? Sólo dos eventos históricos son considerados para la fecha del comienzo del cristianismo: la muerte de Jesús en la cruz en el año 31 d.C. o el apedreamiento de Esteban y la conversión de Pablo en el año 34 d.C. Sin embargo, ahora sabemos que la sala del trono se encuentra en la punta aplanada de la pirámide y abarca los sitios de la Pasión de Jesús. Por lo tanto, es muy probable que la fecha de la crucifixión de nuestro Señor el 25 de mayo del año 31 d.C., podría ser la base del piramidión, en el tiempo, y podría conducir a una fecha significativa en su (hipotética) punta.
Calculemos y veamos si encontramos oro.
El tiempo completo representado por la pirámide del N.T. sería...
1890 – 31 = 1859 años.
Por año, la altura inclinada de la pirámide nos daría...
(12.000 estadios – 24 estadios) ÷ 1859 años = 6,44217 estadios por año
El piramidión tendría una altura inclinada de 24 estadios, que ahora debe ser convertida en años...
24 estadios ÷ 6,44217 estadios por año = 3,7254 años
¿Cuántos días le corresponden?
3,7254 años × 365 días por año = 1359,771 días. Eso sería 1359 días (redondeado hacia abajo) o 1360 días (redondeado hacia arriba).
Obtenemos dos fechas posibles para la punta del piramidión, que comenzó en la era del “Nuevo Testamento”, cuando usamos una calculadora de fecha para restar 1359 o 1360 días al 25 de mayo del año 31 d.C., de acuerdo con el conteo inclusivo judío:
3/4 de septiembre del año 27 d.C. o 4/5 de septiembre del año 27 d.C.[12]
¿Podemos encontrar algo significativo en estas fechas?
Eso sí, el año 27 d.C. fue el año en que Jesús comenzó Su ministerio en esta tierra, con las festividades de otoño. Sabemos por la profecía de las 70 semanas y el registro histórico de los Evangelios, que Su ministerio duró tres años y medio desde el otoño del año 27 d.C. hasta la primavera del año 31 d.C. (25 de mayo).
El año 31 d.C. fue un año que siguió al mes bisiesto (un Adar II) del año anterior. Estos meses bisiestos ocurrieron—según las reglas del equinoccio de primavera y la prueba de la cebada—aproximadamente cada tres o cuatro años. Es muy posible que el año anterior al año 27 d.C. también tuviera un Adar II, por lo que el año 27 d.C. podría haber comenzado bastante tarde el 26/27 de abril en lugar de un mes antes.
Independientemente de si el año 27 comenzó en marzo o abril, las fechas de septiembre no caen en el séptimo mes festivo, ¡sino en el quinto o el sexto mes del año judío!
Primero preguntemos: ¿qué evento quiere mostrarnos el Señor con estas posibles fechas? Debe ser el bautismo de Jesús en el Jordán, cuya fecha representa un misterio casi mayor que el de Su fecha de crucifixión.[13] Su bautismo y cuarenta días en el desierto deben haber sido antes de que comenzara Su ministerio, porque en la boda de Caná, que tuvo lugar el tercer día[14] después de Su ayuno en el desierto, Él dijo...
Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. (Juan 2:4)
Es comprensible que Jesús tuvo que ser tentado en el desierto antes de Su ministerio de tres años y medio; sólo si Él pasaba esta terrible prueba, realmente sería el Hijo de Dios, y podría resistir a Satanás y seguir el camino del Cordero expiatorio para la humanidad.
No olviden que Él mismo tenía que determinar Su propósito, porque había aprendido de Su naturaleza divina sólo mediante el estudio de la Palabra de Dios y comparando con Su propia vida pasada—especialmente su infancia en Belén, Egipto y Nazaret—las profecías que ¡Él era el Hijo de Dios y el Mesías! (Tengan esto en cuenta, porque hay otro misterio celestial asociado con este entendimiento).
Es seguro asumir que Jesús entendió perfectamente la profecía de Daniel de las 70 semanas y Su muerte violenta a la mitad de la semana 70 profetizada allí. Por la fecha de la orden de Artajerjes, que se hizo realidad para el año 27 d.C. como la última de las tres posibilidades, Él también sabía que la semana 70 comenzaría ese año, y que el tiempo de Su ministerio vendría con la primera fiesta de otoño del año. Él estaba completamente consciente de que Él era el Cordero de Dios profetizado que necesitaba ser sacrificado.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. (Isaías 53:7)
Él entendió, como ningún otro, que el cordero cuya sangre los israelitas tenían que pintar en los dinteles de sus puertas para ser salvados del ángel de la muerte, representaba Su sangre. Él comprendió las costumbres de Su tiempo, incluyendo la celebración apropiada de la Pascua, y sabía que tendría que morir el día 14 de Nissan para convertirse en el antitipo del sacrificio de la tarde y abolir el sistema de sacrificios de una vez por todas.
Él sabía qué día del mes era cuando los israelitas realmente dejaron la esclavitud en Egipto, y comprendió el modo de expresión confuso usado por Moisés al registrar ese día como el día 15 del primer mes[15] (egipcio), aunque el día de su liberación fue en verdad el 14 de Nissan según el calendario judío, y que por lo tanto tenía que representar la liberación de la esclavitud del pecado. Él no tenía el problema de las dos pascuas que nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo, identificamos como una nube de errores proviniendo de los eruditos bíblicos de hoy.
Por lo tanto, Él estaba consciente a través del estudio de las Escrituras, al igual que Juan el Bautista, que después de Su bautismo, que representaba Su muerte como “el Cordero que quita el pecado del mundo”,[16] todavía sería tentado por 40 días, de acuerdo con el tipo del vagar en el desierto de los israelitas, y luego tendría que regresar a Galilea, todo antes de que las fiestas de otoño comenzaran con la Fiesta de las Trompetas.
¿Qué fecha habría elegido Jesús para Su bautismo, con todo ese conocimiento previo? Él no sabía la fecha exacta en que comenzaría la Fiesta de las Trompetas, pero sabía que tendría que ser bautizado unos dos meses antes, para que Él, con el Espíritu Santo, pudiera resistir a Satanás. Sabía, por supuesto, la fecha aproximada de la Fiesta de las Trompetas, simplemente no el día exacto, ya que dependía del avistamiento de la luna. Él estaba muy consciente del ciclo lunar de 29,5 días.
Por lo tanto, Él habría elegido el quinto mes del año judío actual, de modo que todos los demás eventos preparatorios para Su obra pudieran encajar en el marco de tiempo. Y de ese quinto mes, seguramente habría elegido el decimocuarto día, cuando liberó a los israelitas del éxodo de la esclavitud de Egipto. Él también liberaría antitípicamente a los cristianos de la esclavitud del pecado el día catorce del mes al abolir el sistema de sacrificios con Su propia sangre en un día de Pascua.
Teníamos dos fechas posibles para la cúspide del piramidión, dependiendo de si redondeábamos hacia arriba o hacia abajo. Sin embargo, redondear hacia arriba correspondería un poco más a la forma de pensar judía, en la que también se cuenta cada día que es “tocado”.
Entonces, si tomamos el número decimal de 1359,771 como el número entero 1360 y calculamos desde el 25 de mayo del año 31 d.C. (conteo inclusivo judío), llegamos al 3/4 de septiembre del año 27 d.C. como la fecha exacta del bautismo de Jesús, calculada al redondear hacia arriba desde la altura del piramidión.
Ahora es importante verificar si esto concuerda con la idea de qué día Jesús habría elegido para el antitipo del éxodo. La quinta luna creciente del año judío fue avistada desde el Monte del Templo en la noche del 21 de agosto del año 27 d.C. Eso hace al 21/22 de agosto del año 27 d.C., el primer día del quinto mes. Si continuamos contando, llegamos al 3/4 de septiembre del año 27 d.C. como el día 14 del quinto mes y ¡el día en que Jesús recibió públicamente el Espíritu Santo en forma de paloma!
Jesús no tuvo que nacer de nuevo, porque no tenía pecado, pero Su bautismo fue para servir como un ejemplo para nosotros los pecadores, que debemos imitar si queremos, a través de Él, resistir las tentaciones de Satanás.
Hemos resuelto otro gran misterio del tiempo. Más tarde, aprenderemos qué tan grande es realmente. ¿Cómo se conmemorará el bautismo, mediante el cual todos los redimidos dieron sus vidas al Señor de la Vida, como una fiesta en el cielo?
Al leer esto, suena como si el Espíritu Santo nos guio directamente a esa fecha y al cálculo correcto del piramidión, pero no quisiera negarles que la fecha correcta fue la penúltima comprensión antes de nuestro gran examen final en Paraguay del que hablaré más adelante en la Parte III. Reconocimos el verdadero significado de esta fecha el 22 de enero de 2018 en la tarde, en el aniversario del mensaje de Orión, y habíamos encontrado la manera de calcularla y tuvimos la idea con el piramidión un sábado antes de eso, pero el pequeño error surgió porque no habíamos restado los 24 estadios de la sala del trono en el cálculo de estadios por año. Llegamos a una fecha posterior, el 6 de septiembre del año 27 d.C., que era un sábado. Estuvimos contentos con eso por un largo tiempo, ya que para nosotros el sábado parecía ser un día simbólico del reposo de Jesús en la tumba, y por lo tanto del bautismo por inmersión, que simboliza la muerte.
Pero cuando comencé este capítulo en el día de la súper luna llena, que también era una luna de sangre y una luna azul al mismo tiempo, que ocurre una vez cada 150 años, el 31 de enero/1 de febrero de 2018, noté el error de cálculo y nos vimos obligados a estudiar los hechos aún más profundamente. En la noche de ese aniversario del jinete en el caballo blanco de 2014, estábamos considerando el 5 de septiembre porque todavía no habíamos recordado los viejos estudios, sólo que los israelitas habían sido sacados del cautiverio el día 15, según Moisés.
Busqué pistas en los sueños de Ernie Knoll, que previamente habían confirmado la fecha del 25 de mayo del 31 d.C., a través de la fecha del sueño (25 de mayo de 2008), así como también a través del contenido del sueño en sí (La cruz). El único sueño con una fecha del 5 de septiembre fue el conocido sueño Oscuridad repentina del 2007, cuyo contenido sin embargo, no ofrece ninguna indicación de bautismo.
Sin embargo, en la mañana del 2 de febrero de 2018, mi querida esposa Linda me recordó mi propio estudio de las Sombras de la cruz, de esa manera la discrepancia con el lugar decimal (1359,771) también fue corregida y todo entró en armonía. Finalmente, supe por qué había hecho ese estudio tan complicado en ese tiempo, porque hasta ahora parecía haber sido de importancia secundaria.
¿Encontraría la confirmación una vez más en los viejos y aún no adulterados sueños de Ernie Knoll?[17]
Extracto de SI ME AMAS, 4 de septiembre de 2007
Todavía sonriendo, mi ángel dice, “¿Me permites tu mano derecha otra vez? Le extiendo la mano derecha. Él la toma, y siento paz y seguridad. Me dice, “Hay más que mostrarte.” Ascendemos y pronto estamos en el pasillo que he visto en sueños anteriores. Atravesamos la pared a un cuarto donde hay mucha gente. Algunos no son importantes y otros, sí lo son. Algunos no tienen mucha educación, y otros, sí. Muchos trabajan en servicio a otros. No conozco a nadie. Le pregunto al ángel, “¿Quiénes son estas personas?” Me dice, “Observa atentamente.” Observo a un hombre que está hablando. Está lleno de grasa desde la cabeza hasta los pies. Parece que ha estado trabajando con un automóvil. Habla como alguien sin educación, pero conocedor de asuntos mecánicos. De repente, una luz desde lo alto lo rodea. Pareciera que su gorro se ha encendido de fuego. El hombre habla de nuevo, y puede hablar como alguien conocedor. Sale y habla con muchos que se congregan alrededor. Les habla del amor de Jesús, como tenemos que aceptarlo como nuestro mejor Amigo, y como debemos aceptar y creer que Él murió por nosotros. Mucha, mucha, mucha gente se reúne alrededor y acepta a Jesús.
Volviendo a mirar al cuarto donde me encuentro, veo a otro hombre. Sé que es un individuo que recoge basura y limpia cuartos de baño. Carga escoba y trapeador. Tiene la espalda doblada de tanto inclinarse para limpiar. La luz desciende resplandeciente sobre él y parece que su cabello se enciende. Suelta la escoba y el trapeador. Ahora sostiene una Biblia y un libro del Espíritu de Profecía. Se endereza su espalda y sale del cuarto. Muchos lo rodean y él comienza a compartir cosas de la Biblia y el Espíritu de Profecía.
Volteo y vuelo a mirar el cuarto. Veo a alguien que me doy cuenta es un prisionero que ha hecho algo malo. Le pregunto al ángel, “¿Todavía es prisionero, o ha sido puesto en libertad?” Mi ángel me sonríe con tanta paciencia, me aprieta la mano un poco y me dice, “Observa.” Una luz celestial brilla sobre el prisionero y la parte superior de su cabeza parece encenderse. Sale y comienza a hablar con muchos otros vestidos como él. Muchos, muchos, muchos se reúnen y lo escuchan. Muchos caen de rodillas clamando a Jesús por el perdón de sus pecados.
Volteo y veo a un hombre con una pala en la mano derecha. Calza botas pesadas de trabajo, cubiertas de lodo. Su cara está sucia con señas de sudor. Una luz brilla desde lo alto y su yelmo protector parece encenderse. Sale y comienza a hablar.
Miro a mi ángel, el cual todavía me tiene de la mano, y le pregunto, “¿Cuándo sucederá esto?” Salimos del cuarto y nos paramos en el pasillo. Vuelvo a preguntar, “¿Cuándo ocurrirá el evento que acabo de ver?” Él me pregunta, “¿Qué es lo que crees que viste?” Le contesto, “¿Acaso no fue el derramamiento del Espíritu Santo?” Él me dice, “Ven.”
Hablando de Jesús, Juan el Bautista dijo:
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3:11)
Lean un poco más adelante en el sueño. Sigue una demostración de la preparación de un pan de molde y cuánto tiempo se tarda en terminarlo completamente, empaquetarlo y tenerlo listo para disfrutar. El entendimiento completo de esta parte del sueño me eludió por un largo tiempo, hasta que ahora llegué a entenderlo a la luz de este testimonio de cuatro partes, porque yo también soy un panadero que debe preparar este abundante conocimiento, dejarlo reposar varias veces, hornearlo, dejarlo enfriar y dividirlo en rebanadas para ser distribuidas en bolsas plásticas de tamaño conveniente y bien envueltas. ¿Huele bien en la panadería de la Granja Nube Blanca?
Estoy de acuerdo con “el Heraldo”, el ángel Gabriel, cuando le dice a Ernie:
Mi ángel dice, “No es cualquier cosa el hacer pan”.
La fecha del bautismo de Jesús continuará desempeñando un papel importantísimo a medida que continuamos en esta última sección principal de estudio del mensaje del cuarto ángel. Tomen nota de ello, y lean las fuentes sobre el bautismo de Jesús de Elena G. de White y la Biblia. Encontrarán muchas más afirmaciones allí que el piramidión indica con precisión esta fecha importante en la vida de Jesús. Desafortunadamente, una elucidación aún más detallada reventaría esta bolsa de plástico.
Sin embargo, parece claro que el derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne tiene que ver con encontrar la fecha del bautismo de Jesús, de lo contrario, este sueño de Ernie, que también implica que debemos estar justo frente al evento de “bolas de fuego”, no lo conectaría tan claramente.
Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; (Hechos 2:17-20)
Mis queridos compañeros de viaje, el Espíritu de Dios es luz; la luz que recibimos para caminar en la oscuridad. Al comienzo de Su ministerio de tres años y medio, nuestro Señor dijo a todas las tribus:
Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 4:15-17)
Ahora les hablaré sobre la luz de la Santa Ciudad y sobre su tremendo brillo. Pondrá, todo lo que hayan imaginado acerca de ella, en las sombras.
Es hora de abrirles los ojos y darles la luz que ilumina a la Santa Ciudad. No sólo ilumina la Santa Ciudad, sino que también es la fuente de luz del proyector para todo un universo, ¡miles de millones de años luz en extensión! ¡Realmente debe irradiar el esplendor y la gloria de Dios y brillar incluso más que nuestro sol, cuyo brillo ni siquiera es una pizca de luz en el infinito!
Han oído hablar de ellos, y los han visto en imágenes, y aun así no los han reconocido. Si los vieran con sus ojos humanos, morirían, pero son reales y siempre nos rodean.
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 22:5)
¿Dónde está la lámpara para las cuatro unidades de proyección de la Santa Ciudad? Podrían responder: “Sólo hay dos posibilidades: en la sala del trono o en el extremo opuesto de la ciudad piramidal, en algo así como una plaza con un enorme reflector”.
Conozco la Lámpara y la respuesta: el versículo dice que “el Señor Dios alumbrará sobre ellos”,[18] así que debe estar en el extremo ancho de la ciudad cuando ha aterrizado. Por el momento, sin embargo, es difícil para nosotros armonizar esta posición de la lámpara con la sala del trono, donde debería estar Dios, que está en la punta aplanada de la pirámide. Pronto, sin embargo, esta aparente contradicción se disolverá en la nada.
Para descubrir la naturaleza de la lámpara de Dios, debemos recordar que la Santa Ciudad, tal como la conocemos, es sólo una proyección de la realidad detrás de la lente en la Nebulosa de Orión. Es un símbolo que puede, sin embargo, convertirse en una realidad tangible cuando los santos viajan con Dios. Sin embargo, la Santa Ciudad de Apocalipsis 21 es, y sigue siendo, una miniaturización o modelo de algo mucho más grande en la realidad de Dios que puede aterrizar en un planeta (al menos la punta de la pirámide, mientras que la mayor parte permanece en el espacio exterior).
Ya han aprendido que todo nuestro universo tridimensional es una proyección, mientras que la realidad de la vida eterna se encuentra en el universo 4D/6D de razas inteligentes y ángeles. Toda la Santa Ciudad, tal como la conocemos, es por lo tanto sólo una “proyección” de la sede del gobierno de Dios para el universo 6D de ángeles, que puede ser llevada a cualquier punto del universo 4D de la creación sin pecado, como Dios lo desee.
Hasta ahora, cuando hablábamos sobre las dimensiones de estadios o de kilómetros de la Santa Ciudad, ¡siempre fue en referencia a la proyección de la verdadera ciudad de Dios! Enfatizo nuevamente: la Santa Ciudad en Apocalipsis 21 es un símbolo real, pero “proyectado” de la realidad de Dios. ¡Nada de lo que está en la Revelación de Jesucristo debe tomarse demasiado literal! Ustedes conocen este principio. Sin embargo, en nuestros estudios de la Santa Ciudad hasta el momento, lo hemos ignorado casi por completo.
La lámpara de un proyector generalmente está en el otro lado del lente u objetivo, cuando estamos de pie en el lado donde se proyecta la imagen en la pantalla. En este caso, la pantalla es nuestro universo 3D, la lente es la Nebulosa de Orión, y la diapositiva se origina del verdadero universo en el espacio 4D, pero ¿cuál sería la lámpara, mucho más allá de la Nebulosa de Orión?
Basado en el tamaño real de la Santa Ciudad, podemos medir cuál debe ser la verdadera naturaleza de la lámpara. Para hacer eso, de alguna manera debemos convertir las dimensiones de la Santa Ciudad a las dimensiones de la realidad de Dios.
Hace algún tiempo, enseñé que podemos entender los “estadios” en el libro de Apocalipsis, que ya no se utilizan, como una unidad de medida simbólica que representa una unidad de astronomía muy conocida. Recuerden por favor:
Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios. (Apocalipsis 14:20)
En el artículo ¡Es el Señor!, expliqué que los caballos, o sus frenos, son símbolos de la Nebulosa Cabeza de Caballo, que está a unos 1.600 años luz de la Tierra. Se descifró que cuando Dios dice “estadios” en Apocalipsis, en realidad habla de años luz.
Es decir, Jesús nos dice en Apocalipsis, que la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, tiene una extensión de 12.000 años luz cuadrados, en su base ancha. Si la lámpara de Dios está ubicada en ese extremo de la pirámide verdadera, ¡entonces también debe tener esas dimensiones astronómicas!
¿Alguno de ustedes se cayó de su silla? Las dimensiones de la Santa Ciudad en “el otro lado” ahora superan todo lo que hemos aprendido hasta ahora sobre este proyector gigante, ¡que ya apenas podíamos imaginar! Algunos seguramente tuvieron algunas dificultades con la longitud anterior de cada lado de 2.218 km, pero ahora estamos hablando de un proyector a escala universal. Bueno, señalaré que Él también tiene que proyectar un universo entero. Ahora estamos hablando del proyector 4D " Santa Ciudad ", que se encuentra detrás de la “lente” de la Nebulosa de Orión.
El reloj de Orión nos había mostrado dos “pirámides” conectadas en sus puntas, que aprendimos a entenderlas, en el último capítulo, como un reloj de arena de los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento. En esta nueva imagen, consideramos las dos pirámides como la revelación de Dios en Orión, que, en el otro lado de la Nebulosa de Orión, debe haber otro universo con la verdadera “pirámide” de la Santa Ciudad. ¡Debido a que se proyecta como una imagen del universo de Dios en nuestro libro de lecciones del universo 3D, la lámpara misma también debe reflejarse en nuestro universo!
¿Pueden ver partes de la constelación de Orión en la imagen de arriba? No creo que sea difícil, si consideran el punto focal como el cinturón de estrellas y miran las líneas que emanan de él como las líneas hacia las estrellas exteriores. Por lo tanto, Dios representa en Orión el principio de la proyección de la imagen misma.
¿Ven cómo la parte ancha de la “pirámide” izquierda corresponde a la lente misma que agrupa la luz? Luego también ven cómo la “luz” en la imagen de arriba ocupa la misma área de la lente. Por lo tanto, debemos buscar una “fuente de luz” en nuestro universo que ocupe 12.000 años luz cuadrados, brille intensamente, y pueda representar un reflejo de la “Lámpara de Dios” en el libro de la naturaleza.
Solo hay una entidad cósmica que tiene estas dimensiones y brilla con la luz de miles de millones de estrellas comprimidas en un espacio reducido. Es una lámpara gigantesca de proporciones galácticas, porque 12.000 años luz o 4 kilopársecs (kpc) corresponden al diámetro del bulbo galáctico aproximadamente esférico de nuestra Vía Láctea, donde se encuentra el centro galáctico y se juntan enormes masas estelares. No hay ninguna otra entidad cósmica que podamos encontrar en nuestro entorno que tenga esas dimensiones gigantescas de 12.000 años luz cuadrados, brillando a la luz de (hasta ahora innumerables) miles de millones de estrellas como una gran “lámpara” de Dios.
Sólo desde 2008 es que se sabe que nuestra galaxia es más ancha de lo que se suponía anteriormente, y la medición más ancha está en el medio,[19] lo que justifica hacer un corte transversal a través de ella con un área de 12.000 años luz al cuadrado. Es interesante observar que tiene una figura que se asemeja a una barra con una bola en el medio. La barra en la galaxia plana en forma de disco se ve casi como una bombilla fluorescente moderna con el portalámparas, lo que justifica una representación como la de un área en el modelo.
Nuestro sistema solar está, alabado sea Dios, a unos 26.000 años luz del centro de esta lámpara hiper brillante. ¿Recuerdan que el Cordero es la luz de la Santa Ciudad? ¿En qué parte del universo encontraríamos una representación más grande del poder y la potencia de esta Lámpara que la inmensa acumulación de miles de millones de masas estelares en el bulbo galáctico?
Encontramos en algunos artículos científicos que enormes masas de polvo estelar y materia oscura protegen nuestros ojos de la luz del bulbo galáctico, de lo contrario, todo lo que veríamos sería un brillo abrumador al mirar en la dirección del centro galáctico, que se encuentra en Sagitario. Allí, estrellas viejas (rojas) y jóvenes (amarillo blanquecino) se unen en una bola llena de luz:
El Espíritu Santo quiere guiarnos paso a paso en la verdad de la realidad de la cuarta dimensión, donde la tierra ocupa una “posición superior” en la pirámide, y los miles de millones de estrellas atestadas del bulbo galáctico simbolizan la luz del cielo y sus huestes angelicales.
En el primer acto de creación, Dios proporcionó luz en el “proyector” que proyecta en una pantalla tridimensional la imagen no sólo de nuestro sistema solar y sus planetas y todas las estrellas circundantes de nuestra galaxia, sino también las de los otros mundos simbolizados por las regiones estelares de innumerables otras galaxias:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. (Génesis 1:1-3)
Cualquiera que alguna vez se haya preguntado cómo podría ser que Dios primero haya creado la luz y luego el sol, la luna y las estrellas, ahora ha encontrado—probablemente de manera completamente inesperada—una gran respuesta lógica: la lámpara del proyector sobre el pozo del abismo había sido encendida, comenzando la proyección del universo 3D que nos rodea tal como lo conocemos. Más y más cuerpos celestes, como el sol, la luna y las estrellas fueron añadidos.
Aquellos que lean cuidadosamente el relato de la creación pueden ver que la tierra ya existía antes de encender el proyector, y que estaba vacía hasta que la proyección comenzó y se creó la vida en ella. De acuerdo con esta revelación divina, es el único planeta en nuestro universo 3D que da vida, ya que todos los sistemas estelares que existen son sólo proyecciones. No es de extrañar que la humanidad busque en vano señales de vida inteligente en el universo, cuando las estrellas mismas son sólo símbolos de los seres inteligentes del verdadero universo 4D de Dios, que viven allá en planetas verdaderamente llenos de vida.
Encontramos la Luz de la Santa Ciudad con proporciones verdaderamente galácticas en la gran base cuadrada. ¿Sería concebible que pudiéramos descubrir algo igualmente gigantesco en la punta aplanada, como en la pirámide modelo?
En la parte superior del modelo de viaje hay un espacio amplio de 24 estadios por 24 estadios (˜20 km2), que ya entendemos como la sala del trono, que se encuentra en la pared de 75 metros de altura donde se encuentran las puertas de la ciudad, que conducen al pasillo de entrada o al vestíbulo del “templo”.
Si convirtiéramos los 24 estadios a las dimensiones reales del Reino de Dios, tendríamos que encontrar una entidad astronómica en “cercanía” a nosotros que mida unos 24 años luz y pueda identificarse como una “sala del trono” en algún lugar de la Palabra de Dios.
Seguramente tu primer pensamiento es de la Nebulosa de Orión, ya que en los artículos antiguos ya la vimos como una sala del trono que estará magníficamente iluminada en cierta fiesta. A Ernie Knoll se le permitió tener un sueño que describía el viaje de los santos a la Nebulosa de Orión de la mano de Jesús, y en otro sueño (Dos Autos) vio que la iluminación de la sala del trono aumentaría en un factor de 200 millones de veces la del sol, tan pronto como esta celebración tenga lugar allí. Este número es típico de una hipernova e indica una explosión estelar proporcionalmente enorme. Sólo puede ser la ceremonia de coronación de los 144.000 a su llegada a la Nebulosa de Orión, o la ceremonia de coronación de Jesús como Gobernante del universo después de su purificación del pecado. Esto se clarificará en una parte posterior de este estudio.
Consulten Wikipedia para ver si la dimensión de “24 años luz” tiene algo que ver con la Nebulosa de Orión, como debemos deducir a partir del modelo de la Santa Ciudad:
Ya que la Nebulosa de Orión no tiene un contorno nítido, el tamaño de la nebulosa asignada depende de la elección del método para definir su borde. A mediados del siglo 20, Stewart Sharpless catalogó una variedad de regiones H-II, dándole a la nebulosa de Orión un diámetro aparente de 60 minutos de arco para fines de comparación. Este ángulo corresponde a una extensión de 24 años luz a una distancia de 1.350 años luz. El catálogo de Lynds de Nebulosas Brillantes menciona 60 × 90 minutos de arco.[20]
¡Eso es asombroso! Una vez más, en el modelo piramidal, Dios nos ha mostrado un objeto dentro de nuestra propia galaxia que supera todo lo que los astrónomos podrían descubrir. Realmente no pueden ver el centro de nuestra galaxia porque la materia densa protege nuestra mirada y nos protege de su explosión de brillo.
Antes de comenzar a transferir más métricas del modelo a la realidad en el universo de Dios, debo revelar la solución al misterio de la duración del viaje de los santos a esa nebulosa. Seguimos haciendo nuevas suposiciones[21] sobre lo que Elena de White realmente quería decir con los “siete” días de viaje a la Nebulosa de Orión, que por supuesto es el mar de vidrio en su visión.
Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio, donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano... {PE 16.2}
Al principio, ignoremos en qué “nave espacial” realmente viajaremos, pero concéntrense en la distancia y cómo alcanzarla en sólo siete días.
Tenemos que suponer que el tiempo de viaje debe percibirse realmente como siete días (judíos) para nosotros, o que en realidad transcurrirán siete días para nosotros. Según nuestro punto de vista del Apéndice A del Legado de Esmirna, no sería una mera coincidencia que fuera la duración de la Fiesta de los Panes sin Levadura, el primer día de la cual comenzaríamos el viaje. Pero ahora sabemos que el tiempo es acortado por una hora profética y que comenzaremos nuestro viaje el 6 o 7 de mayo de 2019. Pero los días exactos de la semana en que nuestro viaje tendrá lugar será el tema de la cuarta parte de este estudio.
Lo que es seguro es que tenemos que llegar a la Nebulosa de Orión al comienzo del séptimo día del viaje, y que todo lo que Elena de White vio en su primera visión debe tener lugar en ese día. Está nuestra coronación, parados en la Nebulosa de Orión, seguida por nuestra entrada a la ciudad por primera vez. Después de eso, se lleva a cabo el aterrizaje de la Santa Ciudad en la Tierra 4D después de que Jesús y los 144.000 descienden primero a ella para mirar mientras la ciudad desciende. La excursión cruza el área del planeta donde se ve el Monte Sion, hay un servicio especial en el templo con las siete columnas, y la entrada a la Santa Ciudad donde finalmente se lleva a cabo el banquete de bodas, también llamado la “Primera Cena”, ¡todo esto en un día! Todas nuestras heridas serán sanadas entonces...
Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó. (Isaías 30:26)
Sin embargo, antes de que este séptimo día pueda tener lugar, debemos atravesar la distancia de 1.350 años luz, y si vamos a lograr eso en seis días más unos minutos u horas, entonces debemos viajar más rápido que la velocidad de la luz. Ya no estamos en nuestro universo 3D, a pesar de que aún no hemos entrado a la Santa Ciudad. Tenemos que viajar en el espacio 4D, porque la Nebulosa de Orión, al igual que la Tierra, está en el brazo de Orión de nuestra propia galaxia, lo que significa que no es necesario usar la quinta o sexta dimensión en este viaje. Pero nuestro paso final al universo 4D/6D de Dios está simbolizado por nuestra entrada a la Santa Ciudad. Para la comparación de tiempo entre nuestro tiempo de viaje y el tiempo que transcurre en la Tierra, debemos suponer que las reglas que se aplican al viaje deben ser similares a las que afirmó el físico alemán Albert Einstein para el universo 3D, y eso significa que si alguien se acerca a la velocidad de la luz (o la excede), entonces el tiempo se hace más lento para él.
Eso significa que mientras pasamos un día en nuestro viaje, pasa mucho más tiempo en la tierra. Ya tomamos en cuenta ese hecho una vez, en el artículo Los siete años de escasez, cuando aún no sabíamos nada sobre la verdadera fecha de la venida de Jesús, ni que Dios ahora explicaría las distancias astronómicas y revelaría Sus misterios finales.
Entonces si, de acuerdo a Elena G. de White, volamos directamente a la Nebulosa de Orión y llegamos allí el séptimo día del viaje e incluso queremos aterrizar en la Tierra 4D ese día, debemos suponer que, en los primeros seis días del viaje, deben haber pasado al menos 1.000 años en la tierra antigua, lo que incluso parece científicamente consistente con nuestras velocidades crucero más rápidas que la de la luz viajando en el espacio 4D.
Dios nos dio un reloj en Orión, y allí Él declara explícitamente que, en el tiempo del juicio, una hora celestial equivale a siete años terrenales, o, en otras palabras, para un día celestial, pasan 168 años en la tierra. Por lo tanto, en seis días de viaje de los santos, (6 × 168 años =) 1.008 años habrían pasado en la tierra hasta el tiempo cuando nos detengamos en la Nebulosa de Orión y las velocidades en las que el tiempo pasa son iguales otra vez.
Cuando llegamos a esta conclusión, todos estábamos en silencio, inmersos en el pensamiento, porque según nuestro propio sentido del tiempo, eso significaría que el 12 de mayo de 2019 seríamos coronados y aterrizaríamos en la Tierra 4D. La fiesta de bodas con Jesús también tendría lugar en la Santa Ciudad ese día. Todo esto habría sucedido para nosotros en sólo una semana desde la segunda venida de Jesús.
Nos preguntamos si eso sería posible, ya que dice que los santos vivirían y reinarían con Cristo por mil años...
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Apocalipsis 20:4)
Si fuera el caso de que este versículo indicara la duración total del reinado de los mártires y los 144.000, entonces uno también debería preguntarse qué sucedería después. Después de los 1.000 años, ridículos en comparación con la eternidad, ¿tendrían los redimidos entonces que ceder su dominio a otros?
No, se debe entender que el versículo describe los primeros mil años del reinado de los santos hasta que ocurra el siguiente versículo:
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. (Apocalipsis 20:5)
Se trata del intervalo entre la primera y la segunda resurrección según el tiempo terrenal. Cuando nos vayamos en 2019, otros siete años pasarán en la tierra hasta que muera la última persona impenitente. Eso se completará en 2026. Luego en 2027, comienza el primer año del reposo sabático milenario en la tierra. Es el primer año en que el pecado ya no acecha al planeta, y está completamente vacío. Durante el séptimo milenio desde la creación, Satanás caminará por la tierra y pensará en lo que ha hecho, mientras que sólo pasarán unos pocos días celestiales para nosotros. Con el paso del año 3026, el milenio termina y el año 3027 volverá a ver a las personas en la tierra: la segunda resurrección sucederá. Para nosotros, será en el día de nuestra llegada a la Nebulosa de Orión con la fiesta de bodas en la Ciudad Santa más tarde esa noche, mientras que el tiempo en la tierra será mucho más avanzado. Después de un “poco tiempo”, cuando el pecado haya sido erradicado de una vez por todas, celebraremos la fiesta de coronación con el Rey del universo.
Comenzamos nuestro “milenio” en 2019, pero un milenio para los entendidos dura 1.008 años según el reloj de Dios en Orión: ocho años más que un milenio para los malvados. Al año 2019 agreguen los seis días de nuestro viaje a la Nebulosa de Orión, que dura 1.008 años en la tierra, y también llegamos al año 3027 como el año de nuestro aterrizaje en la Tierra 4D, porque todavía debemos al menos “tocar” el séptimo día del viaje, ya que la profecía de Elena G. de White del viaje de siete días debe cumplirse.
Me pregunté cuántos días pasarán para Jesús desde el comienzo de la Semana de la Creación, hasta que estemos unidos con Él. Los primeros seis milenios de 1.008 años fueron sólo 36 días para Él. Sin embargo, al comienzo del día 25, se convirtió en hombre y vivió una vida humana sin pecado, y sin embargo laboriosa, con una muerte temprana y dolorosa a la edad de 35 años. Por lo tanto, Él tiene toda la experiencia que tenemos (y más) y siempre podrá simpatizar con nosotros.
El último de los 36 días fue el Día del Juicio celestial con sus 168 años terrenales. Otra hora, del juicio de los vivos, habrá pasado de 2012 a 2019 hasta que pueda resucitar a los suyos y traerlos a las nubes con nosotros. Los seis días de viaje a la Nebulosa de Orión nos llevan a 42 días en el plan celestial de la salvación del pecado. Estos 42 días son el antitipo de las 42 jornadas por las que los israelitas vagaron en el desierto antes de entrar a la tierra prometida, que fluía leche y miel. La verdadera entrada a la Canaán del universo del Señor tendrá lugar en el séptimo día de nuestro viaje hacia la Nebulosa de Orión. Es el día 43 y el primer día después del vagar por el desierto de la humanidad, en que se lleva a cabo la fiesta de bodas. De esta manera, la boda en Caná, el tercer día después de que Jesús regresó de la peregrinación por el desierto de 40 días, se convierte en el tipo perfecto de la fiesta de bodas del Cordero. Ese será el día en que Jesús beberá del fruto de la vid otra vez, y el milagro de convertir el agua en vino estará obrando en nosotros. La tierra—cubierta de agua, sin vida alguna antes de la creación—habrá producido buenos frutos de la vid que llenarán al Creador con la mayor alegría para toda la eternidad.
La armonía de ambos “milenios” es innegable. Una vez le pregunté al grupo a la mesa del almuerzo en la granja: “¿Cómo juzgarían a los muertos en el milenio y qué sentencia les darían?” Lo hice con respecto al siguiente testimonio de la mensajera del Señor:
Durante los mil años que transcurrirán entre la primera resurrección y la segunda, se verificará el juicio de los impíos. … Junto con Cristo juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y fallando cada caso en conformidad con los actos que cometieron por medio de su cuerpo. Entonces lo que los malos tienen que sufrir es medido según sus obras, y queda anotado frente a sus nombres en el libro de la muerte. {CS 641.5-641.6}
Quería saber si los futuros líderes de los ángeles ya tendrían la madurez espiritual para darse cuenta de por qué los 1.000 años del juicio de sentencia sólo tomarían seis días (o incluso menos) para decidir todos los casos de los miles de millones de personas que pecaron mucho o poco. Yo, que había caído en lo más profundo, hacía tiempo que me preguntaba qué sentencia le daría a otro, menos caído, sin juzgarme a mí mismo. Llegué a la conclusión de que sólo le preguntaría a Jesús cuál sería el castigo más breve e indoloro que Él podría imponer y seguir siendo justo, y yo estaría de acuerdo con Él y con Su respuesta y pondría mi sombrero de juez a Sus pies. Probablemente no tomaría seis días para hacer esa pregunta y obtener la respuesta.
Deberíamos haber sabido hace mucho tiempo que no somos mucho mejores que aquellos que no aceptaron el mensaje del cuarto ángel. Fue sólo la gracia de Dios la que nos ayudó cuando caímos. Sólo Él fue quien nos condujo al mensaje de Su última iglesia. Escribo esto llorando porque soy yo quien más necesitaba la mano de ayuda de Jesús para volver al camino de la rectitud. Él es mi único consuelo en la vergüenza, y que podía caer y dejar que Él me levantara es mi recuerdo eterno. Desde que busqué la verdad y vi la figura de Jesús, me recuerdo a mí mismo que todo lo puedo, pero sólo a través de Aquel que me fortalece. Alabado sea Dios únicamente, y le pido clemencia en el castigo de los seducidos que no pudieron ser levantados nuevamente.
La ciencia acaba de aprender recientemente que hay un enorme agujero negro dentro del bulbo galáctico,[22] que también debe tener significado en esta representación simbólica de la realidad de Dios como una pirámide de proporciones galácticas. Debe simbolizar a Dios mismo, no devorando todo lo que puede, sino atrayendo todas Sus estrellas (ángeles) hacia Él, tal como Jesús profetizó:
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. (Juan 12:31-32)
Los agujeros negros son poco entendidos por la ciencia, ya que nada puede escapar de ellos e incluso el tiempo es más lento debido a la tremenda gravedad en sus inmediaciones. El agujero negro en el centro de nuestra galaxia no es un monstruo, como algunos imaginan. Wikipedia explica:
Según el teorema de Birkhoff, es la única solución de vacío que es esféricamente simétrica. Esto significa que no hay diferencia observable entre el campo gravitacional de tal agujero negro y el de cualquier otro objeto esférico de la misma masa. La noción popular de un agujero negro “absorbiendo todo” en su entorno es por lo tanto sólo correcta cerca del horizonte de un agujero negro; lejos, el campo gravitacional externo es idéntico al de cualquier otro cuerpo de la misma masa. [traducido]
La gravedad de 4,5 millones de masas solares es, por supuesto, inimaginablemente alta, pero esa gran cantidad de materia se concentra firmemente en una esfera relativamente pequeña. El diámetro del agujero negro central de nuestra galaxia ha sido investigado por científicos:
El equipo calculó que el diámetro era de unos 22 millones de kilómetros, fácilmente cabe dentro de la órbita de Mercurio. Esto explica una enorme concentración de masa en los espacios más pequeños: los astrónomos fueron capaces de calcular que la masa de 40.000 soles debe ser condensada en un espacio del tamaño de nuestra Tierra—o incluso más pequeño.[23]
Toda nuestra tierra sería un agujero negro en una esfera de 9 mm. ¡Tienen que imaginar eso una vez!
Se pueden encontrar artículos que hablan de un agujero negro como el portal hacia otra dimensión, sólo porque el espacio (la tercera dimensión) está plegado allí, lo que a su vez es una ilustración para una dimensión incluso más alta que la tercera dimensión.
Sabemos qué dimensión está directamente “detrás” del horizonte de eventos de un agujero negro: el tiempo. Dios no nos dejó con la duda, sino que se reveló en las Escrituras como el Tiempo y la séptima dimensión. Cualquiera que esté cerca de tal agujero negro, cuando se acerque más, notará grandes diferencias en el flujo de tiempo que aquellos que están más lejos. Esto explica por qué en el “cielo”, cerca del agujero negro en el centro del bulbo galáctico, el tiempo corre (61.390 veces[24]) más lento que en la tierra.
Por lo que sabemos ahora, podemos suponer con seguridad que no sobreviviríamos el descenso a un agujero negro a menos que Dios mismo intervenga y nos guíe a través de la séptima dimensión.
Por lo tanto, el viaje en el tiempo sólo sería posible con la ayuda de Dios, lo que significa que los ángeles que ocupan una posición elevada, muy cerca de Dios, también podrían ser enviados a misiones especiales en el pasado y en el futuro.
Por supuesto, Dios estableció un límite en lo que es posible para los otros ángeles, y también para Satanás. El viaje en el tiempo suele estar completamente excluido, y por lo tanto también la manipulación del tiempo, que podría usarse para hacer que la injusticia o el pecado sean buenos sin reclamar la sangre de Jesús, sólo por dar un ejemplo. Otro ejemplo sería convertir la derrota en victoria al eliminar los errores que llevaron a la derrota. El carácter de un ser que puede viajar a través del tiempo tendría que ser altamente moral, y eso ciertamente no se aplica a Satanás y sus ángeles caídos, lo que justifica su destierro a un continuo con un número bajo de dimensiones que excluye la posibilidad de acercarse a un agujero negro.
Los redimidos, a medida que ascienden de la miseria del pecado de la mano de Jesús, serán elevados a una dimensión superior mediante el salto simbólico a través de la lente de la Nebulosa de Orión hacia lo desconocido, y hacia un mundo que les parecerá muy extraño y sin duda infinitamente más diverso. Incluso el viaje en el tiempo será posible allí, pero sólo por orden de Dios.
Si el famoso habitante de “Planilandia” en la hoja de papel, pudiera moverse a nuestra tercera dimensión, podría ver por primera vez cuán empobrecido realmente era su mundo bidimensional e incluso podría permitir que muchos otros seres en otros mundos planos “viajen” a “velocidad superlumínica” desde un extremo de una página a otra, sólo enrollando o doblando otras hojas de papel. ¿Qué tan poderoso se sentiría?
Cuando Dios nos eleve a la dimensión superior de los ángeles, veremos desde el exterior que nuestra “realidad” era sólo una proyección y una limitación de lo que seremos en nuestra verdadera dimensión como seres celestiales.
Dios no deja dudas acerca de Su manifestación en el universo. El enorme agujero negro en el centro de la galaxia está rodeado por densas nubes de materia que atrae gravitacionalmente y acumula a su alrededor.
Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. (1 Reyes 8:10-12)
Dios no es el agujero negro en sí mismo, pero Él está detrás de él. Las dimensiones en las que vive Dios están escondidas de nosotros. Él no se detiene en siete dimensiones, pero Él es todas las dimensiones. ¡Y Él es tres personas que piensan y sienten, llenas de amor, sabiduría y justicia!
Jehová reina; regocíjese la tierra, alégrense las muchas costas. Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de su trono. (Salmos 97:1-2)
Hay innumerables agujeros negros en el universo, y todos están conectados entre sí a través de la séptima dimensión. La sustancia de Dios es incomprensible, pero Su amor es revelado en Alnitak-Emanuel, Él que fue herido—con nosotros.
Ahora ha llegado el momento de levantar el velo y revelar lo que Dios realmente quiere mostrar a las personas de la última generación con Sus imágenes de la Santa Ciudad. Es imposible encontrar más características del diseño del modelo de pirámide en la realidad de Dios, sin antes estar informados de la verdadera naturaleza de la Ciudad de Dios.
Hasta ahora, hemos aprendido que la verdadera Santa Ciudad, con (12.0002 =) 144 millones de años luz cuadrados, es una medida de las dimensiones del bulbo galáctico. Si permitimos que esta área atraviese el centro del bulbo, el agujero negro del centro galáctico estaría ubicado exactamente en el medio del plano.
Los 576 años luz cuadrados de la sala del trono son otro valor característico de las dimensiones de la Nebulosa de Orión, ubicada en el llamado brazo de Orión de la galaxia, que conecta dos de sus cuatro brazos espirales.
Nuestro propio planeta, la Tierra, gira alrededor de un sol amarillo relativamente pequeño, pero de larga vida a unos 26.000 años luz (8 kpc) del centro galáctico, y de alguna manera debería estar en la cima de la pirámide porque “el tabernáculo de Dios” estará con los habitantes de la Tierra Nueva.
La altura inclinada de la verdadera pirámide de Dios también debería ser de 12.000 años luz según nuestra línea de pensamiento. Este valor nos permitiría colocarla entre la lámpara gigante y la tierra, pero no tiene mucho sentido dibujarla como se muestra a continuación. No hay un objeto “cuadrado” a 12.000 años luz de distancia y no hay límites para los cuatro triángulos isósceles que forman los muros exteriores de la pirámide.
Para entender lo que Dios quiere representar con Su modelo de pirámide, necesitamos recordar las dimensiones espaciales que una vez nos asustaron con sus confusos cubos en cubos. ¿Pueden recordar que mencioné que ni siquiera debían intentar imaginar el verdadero objeto “cubo” que está en la cuarta, quinta o sexta dimensión, porque no pueden hacerlo de todos modos? Se ve completamente diferente a su sombra proyectada en una dimensión inferior, y gran parte de la información está distorsionada.
Luego les expliqué que tenemos el libro de la naturaleza, el universo, como un libro de texto en frente de nosotros, y que los científicos no entienden la naturaleza de las dimensiones superiores porque no pueden imaginar que Dios revele esas cosas precisamente allí donde pueden mirar con sus telescopios. Tienen la verdad en la mente, pero no la comprenden, aunque parezcan estudiarla. Nosotros, por otro lado, hemos entendido fácilmente que la cuarta dimensión significa viajar dentro de una galaxia, la quinta dimensión viajar entre las galaxias de un cúmulo, y la sexta dimensión viajar entre cúmulos de galaxias o en todo el universo, porque sabemos que Dios presenta estas cosas para que puedan leerse directamente de Su libro de la naturaleza. Para cada intervalo de distancia importante que Dios nos muestra en el libro de texto, necesitábamos una nueva dimensión para cruzarla o doblar el espacio.
Para comprender la verdadera naturaleza de la “pirámide” de Dios, debemos abandonar finalmente la noción de que la sombra que arroja en la tercera dimensión, que aparece como una pirámide de 2.218 km, tendría la misma figura en la verdadera dimensión de la realidad de Dios. Podría ser cualquier cosa, ¡pero de ninguna manera una pirámide! Es lo mismo que con todos los símbolos: si vamos a interpretar el símbolo de una montaña ardiendo, entonces puede significar lo que sea, ¡pero ciertamente no es una montaña ardiendo!
La pirámide de la Santa Ciudad en Apocalipsis 21 es sólo una sombra de un objeto 4D que sólo podemos imaginar cuando Dios revela una imagen de ese objeto que podemos captar con nuestras mentes limitadas. Sólo si comprendemos esta imagen y la vemos frente a nosotros, podemos aprender muchas otras cosas simplemente leyendo.
Ya la han visto, pero aún no la entendían... Aquí hay una interpretación artística de la verdadera Santa Ciudad, ya que no podemos verla desde el exterior, pues vivimos dentro de uno de sus brazos—o más bien en la proyección 3D de ella... Es nuestra galaxia, nuestro hogar...
También tiene un nombre. A través de los milenios, muchos pueblos antiguos la nombraron así por su blanco resplandor en las noches estrelladas, que las estrellas dejan como un rastro de luz en el firmamento:
Este es el nombre de la Santa Ciudad, y al enfrentar ese hecho, tenemos que admitir que no entendimos completamente la segunda parte del sello de Filadelfia:
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12)
¿Les sorprende la naturaleza de la verdadera Santa Ciudad, con su diámetro de más de 100.000 años luz y el maravilloso resplandor de las 100 a 400 mil millones de estrellas que Jesús señaló cuando hizo el pacto con Abraham?
¿No es el objeto más grande y más bello que los humanos pueden ver a simple vista, y no es el objeto anhelado de todas las personas que aman las estrellas?
Oh, si tuviera espacio para expresar mis sentimientos, pero el tiempo es apremiante; todavía tengo mucho que contarles.
¿De qué sendero creen que hablaba Elena G. de White cuando el ángel la acompañó en su primera visión?
Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo descendió sobre mí, y me pareció que me elevaba más y más, muy por encima del tenebroso mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: “Vuelve a mirar un poco más arriba.” Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el “clamor de media noche.” Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran.
Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: “¡Aleluya!” Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso. Pronto oímos la voz de Dios, semejante al ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la hora de la venida de Jesús. Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era fragor de truenos y de terremoto. Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a Moisés al bajar del Sinaí. {PE 14.1-14.2}
Tengan cuidado de no desviarse más de este sendero, no sea que caigan en el mundo sombrío y perverso. ¡Manténganse en el sendero a la Santa Ciudad, la Vía Láctea!
Los científicos creyeron durante mucho tiempo que, como una galaxia espiral, la Vía Láctea tenía cuatro brazos. Luego vino la creencia, durante unos años, de que sólo tenía dos brazos, pero recientemente esa perspectiva tuvo que ser revisada nuevamente. Muchas revistas científicas y sitios web como observatori.uv.es, informaron sobre este hallazgo de 2013:
Los astrónomos discuten sobre el número de brazos espirales de nuestra Galaxia. ¿Es la Vía Láctea una galaxia con dos o con cuatro brazos espirales? Los investigadores a menudo han supuesto que la Vía Láctea es probablemente una galaxia espiral de cuatro brazos, pero observaciones recientes del telescopio Spitzer de NASA sugerían que la Galaxia tiene dos brazos espirales.
En 2013 los astrónomos cartografiaron regiones de formación de estrellas y argumentaron que habían encontrado los dos brazos que faltaban, devolviendo el número total de brazos a cuatro.
Muchos astrónomos hablan de la Vía Láctea no sólo como una “ciudad-estrella”, sino también de sus brazos como “barrios” o “suburbios”. También sería natural considerar sus brazos como áreas rurales y el bulbo interno como una “ciudad dentro de una ciudad”. Ahora finalmente podemos poner muchas de las profecías de Elena G. de White o de Ernie Knoll en el contexto correcto, porque ambos ven una “ciudad dentro de la ciudad”.
Por supuesto, esto también se reflejará en la Tierra Nueva en un entorno que es casi normal para nosotros. Entonces habrá una “Nueva Jerusalén” en la tierra también, y un verdadero Monte Sion. Pero ambos términos son también términos para sus contrapartes en la realidad mucho mayor, la Vía Láctea como un todo, y su bulbo, donde debe haber algo así como un “Monte Sion” también; llegaremos a eso más tarde.
Los brazos de la Vía Láctea también están densamente poblados. Los científicos hablan de miles de millones de planetas por brazo, y bastante contrario a los temores anteriores, se ha encontrado que incluso en el bulbo central (la ciudad en la ciudad) donde las estrellas están densamente pobladas, hay incluso más miles de millones de planetas con vida, pero nunca estarán en la oscuridad porque están en medio de la “lámpara”.
Presumiblemente, tampoco estará oscuro en la Tierra Nueva, ya que asumiremos una naturaleza diferente y ya no necesitaremos dormir. Entonces el velo de polvo que protege el centro galáctico de nuestros ojos, otorgándonos la noche, podrá ser dispersado.
Los cuatro barrios o suburbios de los brazos también se pueden considerar como cuadras residenciales con casas, y luego las calles de la ciudad serían los espacios entre las cuadras dispuestas en espiral, y en realidad son transparentes, como dice la Biblia:
Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. (Apocalipsis 21:21)
La Biblia parece hablar de una sola calle, y ahora vemos por qué: los brazos son espirales, y por lo tanto se puede decir en aproximación que sólo una calle corre entre ellos. Sin duda, habría sido engañoso si la Biblia hubiera hablado de miles de calles, como se hubiera esperado de una gran ciudad. La explicación sorprendentemente simple para el uso de la palabra “calle” es probablemente que el nombre “Vía Láctea” también se refiere a una sola “calle” o “vía”.
¿Pero cómo es dorada la calle de la ciudad? El siguiente misterio de la Santa Ciudad está oculto en este término.
El oro es mencionado otras dos veces en relación con la Santa Ciudad. No sólo su calle es de oro, sino también la caña con la que el ángel mide la ciudad:
El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. (Apocalipsis 21:15)
¡E incluso la ciudad misma!
El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; (Apocalipsis 21:18)
Mientras que la transparencia de la calle entre los brazos, así como la ciudad misma, puede ser explicada fácilmente por el hecho de que la Vía Láctea es en realidad una galaxia transparente de estrellas que están a años luz de distancia y se puede ver a través de sus brazos o incluso a través de la ciudad interior, es más difícil reconocer la referencia a la llamada “proporción áurea”, al menos si no tienen idea de que la Santa Ciudad es la Vía Láctea, con sus brazos en espiral.
En la naturaleza, hay un principio matemático, que, para no dar vueltas, me gustaría llamar el principio divino del crecimiento y de la vida. Casi todo lo que vive, crece y prospera, lo hace según este principio.
Veamos algunos ejemplos:
Aquí vemos las espirales de las semillas de girasol, las conchas de los caracoles, los huracanes e incluso la hélice del ADN, el componente vital de todos los seres vivos. Los brazos espirales de nuestra Vía Láctea también se basan en este principio, la llamada serie de Fibonacci.
El principio es fácil de explicar: el crecimiento se logra sumando siempre los dos números anteriores. Se empieza con dos unos, luego se continúa de allí y los números se hacen más y más grandes.
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34 etc.
Es interesante dibujar esta serie de números como una serie de cuadrados, como en el centro de la imagen de la derecha, porque entonces se crea una espiral en constante crecimiento.
Nuestra Vía Láctea es una espiral, y sus brazos se denominan espirales logarítmicas con una inclinación (ángulo tangente) de 12 grados. Esto es una reminiscencia de las 12 tribus, los 12 apóstoles y las 12 puertas.
Cuanto más se avanza en la serie Fibonacci, más exactamente se acerca a una determinada constante, que se obtiene al dividir el último dígito con el anterior, a medida que los números aumentan.
En matemáticas, esta es la constante F (phi) y su valor es 1,6180 (y tantos dígitos más como uno quiera calcular, porque el crecimiento es infinito). Este número es la “proporción áurea” o “número áureo” o “número de oro”, como también se le llama: la constante de crecimiento y de vida.
¿Qué sería la ciudad “dorada” de Dios, si no fuera construida de acuerdo con este principio, que Él emplea en todas partes donde crece la vida? ¿Hay quizás otra indicación importante de este número, y por lo tanto de los brazos espirales de nuestra Vía Láctea, en la descripción bíblica de la ciudad?
Anteriormente, deliberadamente me abstuve de calcular más...
Cuando la serie de Fibonacci alcanza el número 144 + 89 = 233, todas las fracciones, sin importar con qué número se comience después, son exactamente 233 ÷ 144 = 1,6180 hasta el cuarto lugar decimal. La siguiente tabla muestra cómo este principio ya es inherente al modelo, en todos los componentes de la Santa Ciudad...
No es importante comprender la tabla por completo, sólo que puedan ver que la duodécima fila (es decir, la fracción donde el número 144 representa la proporción áurea) ya tiene una precisión de cuatro decimales, que es una representación suficiente para muchos cálculos.
Dios mencionó especialmente y señaló el número 144 en Su plano del modelo de la ciudad:
Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. (Apocalipsis 21:17)
Él nos aclara con qué parte de la ciudad modelo representa los brazos espirales de la Vía Láctea: es su muro, que previamente sospechábamos que contenía las cubiertas de la ciudad llena de cabinas con pasajeros. Con una estimación aproximada, obtuvimos 36 mil millones de pasajeros, o más, si están más cerca.
Tenemos que preguntarnos si realmente entendimos el muro correctamente, porque ni los cuatro cuadrados base de la pirámide ni sus cuatro triángulos de soporte internos indican directamente el número F. Recuerda que los triángulos internos apuntaban a una constante diferente, ¡a saber, la raíz de “Tres”!
¡Ahora pueden entender por qué el número F aparece tan a menudo en la pirámide satánica de Keops y que surge de la raíz de “uno”! Satanás quiere presentarse a sí mismo como el origen de toda vida y así sentarse en el trono de Jesús. ¡Qué blasfemia!
Por lo tanto, el número F debe estar escondido en algún lugar de la geometría de la Santa Ciudad de Dios, y ya sabemos que debe estar en el muro de la ciudad. Sólo tenemos que buscar ese número de oro, y cuando lo encontremos, sabremos lo que Dios ve como el “muro de la ciudad”.
Hay una manera simple de construir el número F de un triángulo especial con sólo un compás. En este caso, el triángulo rectángulo sólo tiene que cumplir el requisito de que los dos catetos tengan la relación s y s/2.
Luego simplemente dibuja un arco con el centro C y el radio BC para intersecar la hipotenusa AC en el punto D. Dibuja un arco con el centro A y el radio AD para intersecar AB en el punto T. Entonces AB y AT están en la proporción áurea F.
Como no matemáticos, todo lo que tienen que hacer es buscar un triángulo en el modelo que cumpla con los requisitos para esta construcción: debe ser un triángulo rectángulo, y de los dos catetos cortos que están adyacentes al ángulo recto, uno debe ser exactamente la mitad de la longitud del otro.
Los triángulos interiores tienen dos aristas, una de las cuales es la mitad de largo que la otra, pero desafortunadamente una de ellas es la hipotenusa (el lado opuesto al ángulo recto) con una longitud de 12.000 estadios, el otro cateto con una longitud de 6.000 estadios. Sin embargo, estamos buscando uno o más triángulos rectángulos donde los dos catetos tengan esta relación.
Probablemente ya los hayan visto: son los ocho triángulos exteriores que hasta ahora hemos visto como los muros transparentes de la Santa Ciudad, que también son las pantallas de proyección para el espectáculo en 3D. Cada uno de ellos tiene un cateto formado por la altura inclinada de la pirámide de 12.000 estadios y otro cateto de 6.000 estadios, exactamente la mitad de la longitud de la base. La hipotenusa es la arista externa oblicua de la pirámide. Si una persona mira la ciudad modelo de Dios, lo primero que ve es el número de la vida: F. Al entrar en ella, uno ve el Árbol de la Vida con la Raíz de las Tres Personas Divinas. ¡Qué armonía!
El mismo principio es intrínseco en la Vía Láctea: vista desde el exterior, uno primero reconoce que es una galaxia espiral cuyos brazos representan la proporción áurea. Si van a la ciudad que está dentro de la ciudad, al bulbo, y hasta el centro, encontrarán el agujero negro detrás del cual residen las tres Personas de la Deidad. La raíz de la Vía Láctea está en su centro, y sabemos que es de Tres.
Ahora queda claro por qué el ángel con la caña de oro midió las dimensiones exteriores de la pirámide, porque todas están relacionadas entre sí en la proporción áurea.
Aun así, necesitamos examinar más de cerca qué parte del modelo Dios realmente ve como un símbolo de los brazos espirales de la galaxia. Ciertamente, no estábamos del todo equivocados al entender las delgadas cubiertas de 144 codos reales de alto como un muro lleno de vida, como las superficies en que las tribus que están paradas. Sin embargo, no hemos tenido mucho uso para los cuatro vastos espacios delimitados por las paredes internas y externas, que representan nuestras unidades de proyección. Cada uno de los cuatro volúmenes contiene ambos números sagrados: la Raíz de Tres como el tronco del árbol de la vida, y sus cuatro grandes ramas... los brazos en espiral de nuestra Vía Láctea, llenos de vida: F.
Hay un árbol especial en matemáticas, inventado por el profesor de matemáticas holandés Albert E. Bosman en 1942 y nombrado por el famoso filósofo Pitágoras: el árbol de Pitágoras. Es un árbol fractal similar al de Mandelbrot, compuesto por cuadrados y triángulos rectos, a menudo con la proporción áurea. Los cuadrados y los triángulos rectángulos son también los bloques de construcción del modelo de la Santa Ciudad, pero los triángulos del árbol de Pitágoras normalmente no tienen exactamente nuestras proporciones de aspecto.
Por lo tanto, nuestro hermano Robert escribió un programa que usa nuestros triángulos en un árbol de Pitágoras, y verificamos si los triángulos internos o externos conducían a algo parecido a los brazos espirales de la Vía Láctea. Aquí están los tres resultados, comparando la forma de los brazos de la Vía Láctea como líneas rojas y azules, que corresponden a la descripción de los científicos como espirales logarítmicas con una pendiente de 12 grados.
Primero, una comparación con el árbol especial de Pitágoras con catetos de triángulo de exactamente la proporción áurea (1:1,6180):
Pueden ver claramente cómo, cuanto más se avanza hacia adentro, el árbol se queda sin las líneas de la Vía Láctea. Ese no es un muy buen resultado.
Luego vemos un árbol usando los triángulos de soporte interno de la pirámide modelo de Dios (catetos con la proporción 1:):
El resultado parece ser un poco mejor, pero aquí también el árbol se queda sin líneas a medida que avanza hacia adentro.
Y, por último, pero no menos importante, una comparación con los triángulos exteriores del “muro”, (proporción de cateto 1:2) que en sí mismos representan el plan de construcción para la proporción áurea:
¡Alabado sea el Señor! El resultado es claro: el árbol de Pitágoras, construido con los triángulos exteriores, muestra el desarrollo exacto de un brazo espiral de la Vía Láctea, o de toda la Vía Láctea, incluso cuando se sigue la espiral hasta el interior. Esta increíble armonía, del árbol que se puede construir con los cuadrados de la base de la Santa Ciudad y los triángulos exteriores del muro, es otra demostración maravillosa de que la arquitectura del modelo de la pirámide está en línea con la realidad divina de la Vía Láctea.
Si miran detenidamente a la Vía Láctea, pueden traer dos modelos bíblicos en perfecta armonía con su apariencia.
Desde el bulbo brillantemente iluminado de la Vía Láctea donde se encuentra el trono de Dios y que “brilla” como el cristal, el “río de agua de vida” emana de ambos lados (ver los brazos más internos, es decir, los brazos cercanos y lejanos 3kpc)
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. (Apocalipsis 22:1)
Este río luego se divide en cuatro ríos, los brazos espirales, como ya lo indican los cuatro cuadrados de la base de la pirámide, porque deben ser “regados”. Esto corresponde de muchas maneras con la explicación del Jardín del Edén, y por lo tanto podemos saber lo que Dios quiso decir ahora, ya que pronto nos permitirá entrar nuevamente:
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. (Génesis 2:9-14)
La Biblia nos dice que a cada lado del río del agua de la vida se encuentra uno de los troncos del árbol de la vida.
En medio de la calle de la ciudad [en el centro de la Vía Láctea], y a uno y otro lado [brazos cercano y lejano 3 kpc] del río, estaba el árbol de la vida [los brazos espirales como ramas], que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. (Apocalipsis 22:2)
La barra galáctica en la que se encuentra el bulbo en el centro representa dos enormes troncos del árbol de la vida (a cada lado del bulbo), uno que representa al Padre y el otro al Hijo. Estos dos troncos tienen un total de cuatro ramas grandes, los brazos espirales de la galaxia, en los que crecen hojas (estrellas y planetas con vida animal y vegetal) y frutas (estrellas con planetas habitados por seres inteligentes). El Espíritu Santo de Dios llena toda la Vía Láctea con sabiduría y amor. Los embajadores de la Vía Láctea son los ángeles del Señor de la Vida. A través de ellos, el amor y el consejo de Dios son dados a conocer en todo el universo.
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