¿Hay alguien que no haya leído los dos últimos capítulos de la Revelación de Jesucristo en Apocalipsis y, a pesar de las muchas descripciones de la Ciudad Santa, se haya preguntado qué aspecto tendrá en realidad? Tantos detalles y, sin embargo, nadie puede realmente imaginarla.
Están las inmensas dimensiones de la ciudad, con una longitud de arista de 2.218 km y, como dice en Apocalipsis 21:16, la misma inimaginable altura. Si tomas la cumbre de la montaña más alta de la tierra, donde el aire es apenas respirable, entonces la Santa Ciudad todavía se eleva a unos 2.209 km más allá en el espacio. Estas son proporciones planetarias; la Santa Ciudad casi alcanza el diámetro de nuestro satélite más grande, la luna, con su diámetro de 3.474 km.
¡Pero Dios parece haber olvidado un detalle importante en el plan de Su Santa Ciudad! Con esta información, podría ser un cubo o una pirámide, y nadie, absolutamente nadie, podría resolver el misterio de la figura de la Santa Ciudad. Y, sin embargo, aún hoy se puede leer la atrevida afirmación en algunas traducciones modernas de la Biblia de que la Santa Ciudad es un cubo, algo que nadie podría decir hasta ahora con certeza.
Yo también he especulado en algunos artículos acerca de qué figura podría tener la Santa Ciudad, y basé mi suposición de que podría tener la figura de una pirámide por el hecho de que Satanás, como gran imitador, le gusta construir pirámides y ser adorado allí como el dios del sol. Pero hasta ahora esto no era más que una suposición, y nadie entendió completamente los muchos otros detalles sobre el muro y los “cimientos” de la ciudad, porque faltaba una clave que tenía que ser revelada.
En la semana del último sábado de 2017, Dios comenzó a revelar el misterio de la Ciudad Santa a través de Su Espíritu Santo. Ahora ha llegado el momento de saberlo todo para preparar a los 144.000 para la vida en el reino de Dios...
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. (Juan 16:12-13)
Para aquellos que pronto habitarán en la Santa Ciudad, nada queda oculto. Hemos llegado a los últimos dos capítulos del libro de Apocalipsis y de la Biblia, y Dios señala expresamente que la solución de misterios y la escritura de libros ha llegado a su fin.
De hecho, no todo comenzó con la pregunta acerca del plan de la Santa Ciudad, sino con un problema completamente diferente: es decir, el del extraño orden de las tribus de los 144.000 sellados en Apocalipsis 7.
Durante algún tiempo trabajé en este acertijo aparentemente irresoluble, e hice listas de comparación de las tribus, que pueden obtenerse del Antiguo Testamento. Hay bibliotecas completas de PDF en Internet de estudiantes de la Biblia que han intentado analizar el mismo problema, pero nadie llega a una conclusión verdaderamente sólida sobre el extraño orden y nombramiento de las tribus en el Nuevo Testamento.
Para no ir a los muchos intentos infructuosos de descifrar este misterio divino, es suficiente reproducir lo que el Comentario Bíblico Adventista tiene que decir acerca de Apocalipsis 7:4-8 [mi énfasis en rojo]:
Todas las tribus. Aquí se presenta una lista de doce tribus (vers. 5-8), pero que no es enteramente idéntica con las enumeraciones que hay en el AT (Núm. 1:5-15; Deut. 27:12-13; cf. Gén. 35:22-26; 49:3-28; 1Crón. 2:12). Las listas del AT generalmente comienzan con Rubén, mientras que esta enumeración empieza con Judá, quizá porque Cristo era de la tribu de Judá (Apoc. 5:5). Leví no se incluye a veces como tribu en el NT, aunque, por supuesto, se lo pone en la lista de los hijos de Jacob. Se debe sin duda a que Leví no recibió heredad entre las tribus (ver com. Jos. 13:14). En Apoc. 7:5-8 se cuenta a la tribu de Leví, pero no a la de Dan. Para incluir a Leví y mantener a la vez el número 12, era necesario omitir una de las tribus, pues José era contado como dos tribus, es decir, Efraín (quizá llamado “José” en Apoc. 7:8) y Manasés. Dan fue excluido debido quizá a la reputación que tenía esa tribu de ser idolatra (Juec. 18:30-31).
El orden en el cual se enumeran aquí las tribus es diferente de cualquier lista del AT. Algunos han hecho notar que si los vers. 7 y 8 se colocan entre los vers. 5 y 6, las tribus siguen el orden de los hijos de Lea, los de Raquel, los de la sierva de Lea y los de la sierva de Raquel, excepto Dan, en cuyo lugar aparece Manasés; sin embargo, no se gana nada con este cambio.
Los nombres de algunas de las tribus no son escritos de la misma manera que en el AT. Esto se debe a que los nombres del NT son transliterados del griego, mientras que los nombres del AT son transliterados del hebreo. Las transliteraciones griegas de nombres hebreos a menudo son inexactas porque el alfabeto griego carece de ciertos sonidos comunes en hebreo. [traducido]
Eso es todo—y pueden buscar en Internet todo lo que quieran, pero no podrán encontrar mucho más, aunque pueden perder muchas horas buscando y leyendo.
Sin embargo, una persona puede ahorrarse el esfuerzo fútil de comparar muchas listas si solo sigue la indicación de Dios, la cual nos da sin reservas:
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. (Apocalipsis 7:4)
Dios hace una referencia directa a la lista de los hijos de Jacob (a quien Dios más adelante dio el nombre de “Israel”). Esto se encuentra en las bendiciones de Jacob sobre sus hijos en Génesis capítulo 49. Debemos comparar sólo con esta lista y ninguna otra.
Si lo hacen, notarán inmediatamente que solo hay un cambio en las tribus de por sí: Dan ha sido reemplazado por Manasés. Sin embargo, el orden de los hijos (y nietos) en Apocalipsis 7 es bastante diferente al de las bendiciones en Génesis 49. Aquí hay una descripción general:
Hay estudios en Internet que explican esta sustitución diciendo que Judas Iscariote vino de la tribu de Dan, y que cuando Satanás entró en él, cumplió la siguiente “bendición” de Jacob sobre su fundador tribal, Dan:
Dan juzgará a su pueblo [recuerden: con la muerte de Jesús, ¡el juicio vino sobre este mundo!], Como una de las tribus de Israel. Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete. Tu salvación esperé, oh Jehová. (Génesis 49:16-18)
Esto es, por supuesto, una gran reminiscencia a la profecía de Génesis 3:15, que fue dirigida a la serpiente (Satanás):
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú [Satanás] le herirás [a Jesús] en el calcañar. (Génesis 3:15)
Judas se suicidó, y así su tribu desapareció de la lista de los habitantes de la Santa Ciudad. ¿Significa eso que todos los que pertenecieron a la tribu de Dan, en el pasado y en el futuro, deben perderse? Pronto aprenderemos más sobre eso.
Naturalmente, si quieren resolver un misterio divino tan grande y tan antiguo, necesitan estudiar con la ayuda del Espíritu Santo. Miramos hacia las estrellas y no huimos de los “animales que se arrastran” en las constelaciones celestiales, como hacen muchos. Tampoco los adoramos, pero reconocemos uno de los relojes de Dios en el Mazzaroth. ¡Y tampoco adoramos a nuestro reloj despertador, como muchos parecen pensar!
Cualquiera que haya seguido mis comentarios en muchos videos y artículos debería haber notado que también teníamos que hacer un reemplazo en el Mazzaroth de las 12 constelaciones, para no igualar el carácter de Jesús con el de un “escorpión”: reemplazamos esa criatura, que tiene un aguijón venenoso, con el águila que vuela sobre él en el ecuador galáctico, que representa al Rey del Cielo y la amorosa protección de Jesús sobre Su pueblo.
Eso nos da la pista de que Dios obviamente quiere que asignemos las 12 tribus de Israel en Apocalipsis 7 a las constelaciones del Mazzaroth. Lo insinué brevemente en el Apéndice C sobre la profecía de las 70 semanas, pero no completamente por supuesto. ¿Habría una gran protesta si profundizáramos en el “zodíaco” y asignáramos a cada tribu de Israel un lugar en los cielos?
Pero, como fue mencionado, no somos los únicos que ya lo hemos intentado. Dios me había mostrado un artículo en inglés, e incluí el enlace en una nota de pie de página en el Apéndice C: The Unspoken Bible – The Stars of Israel. (La Biblia tácita—Las estrellas de Israel)
Ahora podría recordarles aquí la derivación completa de la asignación de las tribus de Israel a las constelaciones celestiales, pero eso sería reinventar la rueda. Algunos ejemplos deberían ser suficientes: ¿qué constelación asignarían al “León de la tribu de Judá”? O, ¿qué constelación va con el hijo de Jacob, que tenía la imagen de un hombre en la bandera tribal, que cumple la siguiente “bendición” de su padre?
Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder. Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado. (Génesis 49:3-4)
¡Por supuesto, Jesús es el León de la tribu de Judá y Rubén es el hombre del agua! O, como ya hemos descubierto, el escorpión (Dan) debe haber sido reemplazado por el águila (Manasés). No todas las asignaciones son claras, pero llegaremos a eso.
Aquí hay una lista de asignaciones según el autor del artículo de “Unspoken Bible”:
Seguramente algunos de ustedes ya llegarían hasta este punto, y tal vez incluso un poco más adelante, si se les pidiera que hicieran su propia investigación sobre las tribus de Apocalipsis 7.
¿Cuál es el próximo paso? Sugiero dibujar un gráfico estelar con las constelaciones y sus tribus asociadas: un “círculo tribal”, por así decirlo. Este es el resultado:
El siguiente paso, que conducirá a la “primera gran decepción”, es conectar las tribus entre sí, con líneas en el orden en que son enumeradas en Apocalipsis 7. Se verá así:
Una vez que vi esta “imagen”, perdí el ánimo para continuar. Descansé del estudio por varias horas para orar. Entonces se me ocurrió que no había dibujado algo que era obvio en la lista. Jesús dividió las tribus en grupos de tres. ¿Qué vería si dibujara estos tripletes en figuras geométricas comúnmente llamadas triángulos?
Lo hice... y como resultado tuve mi “segunda decepción”:
¿Ven algún orden en el caos? Después de mucha oración y una buena noche de sueño, Dios me mostró la solución.
Me di cuenta de que había dos triángulos rectángulos en este dodecágono, lo que me sorprendió, como no matemático. ¿Qué pasaría si hubiera realmente cuatro triángulos semejantes? Imaginé una cierta figura tridimensional que podría formarse a partir de cuatro triángulos rectángulos, a la que el Espíritu Santo obviamente quería conducirme. ¡La fiebre del tesoro santo me había atrapado! ¿Cómo tendría que cambiar las asignaciones de las tribus para hacer que los triángulos no rectangulares tuvieran una esquina recta?
Tal vez ya pueden verlo: un simple intercambio entre las tribus de Neftalí e Isacar nos daría un resultado muy armonioso: cuatro triángulos rectángulos congruentes, de un dodecágono.
Sin embargo, ¿se nos autoriza hacer eso? ¿Cometió realmente un error al asignar esas dos tribus el autor de la asignación de usbible.com? Para averiguarlo, deberíamos preguntarnos qué referencias a las constelaciones tenemos de las bendiciones de Jacob sobre estos dos hijos:
Isacar, asno fuerte que se recuesta entre los apriscos; y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; y bajó su hombro para llevar, y sirvió en tributo. (Génesis 49:14-15)
Neftalí, cierva suelta, que pronunciará dichos hermosos. (Génesis 49:21)
Cuando “miro hacia arriba”, no encuentro un asno o una cierva en el cielo. Entonces, ¿cómo justifica su asignación usbible.com?
Isacar gobierna a Tauro el toro. Los asnos se asocian con los toros en el sentido de que ambos son animales de carga. Tauro sigue a Aries, la oveja en el zodíaco.
Neftalí gobierna a Aries el cordero. El sol entra en Aries al comienzo de la primavera cuando nacen cervatos y corderos. [traducido]
Examinando esto más de cerca, la asignación del asno al toro se basa en una lógica poco probable, utilizando el débil argumento de que ambos podrían tirar un arado. Y decir que el sol entra en el carnero en la primavera solo es cierto para el hemisferio norte; los cervatos y los corderos nacen medio año después en el hemisferio sur, y es bien conocido que la primavera dura tres meses y no sólo uno, lo que realmente no respalda el argumento.
Deberíamos dejar que la Biblia hable, y eso es lo que ya ha hecho anteriormente, casi desapercibida. Más adelante descubrimos que el cargado “asno” Isacar está conectado directamente a una constelación celestial. Leamos con más cuidado:
Isacar, asno fuerte que se recuesta entre los apriscos; (Génesis 49:14)
¿Qué añade al destino de Isacar el indicio de que el asno se encuentra entre los apriscos? ¡Nada en absoluto! Pero ¿nos ayuda esto a entender qué constelación le asigna el Señor a Isacar? ¡Absolutamente, porque en los apriscos viven las ovejas, y por supuesto también los carneros!
Si seguimos estrictamente el texto bíblico, Isacar debe ser asignado al carnero y no al toro. Con el fin de no cometer el mismo error que el autor de usbible.com, no asignamos la cierva al toro basándonos en que ambos tienen cuernos, sino simplemente decimos que no hay ninguna indicación en la bendición para una constelación en particular, porque no es necesario ya que solo queda un lugar en los cielos para Neftalí: el toro.
Hemos hecho, al menos para mí como laico, un descubrimiento geométrico completamente nuevo. Los doce puntos de un dodecágono pueden ser conectados, sin repetir ningún punto, con cuatro triángulos rectángulos. ¡Y esto, aparentemente, es lo que Dios ha hecho con los tripletes de las tribus enumeradas en Apocalipsis 7! Pero ¿por qué?
Es fácil contestar esta pregunta cuando el Espíritu Santo ya te ha mostrado el resultado final deseado. Cuando presenté los hallazgos de este estudio a los hermanos el sábado 30 de diciembre de 2017 en el templo de la Granja Nube Blanca, me di cuenta de que no todos tienen la posibilidad de concluir de inmediato, sin pensarlo mucho, qué forma tridimensional quiere representar Dios con los cuatro triángulos bidimensionales.
Sin embargo, me quedó claro que no se podía construir un cubo de igual longitud, anchura y altura a partir de estos cuatro triángulos rectángulos, que tienen una altura diferente (lado adyacente) y anchura (lado opuesto), pero que era un elemento estructural importante de una pirámide. Por supuesto, no se puede formar los muros exteriores de una pirámide con los cuatro triángulos rectángulos, porque ellos no tienen ángulos rectos.
Si quisiéramos dividir cada uno de los triángulos laterales de una pirámide en dos triángulos rectángulos, lo cual sería posible geométricamente simplemente dividiéndolos desde la parte superior de la pirámide hacia abajo, obtendríamos ocho (y no solo cuatro) triángulos semejantes.
Pero Dios también me dio un entendimiento inmediato de la estructura que Él deseaba mostrar con los cuatro triángulos rectángulos y del versículo de la Biblia asociado a ese entendimiento:
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; (Apocalipsis 3:12)
En innumerables artículos y publicaciones en el foro, hemos asumido consistentemente que la iglesia de Filadelfia es sinónima de los 144.000 sellados, porque en Apocalipsis 7 encontramos la profecía de la demora en el proceso de sellamiento, y en Apocalipsis 3:12 está el sello de tres partes mismo. Era legítimo hacerlo así, pero habría sido difícil que esa suposición se opusiera a la argumentación de los críticos eruditos, porque hay muchos sellos diferentes en la Biblia. La identificación final de los 144.000 como la iglesia de Filadelfia debe estar claramente apuntalada con evidencia adicional. Y “apuntalada” debe ser entendido aquí en el sentido literal.
Por lo tanto, si Filadelfia y los 144.000 deben ser uno y el mismo grupo, y si los miembros de la iglesia de Filadelfia son columnas en el templo de Dios, entonces los 144.000 también deben serlo.
Se sabe que las columnas son el soporte de una estructura de un todo más grande que se despliega hacia afuera: en este caso, el templo. ¡Primero, debemos preguntarnos ¿qué es el templo de Dios, en el contexto del libro de Apocalipsis?! Después de la descripción detallada de Jesús de la Santa Ciudad, Juan dice:
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. (Apocalipsis 21:22)
Se nos dice claramente que no hay templo en la Santa Ciudad. ¡Sin embargo, Apocalipsis 3:12 claramente habla de los miembros de la iglesia de Filadelfia como columnas en el templo! El Dios Todopoderoso mismo morará entre Su pueblo, junto con Su Hijo, al “frente” de la Santa Ciudad, ya que este último también ilumina a todos los habitantes de la ciudad:
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios [la Ciudad Santa] con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. (Apocalipsis 21:3)
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 22:5)
Cualquiera que entienda esto alegóricamente debe tener en cuenta que obtenemos dimensiones de construcción precisas de la Santa Ciudad, que parecen incompletas a primera vista porque carecemos de algunos detalles claves para entender el plan maestro. Pero ahora sabemos que, de las 12 tribus de los 144.000 sellados, se forman cuatro triángulos rectángulos con proporciones cósmicas, teniendo en cuenta que el Mazzaroth contiene las líneas de los triángulos. ¿Significa esto que la nave espacial gigante de Dios puede volar y volará en todas las direcciones del universo, dividida en 12 sectores como grandes rodajas de sandía, o ya hay una indicación de que la Ciudad Santa se trata de algo más que un simple vehículo y cabinas de naves espaciales para Jesús y los santos?
Un diagrama debería ayudarnos a entender cómo los cuatro triángulos pueden representar la estructura interna de soporte de una pirámide:
Aquí hay dos triángulos rectángulos posibles para el soporte interno. O bien la pirámide está sostenida por cuatro triángulos rectángulos formados por la altura central (h) y las aristas laterales (s) de la pirámide, o la pirámide obtiene su rigidez a partir de cuatro triángulos que sostienen las caras que corresponden a su altura inclinada respectiva (ha). Estructuralmente, la última solución sería mucho más estable, ya que las caras laterales de la pirámide ya se apoyan mutuamente en sus aristas (s) de todos modos. Con los cuatro triángulos con ángulo α, la nave piramidal sería mucho más estable.
Pero Dios no nos deja en la oscuridad con respecto a este detalle, porque el ángel con la caña de oro mide el ancho (a) y la longitud (a) y también la altura (?) de la pirámide, y todos deben tener el mismo valor de 2.218 km o 12.000 estadios.
El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. (Apocalipsis 21:15-16)
He colocado un signo de interrogación entre paréntesis para la altura, porque en una pirámide, hay tres indicaciones diferentes de elevación a las cuales podría referirse: la altura del centro (h), la arista de las caras laterales (s) y la altura exterior o altura inclinada (ha).
Para averiguar por prueba y error, como yo lo he hecho, cuál de las dos soluciones posibles es usada para la disposición de un soporte de triángulo rectángulo, y que da como resultado una altura igual a la longitud y al ancho de la pirámide, utilizo como referencia dos simples calculadoras disponibles en Internet para tales tareas geométricas.
Una calculadora de dodecágonos que calcula las proporciones correctas de cualquier triángulo de soporte (d2, d4 y d6) de un dodecágono como es definido por el Mazzaroth, de solo una entrada de entre varias opciones, y una calculadora de pirámide en la que se ingresan dos de los valores previamente calculados para el triángulo rectángulo para averiguar si la altura resultante (h, ha o s) es igual a la longitud lateral (a) de la pirámide.
El resultado inequívoco es que los triángulos de soporte de hecho sostienen el centro de las caras de la pirámide, como ya lo supusimos estructuralmente, porque entonces—y solo entonces—es que la altura exterior o la altura inclinada (ha) es igual al ancho y la longitud (a) de la pirámide. Si los triángulos fueran encajados entre la altura del centro y las aristas (s) de las caras laterales de la pirámide, ninguna de las tres alturas corresponderá a la longitud o la anchura.
La disposición correcta de los cuatro triángulos de las tribus en el Mazzaroth, en su base cuadrada, se ve así:
¿Por qué Dios nos da la altura inclinada y no la altura interna del eje central de la pirámide como 2.218 km, como muchos de los que creen en una figura piramidal para la Ciudad Santa aceptan equivocadamente, y así obtienen una pirámide que es demasiado empinada?
Si estas personas hubieran leído más atentamente y hubieran pensado más cuidadosamente sobre lo que se le había mostrado al apóstol Juan, podrían haber llegado a la conclusión de que el texto dice que el ángel sostiene una caña de medir en su mano y se enfrenta a la tarea de medir una inmensa pirámide, sobre cuyo interior no es revelado nada y tal vez no debería ser revelado. Así que al apóstol sólo se le pudieron haber dado dimensiones externas, y el ángel pudo determinar fácilmente la altura de la pendiente (ha) de la pirámide al usar su caña de medir durante el ascenso a lo largo del lado de la pirámide, sin “volar” por la pared vertical de un cubo gigante. En ninguna parte se menciona que el ángel vaya dentro de la Santa Ciudad, subiendo de “cubierta a cubierta” para medir la altura vertical (h) de la pirámide.
Amigos, hemos resuelto el primer misterio, que nadie ha podido contestar con certeza: ahora sabemos las dimensiones exactas (dentro y fuera) de la pirámide, ¡e incluso conocemos su estructura estática interna. Y ahora tenemos la prueba perfecta de que los 144.000 que están sellados en Apocalipsis 7 son las “columnas” principales del Templo de Dios, como lo son los miembros de la iglesia de Filadelfia. Se deduce que los 144.000 son la iglesia de Filadelfia. ¡Así la conexión hermenéutica entre el sellamiento en Apocalipsis 7 y el sello mismo en Apocalipsis 3:12 ahora está claramente establecida (los 144.000 están sellados con el conocimiento del tiempo de la venida de Jesús)! ¿No es eso genial? Bueno, en realidad ya lo sabíamos.
He leído la descripción de la Santa Ciudad innumerables veces en mi vida, y para mí, lo que Dios quiso decir con los doce cimientos (RV1960) o las piedras por base (DHH, por ejemplo) siempre fue incomprensible: dónde y cómo deberían organizarse.
Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. (Apocalipsis 21:14)
Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. (Apocalipsis 21:17)
y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; (Apocalipsis 21:19)
Algunos idiomas traducen “cimientos” como algo parecido a “base”, y de hecho ¿por qué debería decorarse un cimiento, que normalmente es como una piedra de fundamento debajo de la tierra? ¿Y cómo pudo el apóstol Juan ver esto?
Alguien podría tener la idea de agregar los doce “cimientos” de la Ciudad Santa al pie de la pirámide y decorar sus lados visibles con doce gemas diferentes. Entonces los 12 cimientos juntos serían el muro, y eso sería aproximadamente 75 m (144 codos reales) de altura. ¿Es eso lo que Dios quiso decir?
Debemos aplicar nuestro nuevo conocimiento a la hora de descifrar aún más acerca del plano de la gran Ciudad de Dios. A menudo me he preguntado cuántas cubiertas tendría esta “nave espacial” de 2.218 kilómetros, cuán alta sería cada una, y si tendríamos que amontonarnos en pequeñas cabinas mientras volamos por el universo o si tendremos suficiente espacio para caminar. Imaginé las cubiertas, apiladas una encima de la otra, y obtuve una cantidad de superficie tan increíble en mis rápidos cálculos que tuve que suponer que la gran multitud e innumerables otras criaturas también tendrían que alojarse en la nave, para no tener un vacío enorme. Sin embargo, Elena de White había visto un panorama muy diferente de la Ciudad Santa desde el exterior:
Con Jesús al frente, descendimos todos de la ciudad a la tierra, y nos posamos sobre una gran montaña que, incapaz de sostener a Jesús, se partió en dos, de modo que quedó hecha una vasta llanura. Miramos entonces y vimos la gran ciudad con doce cimientos y doce puertas, tres en cada uno de sus cuatro lados y un ángel en cada puerta. Todos exclamamos: “¡La ciudad! ¡la gran ciudad! ¡ya baja, ya baja de Dios, del cielo!” Descendió, pues, la ciudad, y se asentó en el lugar donde estábamos. Comenzamos entonces a mirar las espléndidas afueras de la ciudad. Allí vi bellísimas casas que parecían de plata, sostenidas por cuatro columnas engastadas de preciosas perlas muy admirables a la vista. Estaban destinadas a ser residencias de los santos. En cada una había un anaquel de oro. Vi a muchos santos que entraban en las casas y, quitándose las resplandecientes coronas, las colocaban sobre el anaquel. Después salían al campo contiguo a las casas para hacer algo con la tierra, aunque no en modo alguno como para cultivarla como hacemos ahora. Una gloriosa luz circundaba sus cabezas, y estaban continuamente alabando a Dios. {PE 17.3}
A Elena de White se le da aquí un punto de observación especial: de pie en la tierra afuera de la Santa Ciudad. En primer lugar, debemos darnos cuenta de que los muros exteriores de la pirámide deben ser transparentes, de lo contrario, la mensajera no habría podido mirar y ver a los santos trabajando. Esto también se afirma en la Biblia, ya que Juan tenía un punto de observación muy similar al que más tarde Elena G. de White tuvo:
Y en el Espíritu me llevó a un monte de gran altura, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, la cual descendía del cielo, de Dios. Tenía la gloria de Dios y brillaba como una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe, transparente como el cristal. (Apocalipsis 21:10-11 RVC)
La palabra griega “krustallizo” para “cristalino” también significa “translúcido como el vidrio”, lo que significa que podemos ver a través de los muros exteriores de la pirámide, lo que hacen ambos profetas y dan descripciones más detalladas de su interior.[1]
Si vemos las caras exteriores de la pirámide como muros transparentes de vidrio para proteger la vida interior del vacío hostil del espacio, entonces adquirimos el conocimiento de 12 superficies que vieron los profetas, y no 12 “cimientos”. Miremos el modelo:
Podemos ver que toda la estructura de la Ciudad Santa está dividida en 12 bases: hay 2 lados de cada uno de los 4 triángulos (esas son 8 hasta ahora) y los cuadrantes en los que los triángulos dividen la base cuadrada (4), que es un total de 12 superficies. Y luego me di cuenta de que estaba encontrando la respuesta a mi pregunta sobre el número de “cubiertas” en la nave: ¡sólo hay 12 superficies con 4 enormes “espacios aéreos” entre las columnas!
Ahora, alguien puede encontrar esto imposible, porque si recordamos que Elena G. de White dijo que vio los campos y las casas de los santos allí, y no menciona un solo edificio con miles de ventanas o balcones, debemos suponer que las áreas están cubiertas en gran medida de tierra firme, y luego cada área debe tener su propia fuente de gravedad, de lo contrario las personas que viven en los triángulos se caerían a los cuadrados de la base.
Tal vez alguien podría argumentar que la Ciudad Santa vuela en el espacio, y que no hay gravedad en absoluto, lo que permitiría la vida en cualquier superficie desde cualquier ángulo. Me gustaría contraargumentar que Elena de White vio a los santos “salir de las casas” y luego hicieron su “trabajo agradable”. Ella no habla de “volar” o “flotar” en este contexto. Y cuando la Santa Ciudad aterrice en la tierra después del milenio, entonces la gravedad de la tierra haría la vida en los triángulos extremadamente difícil. No, lo que tenemos aquí es una pista importante sobre la “tecnología” de Dios, para la cual la autogeneración arbitraria de la gravedad en cualquier dirección parece no presentar ninguna dificultad. ¡El dominio de la gravedad debe ser una característica del Reino de Dios!
¿Hemos obtenido también una respuesta a la pregunta de si tendremos alas o no, ya que Elena de White vio a los niños volando con sus alas?
El monte de Sión estaba delante de nosotros, y sobre el monte había un hermoso templo. Lo rodeaban otros siete montes donde crecían rosas y lirios. Los pequeñuelos trepaban por los montes o, si lo preferían, usaban sus alitas para volar hasta la cumbre de ellos y recoger inmarcesibles flores... {PE 18.2}
Ernie Knoll una vez le preguntó con valentía al ángel Gabriel si sus alas eran simbólicas. Luego obtuvo la respuesta de que pronto sabría, si permanecía fiel a su Redentor.[2] No lo hizo, pero sabremos la respuesta después de leer este testimonio.
En este punto, solo puedo decirles que teóricamente, sería bastante concebible que sólo tuviéramos que despegar desde la superficie de una plataforma para “volar” hacia la plataforma adyacente a 90°; sólo tendríamos que apuntar bien. Todo dependería de cuán fuerte sería la gravedad de cada plataforma individual, y si la ingravidez prevalecería entre ellas a través de la cancelación mutua de los campos de gravedad. ¿O tal vez incluso tendríamos pequeños dispositivos antigravitatorios como en los libros de ciencia ficción, y podremos controlar nuestro vuelo? Pero Elena G. de White vio a los niños volando sobre la superficie de un planeta, incluso fuera de la Santa Ciudad, y tenemos mayores desafíos para explicar eso. ¡Noten bien las pequeñas pero numerosas contradicciones!
Pero ¿cuán grande es el área de los 12 cimientos, tomados en conjunto?
El área de una cara de un triángulo es calculada como ; que es ½ × 2.218 km ÷ 2 × 1.920.844 km (altura h, o d4 determinado a partir de la calculadora del dodecágono con d6 siendo 2.218) o simplificado a 2.218 km × 1.920.844 km ÷ 4 = 1.065.108 km2. Tenemos 8 de estas superficies triangulares con más de un millón de kilómetros cuadrados, que es 8 × 1.065.108 km2 = 8.520.864 km2.
Los 4 cuadrados son un único cuadrado grande con una longitud arista de 2.218 km, es decir, 2.218 km × 2.218 km = 4.919.524 km2. Cada uno de los cuatro cuadrados de la base tiene un área de 4.919.524 km2 ÷ 4 = 1.229.881 km2, por lo tanto, es ligeramente más grande que una de las caras triangulares. Sin embargo, ¡ciertamente hay justicia en la Santa Ciudad, y cada una de las doce tribus probablemente tendrá exactamente la misma cantidad de espacio!
El espacio para vivir en las áreas principales de la pirámide podría verse ligeramente disminuido por la plaza de la ciudad, que parece ser descrita en el siguiente versículo sin ninguna otra indicación de tamaño:
En medio de la calle [en realidad la plaza] de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. (Apocalipsis 22:2)
Si incluimos la plaza de la ciudad, obtenemos una suma total para los 12 cimientos: 8.520.864 km2 + 4.919.524 km2 = 13.440.388 km2. Esa es el área de EE. UU. (o Canadá) e India juntas.
¿Para quién están destinadas estas áreas?
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12)
Elena G. de White parece señalar que sólo los 144.000, es decir, la gente de Filadelfia, y tal vez algunos otros selectos, tendrán el derecho de residir en la Santa Ciudad para siempre y visitar otros mundos con Jesús:
El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores de aquel lugar eran de todas estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos. Llevaban la manifiesta imagen de Jesús, y su semblante refulgía de santo júbilo, como expresión de la libertad y dicha que en aquel lugar disfrutaban. Pregunté a uno de ellos por qué eran mucho más bellos que los habitantes de la tierra, y me respondió: “Hemos vivido en estricta obediencia a los mandamientos de Dios, y no incurrimos en desobediencia como los habitantes de la tierra.” Después vi dos árboles, uno de los cuales se parecía mucho al árbol de vida de la ciudad. El fruto de ambos era hermoso, pero no debían comer del uno de ellos. Hubieran podido comer de los dos, pero les estaba vedado comer de uno. Entonces el ángel que me acompañaba me dijo: “Nadie ha probado aquí la fruta del árbol prohibido, y si de ella comieran, caerían.” Después me transportaron a un mundo que tenía siete lunas; donde vi al anciano Enoc, que había sido trasladado. Llevaba en su brazo derecho una esplendente palma, en cada una de cuyas hojas se leía escrita la palabra: “Victoria.” Ceñía sus sienes una brillante guirnalda blanca con hojas, en el centro de cada una de las cuales se leía: “Pureza.” Alrededor de la guirnalda había piedras preciosas de diversos colores que resplandecían más vivamente que las estrellas y, reflejando su fulgor en las letras, las magnificaban. En la parte posterior de la cabeza llevaba un moño que sujetaba la guirnalda, y en él estaba escrita la palabra: “Santidad.” Sobre la guirnalda ceñía Enoc una corona más brillante que el sol. Le pregunté si aquel era el lugar adonde lo habían transportado desde la tierra. El me respondió: “No es éste. Mi morada es la ciudad, y he venido a visitar este sitio.” Andaba por allí como si estuviese en casa. Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: “Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000, el privilegio de visitar todos los mundos y ver la obra de las manos de Dios.” {PE 39.3}
Dado que ahora podemos suponer que los 144.000 santos vivirán en las 12 superficies del “muro” ya que nunca abandonan la nave espacial, una estimación aproximada muestra que los lotes de los 12.000 santos en una de las caras triangulares ligeramente más pequeñas de 1.065.108 km2 cada una, tendrán un área que excede los 88 km2. Esa es una parcela cuadrada de tierra con una longitud de arista de casi 9,5 km, ¡lo suficiente para cultivar un magnífico jardín y montar a caballo! Las casas de plata que a Elena de White se le permitió ver ciertamente tienen mucho espacio allí.
¿Están emocionados? Piensen en esto por una noche o dos y dejen que se asiente en la mente. Nuestros rostros estuvieron brillando sólo por un momento.
Lean el siguiente versículo nuevamente:
Ahora sabemos cuáles son los cimientos, pero ¿qué es el muro? Si entendemos los “cimientos” como las superficies en el nivel principal de los cuatro triángulos y cuatro cuadrados, entonces vemos que naturalmente tienen que apoyarse sobre alguna base: el espesor de los triángulos o los cuadrados mismos. Ahora ¿pueden ver por qué el muro con una “altura” de 144 codos[3] “tenía” o cargaba los cimientos?
Dentro de este muro debe estar la parte técnica real de la Santa Ciudad: los sistemas de propulsión, los generadores de energía, los generadores de gravedad, las cabinas para la tripulación de ángeles, los sistemas de soporte de vida como el tratamiento de aire y agua, los hangares para los millones de pequeñas naves que nos llevan de la tierra a la nube y mucho más... No quiero entrar en demasiados detalles aquí, porque veremos más adelante que todo esto tiene un significado mucho mayor de lo que podemos imaginar hasta ahora, pero no pueden sobrellevarlo aún en este punto.[4]
Si también consideramos que el muro tiene varias cubiertas, entonces nos da vueltas la cabeza. Si seguimos las instrucciones acerca del muro, que descubrí en mi primer estudio, incluso antes de ser “designado” para Paraguay, los 144 codos no consisten de 12 cubiertas de 12 codos, sino 24 cubiertas de 6 codos cada una. Esta es la altura del muro del templo descrito por Ezequiel, que fue medido por el hombre de Ezequiel 40:5.
Y he aquí un muro fuera de la casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor del muro, de una caña, y la altura, de otra caña. (Ezequiel 40:5)
Por lo tanto, seis codos deben corresponder a la altura de un nivel dentro del “muro” de 24 pisos de la Santa Ciudad. La medida utilizada aquí no es el codo bíblico normal, sino el llamado codo real, ya que se nos dice que la medida es un codo y un palmo menor. En Apocalipsis 21:17, Jesús no deja duda de que el hombre de Ezequiel 40 y el ángel de Apocalipsis 21 usan la misma medida:
En el Comentario Bíblico, el codo real se da como 518,6 mm y por lo tanto la altura del muro sería de 3,12 m. Para nosotros, sería como estar dentro de una magnífica mansión.
Sin embargo, Elena G. de White mencionó que la altura de los ángeles, o de Adán, es de aproximadamente 4 m, y que tendríamos esa altura tan pronto como creciéramos a la estatura de los ángeles. Entonces nosotros y también aquellos que resucitan en la estatura de los antediluvianos de la tierra, como Adán y Eva, tendríamos que inclinarnos y nos sentiríamos bastante apretados. ¿Es esa la razón por la cual solo los 144.000 viajarán con Jesús, para que tengan suficiente espacio libre en el nivel principal?
¿O es como en el sueño de Ernie Knoll, que mencioné antes?
Mientras observo el ángel, que hasta ahora ha tenido la misma altura mía, crece a su estatura normal, que creo que tiene unos 4,5 m de altura.[5] {Ernie Knoll, “VELAD, PORQUE ¡YA VOY!”}
¿Cómo puede ser? Sin embargo, una cosa debe quedar clara: si nos volvemos como los ángeles, ¡entonces tendríamos que ser capaces de cambiar o ajustar nuestro tamaño a voluntad! Sin embargo, la aparente contradicción con la altura de la cubierta dentro del muro debería hacernos pensar.
Entonces, tenemos 24 cubiertas por “muro”, aunque podríamos imaginar que los hangares o la maquinaria podrían abarcar varias cubiertas. Sólo estamos calculando, para comprender la inmensidad de la Ciudad Santa.
En los triángulos, un muro pertenece a cada uno de los triángulos de los cimientos, y los cuatro cuadrados de la base también tienen un muro común. Por lo tanto, llegamos a 24 × (4 × 1.065.108 km2 + 4.919.524 km2) = 220.318.944 km2 para las supuestas 24 cubiertas.
Si sabemos que la masa total de la tierra es calculada como 149 millones de km2, de los cuales 101 millones de km2 son a su vez inutilizables (hielo, desiertos, zonas silvestres despobladas, ríos/lagos, montañas de más de 2.000 m de altura, bosques), entonces los casi 8 mil millones de personas que viven actualmente en la tierra tienen 48 millones de km2 de espacio disponibles para vivir y trabajar. Esto corresponde a un área de 6.000 m2 por persona.
Si cada persona tuviese una “cabina” en una de las 24 cubiertas en el muro de la Santa Ciudad con esa misma área, la Ciudad Santa podría transportar a más de 36,7 mil millones de personas, o seres, en un muro “delgado como una oblea” con un espesor de aproximadamente 75 m (24 × 3,12 m), que no es nada en comparación con su enorme área de cubierta.
¿Habría suficiente espacio para la gran multitud y los 144.000, que sin duda estarían alojados en cabinas durante el vuelo al mar de vidrio, la Nebulosa de Orión? Por supuesto, tendrían que restar algo de la superficie de 6.000 m2, ya que no toda esa área está ocupada por cabinas, pero ciertamente no habrá 36,7 mil millones de seres a bordo.
En comparación, la suite de lujo más grande del mundo figura en el Libro de los récords mundiales Guinness con 4.131 m2, completa con su propio spa. Esa es una pequeña cabina miserable en comparación con las “cabinas” a bordo del lujoso transatlántico divino. Y creo que, con este espacio y la tecnología de Dios, cada “cabina” de 6.000 m2 todavía ofrecerá suficiente espacio para nuestra sala privada de cine en 3D, que nos proporcionará toda la extravagancia del viaje de siete días, “cortesía de la casa”.
Está bien, pero para las tribus que se encuentran en los triángulos, puede ser un poco “apretado” ya que solo hay 12 cubiertas disponibles por tribu. En los cuadrados para las tribus principales, por otro lado, hay 24 cubiertas por tribu. ¿Significa eso que las 8 “tribus menores” tienen que conformarse con cabinas ridículamente pequeñas de sólo 3.000 m2, o habrá más personas redimidas de las cuatro tribus principales que de las demás?
Pregúntense: ¿no es todo un poco exagerado? ¿Quiere usar Dios estas medidas para mostrarnos algo más que aún no hemos reconocido?
Sabemos que a cada lado de la pirámide hay tres puertas de entrada a la Santa Ciudad, por lo que hay una puerta para cada tribu. Si queremos averiguar qué puerta se asigna a cuál tribu, es natural suponer que las puertas podrían corresponder al orden del campamento israelita, que usamos en el video de la certificación de la segunda venida de Jesús.
Desafortunadamente, las tribus de Apocalipsis 7 difieren mucho de este orden, por lo que es difícil asignarlas a las puertas. El listado de tribus en tripletes podría ser una indicación de la agrupación de cada conjunto de tres puertas. Por otro lado, eso va en contra del hecho de que el primer grupo comienza con Judá y Rubén, que son tribus principales, y cada uno de ellos debe tener una puerta central asignada si las direcciones cardinales del campamento israelita deben ser mantenidas.
Sólo hay una solución que es armoniosa y realmente tiene sentido, y es poner a las tribus enumeradas en Apocalipsis 7 en el orden del Mazzaroth, y luego tenemos una regla simple y clara acerca de por cuál puerta cada tribu entraría en la Santa Ciudad. Ahora solo sería necesario que Dios marcara los lados de la Santa Ciudad con la dirección celestial apropiada, y cada uno de nosotros podría saber dónde pararse.
Nuestra fecha de nacimiento (con el lugar y la hora de nacimiento considerados en casos extremos) y un vistazo a un programa planetario son suficientes para descubrir a qué tribu pertenecemos. Al mismo tiempo, esto también define qué puerta de entrada a la ciudad es la nuestra.
Ya hicimos esta asignación para todos los miembros del foro, porque, por supuesto, estábamos interesados en cómo están distribuidos los 12 apóstoles modernos o los autores en las tribus. En particular, queríamos saber si los nombres de los apóstoles del Cordero, que según Apocalipsis 21:14[6] están escritos en cada uno de los 12 cimientos de la Santa Ciudad, deben entenderse simbólicamente como los nombres de los nuevos apóstoles o si realmente son los nombres de los apóstoles del tiempo de Cristo.
El resultado claro es que estamos tan desigualmente distribuidos entre las tribus que descarta la posibilidad de que los nombres sean los de los nuevos apóstoles. De hecho, deben ser los nombres de los antiguos discípulos de Jesús, que tuvieron el privilegio de caminar con Él aquí en la tierra durante tres años y medio.
Cualquiera que no esté seguro acerca de su afiliación tribal puede consultarnos, pero no enumeraremos quién pertenece a cada tribu por razones de privacidad. Sin embargo, hacemos una excepción con los cuatro autores, porque su afiliación tribal resuelve un gran misterio divino: el misterio de Apocalipsis 11.
Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. (Daniel 11:44)
Una y otra vez en artículos me he aventurado a descifrar este misterio. Generalmente, uno entiende las “noticias” como viniendo del este (salida del sol) y del norte (el trono de Dios en el norte celestial), haciendo que el rey del norte (el Papa Francisco) se enoje tanto que realmente comienza la persecución en el tiempo del fin. A menudo también hemos reemplazado el este con Orión, pero hoy sabemos mejor porque se encuentra frente al toro, que Dios asigna al oeste celestial a través del diseño del campamento israelita.
Ahora veamos a qué tribus pertenecen los autores de los Dos Testigos:
Yo pertenezco a la tribu de José, puesto que nací el 6 de agosto, y se me concede entrar en el lado este de la pirámide, al lado de la tribu central de Judá.
La puerta del hermano Robert también está en el este, al otro lado de la tribu de Judá, porque él pertenece a la tribu de Aser.
El hermano Gerhard y el hermano Ray entran juntos por la misma puerta. Se encuentra en el lado norte, y es la puerta central de ese lado. Ambos son de la tribu de Manasés, que reemplazó a Dan.
Los “noticias” provocativas del este y del norte son, por lo tanto, las escrituras de los cuatro autores de los dos sitios web, que entendemos son los dos testigos de Apocalipsis 11. Qué confirmación de nuestro punto de vista, así como la disposición de las puertas de la Santa Ciudad según el Mazzaroth.
Toda la luz trasmitida en este testimonio nos fue dada durante varias semanas, y un gran hito fue una gran lluvia de luz en el sábado 13 de enero de 2018, la segunda posibilidad para la fiesta de dedicación. Probablemente ha sido la fase más larga que hemos tenido en preparación para un artículo, y también la más intensa. No logro recordar que alguna vez tuviéramos discusiones tan animadas sobre cualquier tema y tuviéramos que armonizar tantas aparentes contradicciones. Aquellos que han estudiado estas cosas se encontrarán con muchas dificultades, y sin embargo... la solución perfecta existe para todo, pero el Espíritu de Dios debe ayudar.
Lo que no sabíamos en ese momento era que incluso esta luz solo era el comienzo, y que el destello de luz se intensificaba hacia una fecha específica: el gran octavo aniversario del mensaje de Orión el 23 de enero de 2018. Más sobre eso en la parte de la “píldora roja”.
Ahora sabemos que el muro de la ciudad tiene 75 m de altura, y ahora surge la pregunta: ¿cómo podrían Elena White o el apóstol Juan haber mirado dentro de la ciudad y haber dicho que tiene 12 cimientos? La ciudad piramidal debe haber estado en una orientación que permitió esta percepción.
Imaginen una pirámide con una longitud lateral de 2.218 km y una altura inclinada igual. El área de su base es 2.218 km × 2.218 km = casi 5 millones de km2, es decir, la mitad del área de los EE. UU., Canadá o China, ¡o el doble de Argentina!
¿Un Dios que se resistía a arrasar a Nínive al suelo porque había muchos animales ahí,[7] destruiría un área del tamaño de medio continente, con toda vida en ella, sólo para aterrizar Su Ciudad en la tierra? ¿Cuántas personas morirían antes de que pudieran escuchar su veredicto final, después del milenio?
Solo las repercusiones de una “luna” de 5 millones de km2 que aterriza suavemente sobre la tierra causarían un terremoto tan grande que destruiría el planeta. Aunque la mayor parte de la Santa Ciudad tiene que estar en el espacio exterior, nunca podría aterrizar en ningún planeta con su huella cuadrada sin causar la devastación más terrible. Eso no sería una visita a un mundo lejano, sino su destrucción.
Pero la solución al problema ya ha sido descrita por Elena de White. Jesús, que, por supuesto proporciona la “luz” para la ciudad junto con el Padre en la parte superior de la pirámide, desciende primero, y bajo Su peso la montaña se divide. Sin embargo, Jesús todavía es humano y, por lo tanto, aunque tenga cuatro metros de estatura, aún no tiene el peso suficiente como para aplanar una montaña entera. Es una imagen, y por supuesto significa que la parte superior de la pirámide apunta hacia abajo cuando la nave espacial divina hace su aterrizaje, no su gran base, como en las imitaciones egipcias.
Eso dejaría la parte mayor de la nave piramidal en el espacio, y el menor daño posible, si lo hubiera, sería infligido al planeta huésped. Una montaña estéril y aplanada sería suficiente para un puerto espacial. Esto también nos da una idea del tamaño de la parte superior plana de la pirámide, que es donde se encuentra la sala del trono de Dios, mirando hacia el interior, por supuesto, y quedando como otro nivel principal sobre su propio muro.
¿Cuánta área ocupará la “punta” naturalmente cuadrada de la Ciudad Santa?
Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. (Zacarías 14:3-4)
Sabemos dónde se encuentra el Monte de los Olivos, y el texto lo describe claramente como el centro de la montaña, dividiéndose al este, oeste, norte y sur. ¿Hay alguna pista en alguna parte que describa su alcance? Sí, justo en el siguiente versículo:
Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. (Zacarías 14:5)
Si supiéramos dónde estaba Azal, habríamos encontrado la solución a la cuestión del área de aterrizaje de la pirámide de Dios. Sin embargo, desafortunadamente el Comentario Bíblico no está seguro otra vez:
Heb. 'atsal. Este lugar no puede identificarse. La LXX traduce Iasol, que quizá se identifique con el wadi Yatsul que desemboca en el Cedrón.[8]
Si investigan un poco, encontrarán un artículo en inglés muy revelador que ofrece una solución lógica al secreto guardado desde hace mucho tiempo. Si uno sigue las indicaciones de este informe cuidadosamente investigado, que está lleno de evidencia arqueológica, se puede ver que es indiscutible que el Wadi Yasûl corresponde al Nahal Azal, e incluso se puede encontrar y marcar esa ubicación en Google Maps hoy. Todo lo que tienen que hacer es darle clic derecho y seleccionar “medir distancia”, y pueden ingresar el Monte de los Olivos como una segunda ubicación y obtener una medición:
2,16 km es una estimación para el ápice de la pirámide, como una superficie de aterrizaje suave para la Ciudad Santa. ¿Pero cómo obtenemos un valor exacto de la estimación?
Siempre debemos tener en cuenta que las medidas de Dios están hechas en unidades distintas de las modernas, y que los números de Dios tienen un significado simbólico importante. ¡Lo encontraremos aún más a menudo en el transcurso de este testimonio!
Nos fueron dadas las dimensiones de la base y la altura de la pirámide como 12.000 “estadios”. El número 12 × 1.000 significa que a través del pacto (12) muchos (1.000) serán salvos. Y el área de 144.000.000 ya incluye una referencia a los líderes de la gran multitud, los 144.000 × 1.000 (muchos). Entonces, ¿qué obtenemos cuando convertimos los 2,16 km, que se supone que son la mitad del tamaño de la ciudad, en estadios?
En el Comentario Bíblico sobre Apocalipsis 21:16, un estadio se da como 185 m,[9] por lo tanto 2.160 m ÷ 185 m = 11,68 estadios. ¡Redondeado serían 12 estadios, el número perfecto del pacto divino! También tiene sentido que el número sea un poco más grande, ya que no realizamos la medición de longitud anterior exactamente en el eje norte-sur, y el curso del Wadi tiende hacia el sur.
Si calculamos otra vez, obtenemos 2,2 km como la mitad del diámetro del área de aterrizaje, con un diámetro total de 4,4 km o 24 estadios, largo y ancho, que juntos simbolizan los Pactos Antiguo (12) y Nuevo (12).
Si miran los sitios históricos en el área de aterrizaje, notarán que la antigua Ciudad de David, el Monte del Templo y los sitios del sufrimiento y crucifixión de Jesús están ubicados perfectamente en el cuadrante sudoeste (en términos de direcciones terrenales). El Monte Sion está también exactamente donde Elena de White, en su “excursión en tierra”, más tarde ve el templo con siete columnas, ¡en el que solo los 144.000 pueden entrar!
Tras una inspección más cercana, es posible que hayas notado que las puertas de la ciudad no se pueden ubicar en la enorme base de la pirámide, con una longitud de 2.218 km, como se suponía anteriormente. Deben estar ubicadas en el “muro” de 75 m de altura del área de aterrizaje. Más tarde, durante el ataque de los malvados bajo la dirección de Satanás, se nos dice que las puertas son cerradas, lo que ciertamente no sería necesario si estuvieran en el espacio exterior a una altitud de unos 2.000 km.
Mientras Satanás está reuniendo su ejército, los santos están en la ciudad contemplando la hermosura y la gloria del Paraíso de Dios. Jesús los encabeza y los guía. De repente el amable Salvador se ausentó de nuestra compañía; pero pronto oímos su hermosa voz que decía: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Nos reunimos en derredor de Jesús, y precisamente cuando cerraba las puertas de la ciudad, la maldición fué pronunciada sobre los impíos. Las puertas se cerraron. Entonces los santos usaron sus alas y subieron a la parte superior de la muralla de la ciudad. Jesús estaba también con ellos; su corona era gloriosa y resplandeciente. Estaba formada por una corona dentro de otra corona, hasta un total de siete. Las coronas de los ángeles eran del oro más puro, y estaban cuajadas de estrellas. Sus rostros resplandecían de gloria, pues eran la imagen expresa de Jesús; y cuando se levantaron y subieron todos juntos a la cumbre de la ciudad, quedé arrobada por el espectáculo. {PE 53.1}
Ahora también queda claro que los santos usan sus “alas” o unidades de antigravedad para “volar” en los triángulos que se extienden verticalmente, y los cuatro cuadrados de las tribus principales que se extienden horizontalmente sobre ellos. (Si eso es demasiado técnico, por favor tengan paciencia conmigo)
También entraré en más detalles sobre cómo resolver la aparente contradicción en el sentido de que el Monte Sion tendría que ser destruido por el establecimiento de la Ciudad Santa, y, sin embargo, Elena de White puede caminar directamente en esa área. También aprenderemos por qué las puertas son perlas esféricas.
Ahora es el momento de resolver otro misterio relacionado con las puertas y las visiones de Elena G. de White.
A cada lado del carro de nubes había alas, y debajo, ruedas vivientes. Al girar las ruedas exclamaban “¡Santo!” y al batir las alas, gritaban “¡Santo!” La comitiva de santos ángeles que rodeaba la nube exclamaba: “¡Santo, santo, santo, Señor Dios omnipotente!” Los santos que estaban en la nube exclamaban: “¡Gloria! ¡Aleluya!” y el carro de nubes subía hacia la santa ciudad. Antes de entrar en ella, se ordenaron los santos en un cuadrado perfecto con Jesús en el centro. Sobresalía de cabeza y hombros por encima de los santos y de los ángeles, de modo que todos los del cuadro podían ver su majestuosa figura y amable continente. {PE 287.2}
Algunos pueden haber entendido este texto en el sentido de que deben pararse en un cuadrado a las afueras de la ciudad. Eso habría sido completamente imposible alrededor de la gran base de la pirámide con una longitud de borde de 2.218 km; no podrían ver a Jesús en la cima de la pirámide, del mismo modo que no puedes ver el pico desde el pie de una montaña o la parte interior de una ciudad cuando estás al pie de un muro circundante de 75 m de altura.
Invertir la pirámide de cabeza, por supuesto, cambia el panorama, porque una fila de 12.000 personas, cada una ocupando unos 80 cm, tendría 9,2 km de largo, que es más larga que los 4,4 km de la longitud de la arista de la zona de aterrizaje. Podrían colocarlos en un cuadrado casi perfecto frente a las puertas simétricamente dispuestas, que se verían así:
Sin embargo, esta disposición cuadrada también es mencionada en la primera visión de Elena de White:
Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio, donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano. Nos dió también arpas de oro y palmas de victoria. En el mar de vidrio, los 144.000 formaban un cuadrado perfecto. Algunas coronas eran muy brillantes y estaban cuajadas de estrellas, mientras que otras tenían muy pocas; y sin embargo, todos estaban perfectamente satisfechos con su corona. Iban vestidos con un resplandeciente manto blanco desde los hombros hasta los pies. Había ángeles en todo nuestro derredor mientras íbamos por el mar de vidrio hacia la puerta de la ciudad. Jesús levantó su brazo potente y glorioso y, posándolo en la perlina puerta, la hizo girar sobre sus relucientes goznes y nos dijo: “En mi sangre lavasteis vuestras ropas y estuvisteis firmes en mi verdad. Entrad.” Todos entramos, con el sentimiento de que teníamos perfecto derecho a estar en la ciudad. {PE 16.2}
Entonces, no se trata de organizar a los 144.000 alrededor de la ciudad, sino de la ceremonia de coronación, que aparentemente se celebra antes de marchar a las puertas de la ciudad y se lleva a cabo directamente en la nube de la Nebulosa de Orión. Más adelante, querremos resolver cómo es posible para nosotros viajar al mar de vidrio en una nube durante siete días, y estar allí en el vacío sin sofocarnos. Hasta ahora, entendimos la visión de forma puramente simbólica y supusimos que viajaríamos a la Nebulosa de Orión en la Santa Ciudad.
Pero por ahora, solo queremos resolver cómo se pueden organizar las 12 filas de 12.000 personas en la figura de un cuadrado perfecto. No entendemos lo que vio Ernie Knoll, porque en su sueño sobre nuestro viaje al hogar, describió un cuadrado imposible:
El segundo grupo está en pie formando un cuadrado perfecto, lado a lado formando 12 hileras de 12.000 en cada hilera. Esas hileras forman un total de precisamente 144.000—aquéllos que son. Este grupo estará muy unido justamente antes de que regrese Cristo. Ellos mostrarán con su ejemplo que es posible obedecer las leyes de Dios. Ellos permanecerán sin pecado aun cuando ya no tengan a Cristo obrando como su Mediador.
Pueden organizar las filas de 9,2 km de largo en un solo nivel, colocándose una al lado de la otra como quieran, pero nunca formará un cuadrado perfecto a menos que tenga 800 m de espacio entre las filas. Quizás estén más de acuerdo con la siguiente solución.
Un cuadrado sería un área. Si agregamos una dimensión, la tercera, y ampliamos el cuadrado perfecto a un cubo de 12.000, tenemos menos problemas para colocar las 12 filas perfectamente de manera pareja una al lado de la otra.
Ahora tenemos una configuración de las 12 filas que sería concebible en la ingravidez del espacio: en cada cara del cubo habría cuatro filas. Y en la parte superior (y por supuesto también en todas las otras posiciones de las filas de 12.000) forman un cuadrado perfecto. Ahora, también tiene sentido para Elena G. de White decir que Jesús está en medio de ellos, cabeza y hombros por encima de los santos y de los ángeles. Todos en el cubo pueden verlo desde sus posiciones, pero muchos solo ven Sus pies. Algo todavía está mal. Debe haber una solución para este acertijo, pero ¿cómo se vería un modelo que refleje todos los detalles descritos?
Apocalipsis 21:18 enseña que los muros exteriores de la Ciudad piramidal son transparentes, pero también está la superficie del muro, que ahora tiene muchos más de cuatro lados exteriores, y todos están decorados con jaspe:
El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; (Apocalipsis 21:18)
El jaspe es una gema semipreciosa que se puede pulir para brillar bellamente y cuyo rojo oscuro recuerda fuertemente al color de la sangre. Los depósitos negruzcos separan la sangre en gotas individuales de sangre. Los planos del muro que se intersecan también podrían señalar a la cruz de Jesús. Pronto aprenderán que el “muro” en realidad forma una cruz especial. Pero eso es para más tarde.
Así que no es de extrañar que en la siguiente enumeración de las piedras preciosas que adornan las superficies de cada una de las 12 tribus, el jaspe sea el primero, porque el conteo de las tribus comienza con la casa de Judá, de la cual sabemos que vino Jesús.
y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. (Apocalipsis 21:19-20)
Un día, durante las largas semanas de estudio, pregunté en la mesa: “¿Y qué de las gemas? ¿A qué tribu pertenece cada gema?” Después de un día, pregunté nuevamente si alguien había encontrado una respuesta. Algunos habían intentado analizar el efod del sumo sacerdote del Antiguo Testamento, que también llevaba 12 piedras preciosas para simbolizar cada una de las tribus, y así determinar un método de asignación.
La dificultad fue que, en su mayor parte, el Antiguo Testamento usa diferentes gemas para las tribus, o variedades que son en gran parte desconocidas en la actualidad. Como resultado, ya no es posible determinar claramente a qué tipo de piedra se podría haber referido el texto bíblico. Los hermanos estaban visiblemente decepcionados, ya que las gemas antiguas ni siquiera coincidían con las nuevas en Apocalipsis.
Pero sabemos que la secuencia de las tribus comienza con Judá, y que su piedra, el jaspe rojo, tiene un comienzo lógico. Entonces, siguiendo el curso del sol en el Mazzaroth, supongamos que la enumeración de las piedras en Apocalipsis 21 corresponde, ¿o nos da pistas la Palabra de Dios de que debemos seguir un orden diferente?
¿De dónde vienen las piedras preciosas? Aunque brillan en la luz del sol, provienen de las montañas, donde son creadas bajo presión o por otros procesos químicos durante milenios. Hemos aprendido que las constelaciones de los cielos son montañas, y que las eras siguen el movimiento del punto vernal, opuesto a la dirección del sol. Nada en la Palabra de Dios es vano, y podemos aplicar nuestro conocimiento más reciente con confianza.
Ahora, comenzando con el punto vernal en Leo, podemos asignar fácilmente las gemas individuales a las tribus. Pero para sacar a relucir la enseñanza que Cristo quiere transmitirnos, debemos seleccionar el color correcto de las piedras preciosas, algunas de las cuales pueden ofrecer una amplia gama de opciones. Sin embargo, ya reconocí lo que Dios quería mostrarnos con las gemas, que tienen colores claros, y ahora puedo darles la secuencia con todas las piedras en sus colores correctos. ¿Pueden ver un principio en esta lista?
Simplemente digan los colores principales de la lista, uno después del otro, y seguramente reconocerán que los tres colores principales, rojo-verde-azul, se repiten en combinaciones diferentes cuatro veces seguidas. ¿Qué significa eso? Para averiguarlo, vayamos a la Santa Ciudad y asignemos las gemas a las puertas de entrada de las tribus de acuerdo con el orden del equinoccio vernal.
Recuerden que ya hemos reconocido que los cuatro cuadrados grandes que ahora representan el extremo superior de la pirámide deben pertenecer lógicamente a las cuatro tribus principales con las direcciones inusualmente dispuestas, mientras que las ocho superficies de los cuatro triángulos sirven como vivienda para las otras tribus. Ya que pudimos asignar las puertas a las tribus con la ayuda del Mazzaroth, cualquier puerta central de un lado debe conducir inevitablemente hacia arriba a uno de los cuadrados, y las puertas adyacentes van a la superficie triangular más cercana que se extiende verticalmente hacia arriba, ya se puede determinar claramente en qué triángulo se encuentra cada tribu menor.
Con los cuadrados, sin embargo, tenemos la dificultad de decidir si la puerta del medio va al cuadrado izquierdo o derecho. Imagina que estás parado en el lado “este” de la pirámide al pie del muro y ves tres puertas de entrada frente a ti, rotuladas de la siguiente manera: José – Judá – Aser.
Cuando ingresas a José, te encuentras en una de las cuatro “salas” grandes que están separadas por los cuatro triángulos grandes. Tu triángulo está a la derecha y decorado con la misma piedra preciosa azul (zafiro) como puerta de entrada para que no te pierdas. Entonces, solo vuela hacia la derecha en la superficie vertical de tu triángulo y allí los ángeles te llevan a tu hogar. Del mismo modo, si ingresas por la puerta de Aser, volarás al triángulo que tienes a la izquierda. También es azul, pero Aser entra en una sala diferente, y no puede haber confusión si alguien no reconoce inmediatamente la diferencia entre el zafiro y la amatista.
Judá tiene que pasar por la puerta central a una de las dos salas, pero ¿a cuál? ¿A la izquierda o la derecha? Para responder a esta pregunta, primero marcamos todas las puertas con los colores correspondientes, rojo, verde y azul. Reconocemos que cada sala debe tener los tres colores, para que la armonía prevalezca, pero tres puertas de en medio son verdes y solo una es roja: la de Judá. Todo es decidido por las tres puertas del lado este. Si Judá va al salón a la derecha, tendremos una combinación de colores azul (Aser), rojo (Levi) y rojo (Judá); no habría armonía, y si miraras en la Santa Ciudad, verías dos del mismo color en un cuadrante o sala.
Si Judá va hacia la izquierda, la armonía total es el resultado inmediato para todas las otras salas. Comenzamos con Judá y seguimos el equinoccio de primavera alrededor de la Santa Ciudad:
¿Han comprendido de qué manera es honrado Judá en los cuatro cuadrados del techo, como la única tribu principal que repite el color rojo sangre del muro? Todos los demás cuadrados son verdes. ¿Podría haber otra razón para esto?
Hasta ahora, nos ha sido imposible decir claramente cómo se alineará la Santa Ciudad durante su aterrizaje en la Tierra Nueva, porque las direcciones de la brújula celestial de la Santa Ciudad son muy confusas, y su orden y disposición no son terrenales. El norte se encuentra al oeste y el sur al este. No importa cómo volteemos la Ciudad Santa e intentemos alinear al menos una de las direcciones de la brújula celestial con una dirección terrenal, encontramos una y otra vez que las otras tres no coinciden.
La solución al problema radica en el mapa del “vestíbulo” y el cuadrante rojo de Judá. Como ya hemos visto, la Santa Ciudad aterrizará en el sitio de la obra especial y el sacrificio de Cristo. ¿En qué cuadrante estarán el Monte del Templo, el Monte Sion, la (supuesta) tumba de Jesús en la iglesia del Santo Sepulcro, y también la ubicación más probable del Monte Calvario? Todos estos sitios están ubicados en el cuadrante (terrenal) suroeste o inferior izquierdo del mapa.
Entonces, la Santa Ciudad alineará su “este” con el sur terrenal para que el cuadrado de la tribu de Judá, de donde viene Jesús, coincida con el cuadrante del lugar de Su Pasión. El principio hermenéutico es: “Como es arriba, es abajo, o como es abajo, es arriba”.
¿No es maravilloso que ya sepamos sobre nuestro nuevo hogar para el milenio? ¿Estás contento de saber ahora qué piedra preciosa o semipreciosa decorará tu puerta de entrada y “cimientos” y en qué superficie o en qué muro de la Ciudad Santa vivirás lujosamente? ¿Te das cuenta de que incluso en la Nueva Tierra te espera una gran propiedad que puedes diseñar de acuerdo con tus deseos y que no sucederá “por el sudor de tu frente” sino “de una manera agradable”?
Cualquiera que esté satisfecho con esto tiene la opción de finalizar su lectura de este testimonio, que equivale a tragar la píldora azul. Sin embargo, aquellos que están dispuestos a pensar más profundamente sobre lo que Dios realmente quiere decirnos con todos estos detalles, pueden ahora tomar la píldora roja de nuevo.[10]
¡Tengan en cuenta que tomar la píldora roja podría afectar a muchos en el estómago! Por eso quiero decir a todos ustedes aquí que están contentos con lo que hemos experimentado hasta ahora—que pueden imaginar y quieran a Jesús como un capitán de nave espacial con quien viajamos de mundo en mundo los sábados de la eternidad en la gigantesca nave espacial piramidal “Nueva Jerusalén” (al menos los 144.000 y unos pocos elegidos como Elena G. White) y también cultivar el jardín en nuestras casas de campo en la Nueva Tierra—¡adiós desde el fondo de mi corazón, con el beso del amor fraternal de Filadelfia hasta que nos volvamos a encontrar en la nube!
Pueden estar muy seguros: grandes cosas les esperan en el Reino de Dios, y nadie se aburrirá allí, ni siquiera por toda la eternidad. La promesa de Dios, presentada por Elena de White, se convertirá en realidad:
Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos; mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y de la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación, soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden a ellos asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y en todas ellas se ostenta la riqueza de su poder. {CS 656.4}
El fin de la píldora azul.
Comienzo de la píldora roja.
Aquellos que quieran despertarse y prepararse verdaderamente para la vida después del “arrebatamiento” deben estar preparados para lo que el equipo de la Granja Nube Blanca ha estado atravesando por muchas semanas: nuestros cerebros han sido cargados hasta el punto de estallar, y caminamos sobre una línea muy delgada entre los dos abismos, de la blasfemia y lo esotérico, y con frecuencia hemos corrido el riesgo de caer en una “brecha dimensional” u otra. Pero aferrándonos a la mano de Dios, fuimos guiados una y otra vez de manera segura a un destino maravilloso que era completamente nuevo para nosotros. Las oraciones intensas y los “dolores de parto”[11] verdaderamente físicos nos ayudaron a no tropezar, y nos mantuvimos en el camino que separa la verdad de la mentira.
Tendremos que hablar sobre dimensiones, mundos invisibles y universos paralelos, cosas que la gente común encuentra difíciles de imaginar con sus mentes simples, y, sin embargo, Dios ha revelado mucho sobre el mundo que nos espera, tanto que al final de las revelaciones, solo podemos postrarnos y arrojar nuestras coronas a los pies de Aquel que nos redimió para la vida venidera en Su Reino que ningún hombre ha visto antes, y en el verdadero sentido de la expresión. Incluso aprenderemos cuántos ojos nuevos obtendremos, para poder mirar las maravillas de Dios desde la perspectiva correcta.
La imagen de tragar la píldora roja o azul proviene de la famosa trilogía “Matrix”, y ahora tendremos que entrar en un mundo de ideas que no les gustará a todos de inmediato. En esa película, la vida humana en la tierra tal como la conocemos es solo una simulación por computadora. En realidad, las personas yacen en incubadoras y sus cerebros están siendo engañados por una supercomputadora (la Matriz) para que experimenten un “mundo color de rosa” donde trabajan y viven con sus amigos y familiares. No tienen idea de su verdadera existencia como “soñadores”. Son engañados, explotados y abusados, como proveedores de energía esclavizados en contra de su propia voluntad, por máquinas inteligentes que conquistaron el mundo innumerables años antes. “Neo”, el salvador profetizado, luego “redime” a las personas de esta pesadilla y las devuelve a la realidad, destruyendo finalmente la Matrix y las máquinas con su muerte sacrificial. Su antagonista, en la gran revuelta de la humanidad, es un agente que desempeña el papel de “Satanás” y que desea desesperadamente mantener la Matrix. Al hacerlo, puede multiplicarse arbitrariamente y parecer invencible, hasta que el bien y el mal se unen para siempre. En la película, quien se trague la píldora azul no aprenderá nada de la terrible verdad y puede continuar soñando, pero quien acepte la píldora roja aprende la verdad, incluso si es inimaginable.
Pronto podremos distinguir las mentiras de la verdad en esta película. Esta producción claramente satánica contiene algo de ambas. Puedo prometer una cosa: no somos esclavos y no somos explotados por ningún ser superior, ya sea un ángel o Dios, y “Neo” no es nuestro Salvador, sino Jesucristo. Pero gran parte de lo que pensamos que habíamos entendido hasta ahora sobre nuestro mundo, debemos arrojarlo por la borda y hacer espacio para una realidad mucho mayor.
Como Daniel ya dijo, el conocimiento científico de la humanidad aumentaría, y mucho de lo que se reveló se mantendría en secreto hasta que la gente del tiempo del fin estuviera lista para comprender con su mente las cosas, que el profeta, o más tarde los discípulos de Jesús, no podían haber “sobrellevado”.
Sin embargo:
En la vida futura comprenderemos las cosas que aquí nos dejaron grandemente perplejos. Nos daremos cuenta de qué poderoso ayudador tuvimos y cómo los ángeles de Dios fueron comisionados para guardarnos a medida que seguíamos el consejo de la Palabra de Dios. —En Lugares Celestiales, 257. {VAAn 305.2}
Y:
“Lo que te espera es tan inconcebible que incluso a los ángeles les gustaría saber más al respecto”. 1 Pedro 1:12[12]
Nosotros, personas religiosas, pronto descubriremos que la Palabra de Dios contiene muchas más revelaciones científicas de las que normalmente podríamos imaginar. El plano de la Santa Ciudad ya ha sido señalado. Desafortunadamente, nuestros cerebros están entrenados para imaginar el Reino de Dios como nubes espirituales sobre las cuales nos sentaremos y tocaremos el arpa, porque algunas profecías usan esa imagen. Pero estas imágenes siguen siendo lo que son: imágenes o símbolos de una realidad que sólo las personas del tiempo del fin pueden comenzar a captar.
Tomemos, por ejemplo, el marcado rojo-verde-azul de los lados enormes de las cuatro salas de la pirámide, y en lugar de rojo-verde-azul, escribamos la abreviatura común RVA. El hombre de Neandertal del tiempo del fin se da cuenta inmediatamente que esto simboliza un método de visualización en color que es común hoy en día, es decir, las pantallas en todos nuestros modernos teléfonos móviles, computadores y de televisores modernos. Todos son monitores RGB de varios tamaños, que representan hasta 16,7 millones de colores por píxel de los tres colores primarios. Casi todos saben que cuantos más píxeles se tenga, mejor será la imagen y, por supuesto, cuantos más píxeles de color haya, se podrá crear más área de pantalla. Recientemente, se han podido admirar las pantallas HD 4K, que pueden mostrar una imagen extremadamente nítida en un área enorme.
Cada píxel consta de tres barras diminutas (LED), cada una de las cuales emite rojo, verde o azul en diferentes intensidades. Nuestro ojo o cerebro los combina en uno de los millones de colores posibles.
Sin embargo, hasta ahora hemos estado hablando solo de la representación de imágenes en dos dimensiones, que es la representación común en nuestras pantallas. Sin embargo, en el cine ya podemos ver películas tridimensionales, que conocemos como películas en 3D. Hay una variedad de métodos para mostrar películas en 3D, todos los cuales tienen una cosa en mente: engañar al ojo humano y al cerebro para que vea un mundo tridimensional que no existe.
Es bien conocido que tenemos que usar gafas en un cine en 3D, que toman las 50 (o más) imágenes que la película emite por segundo y las divide para los ojos izquierdo y derecho. La verdad es que dos películas se están ejecutando al mismo tiempo: una toma en un ángulo para el ojo izquierdo y otra para el ojo derecho. Eso es hecho con cámaras 3D bastante simples con dos lentes y dos pistas de grabación. El verdadero truco son las gafas en el cine, que se sincronizan con la película para que las imágenes correctas lleguen al ojo correspondiente. Muy bueno, pero cuando te quitas las gafas, la diversión termina. Entonces sólo ves una imagen ligeramente duplicada y borrosa de la película que es mucho menos interesante que cualquier película en 2D.
Miren el fondo de la escena que se muestra en 3D en el cine. Inmediatamente notarán que está desenfocado, y por mucho que intenten enfocarse en él, sus ojos no lo enfocarán. Es solo un mundo en 3D simulado, que no es real, sino que sólo consiste en dos tomas de películas normales en 2D. No hay profundidad de campo.
El siguiente paso en holografía, que es el término técnico para imágenes tridimensionales, sería una verdadera representación 3D con profundidad de campo. Ha habido intentos iniciales para lograrlo con la ayuda de cuatro “pantallas” y cuatro películas que se ejecutan simultáneamente. Miren esto:
¡Asombroso! Personalmente, todavía no sabía nada de esto, y cuando lo vi, un escalofrío me recorrió la espalda: ¡es fácil ver que la “Santa Ciudad” tiene las características de diseño exactas de la pantalla 3D de un teléfono móvil!
Las cuatro paredes transparentes son las superficies de proyección de las cuatro películas. ¡Presten atención a las dimensiones! Longitud (x) = ancho (x) = altura inclinada (x), y de esto algo es cortado de nuevo como nuestra pirámide, que se encuentra en un área de 24 × 24 estadios. La pequeña pirámide también es colocada con su punta hacia abajo en la pantalla para que la diversión comience.
“¡Pero, las cuatro películas se ejecutan en el exterior, en la superficie del teléfono!”, alguien podría objetar. Aquí es donde la tecnología avanzada de Dios entra en la ecuación, y las (presumiblemente) muchas gemas que decoran la superficie, que están divididas en los colores rojo, verde y azul.
La ciencia moderna está trabajando en métodos para crear hologramas reales con luz láser. Un rayo láser es creado cuando una fuerte fuente de luz se refracta y se enfoca a través de una piedra preciosa como un prisma. Las esmeraldas son utilizadas a menudo, produciendo rayos láser verdes, o rubíes, que emiten la luz láser roja típica. Por supuesto, también puedes usar otras gemas para filtrar y combinar otros colores.
La Ciudad Santa tiene cuatro enormes “salas”, cada una rodeada por dos secciones triangulares de dos muros transparentes. Es perfectamente concebible que Jesús, quien es la “luz” en el vértice de la pirámide apuntando hacia abajo, ilumine las gemas y luego cree luz láser en los colores rojo, verde y azul, que a su vez dan la impresión de ser una proyección tridimensional a través de las superficies transparentes de los muros exteriores de la pirámide.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (Apocalipsis 21:23)
¿Les viene a la mente –como me sucedió a mí— que una profetisa nos habla de una escena que menciona a la Santa Ciudad y un largometraje especial? Lean cuidadosamente y apliquen el conocimiento que ahora poseemos:
Por orden de Jesús, se cierran las puertas de la nueva Jerusalén, y los ejércitos de Satanás circundan la ciudad y se preparan para el asalto. {CS 645.3}
Entonces Cristo reaparece a la vista de sus enemigos. Muy por encima de la ciudad, sobre un fundamento de oro bruñido, hay un trono alto y encumbrado. En el trono está sentado el Hijo de Dios, y en torno suyo están los súbditos de su reino. Ningún lenguaje, ninguna pluma pueden expresar ni describir el poder y la majestad de Cristo. La gloria del Padre Eterno envuelve a su Hijo. El esplendor de su presencia llena la ciudad de Dios, rebosando más allá de las puertas e inundando toda la tierra con su brillo. {CS 645.4}
Imaginen la Ciudad Santa parada con su punta en el suelo. Pantallas inimaginablemente grandes se extienden sobre un espectador en la superficie de la tierra, lo que hace imposible ver la base cuadrada que está lejos en el espacio. Pero si se tratara de pantallas holográficas, entonces el acertijo estaría resuelto. ¡Cualquier visión en la Santa Ciudad, o la presentación de cualquier escena en 3D a través de los proyectores de la Santa Ciudad, ahora sería posible! Piensen en las imágenes de la pequeña pirámide holográfica en la superficie del teléfono móvil. Las superficies transparentes de las paredes de la pirámide no serían percibidas por los habitantes de la tierra, sino solo lo que presentan en forma tridimensional a través de la técnica de las salas de proyección subyacentes.
Esta técnica holográfica 3D con la pirámide invertida, también permite una proyección aparente de la escena, que en el video de ejemplo se encuentra dentro de la pirámide ¡hacia el exterior! Inténtenlo una vez y giren la pirámide de sus teléfonos holográficos y dejen que las cuatro imágenes estén dentro. La película (cuádruple) aparece ahora fuera de las pantallas de proyección. Básicamente, una persona también podría imaginar que los populares efectos de cine en 3D, donde una flecha parece estar volando directamente en la cara del espectador individual, o un monstruo se extiende para atraparlo, son incluso fáciles de lograr con una pirámide 3D. En verdad, la producción de las cuatro películas en las cuatro salas alude a esto, y los malvados que ven estas escenas no podrán distinguir la realidad de la proyección. ¿Qué terror debe sorprenderlos cuando se les muestra la vida de Jesús en una pantalla con una diagonal (aparente) de 2.218 km?
Por encima del trono se destaca la cruz; y como en vista panorámica [3D] aparecen las escenas de la tentación, la caída de Adán y las fases sucesivas del gran plan de redención. El humilde nacimiento del Salvador; su juventud pasada en la sencillez y en la obediencia; su bautismo en el Jordán; el ayuno y la tentación en el desierto; su ministerio público, que reveló a los hombres las bendiciones más preciosas del cielo; los días repletos de obras de amor y misericordia, y las noches pasadas en oración y vigilia en la soledad de los montes; las conspiraciones de la envidia, del odio y de la malicia con que se recompensaron sus beneficios; la terrible y misteriosa agonía en Getsemaní, bajo el peso anonadador de los pecados de todo el mundo; la traición que le entregó en manos de la turba asesina; los terribles acontecimientos de esa noche de horror; el preso resignado y olvidado de sus discípulos más amados, arrastrado brutalmente por las calles de Jerusalén; el hijo de Dios presentado con visos de triunfo ante Anás, obligado a comparecer en el palacio del sumo sacerdote, en el pretorio de Pilato, ante el cobarde y cruel Herodes; ridiculizado, insultado, atormentado y condenado a muerte; todo eso está representado a lo vivo. {CS 647.2}
Si miramos las dimensiones de la Santa Ciudad e imaginamos cómo los miles de millones de malvados resucitados la están atacando, entonces no tendría sentido realizar solo una representación en 3D de la vida de Jesús, ya que algunos de ellos la verían solo desde el costado o incluso por detrás. Esa sería una posible explicación de por qué hay cuatro regiones de proyección holográficas que se elevan sobre la gente. Ya sea que sea vista desde el norte, el oeste, el sur o el este, verían la misma película en la perspectiva 3D correcta.
Otra escena parece describir un espectáculo similar en el cielo.
Mientras estas palabras de santa confianza se elevan hacia Dios, las nubes se retiran, y el cielo estrellado brilla con esplendor indescriptible en contraste con el firmamento negro y severo en ambos lados. La magnificencia de la ciudad celestial rebosa por las puertas entreabiertas. Entonces aparece en el cielo una mano que sostiene dos tablas de piedra puestas una sobre otra. El profeta dice: “Denunciarán los cielos su justicia; porque Dios es el juez”. Salmos 50:6. Esta ley santa, justicia de Dios, que entre truenos y llamas fue proclamada desde el Sinaí como guía de la vida, se revela ahora a los hombres como norma del juicio. La mano abre las tablas en las cuales se ven los preceptos del Decálogo inscritos como con letras de fuego. Las palabras son tan distintas que todos pueden leerlas. La memoria se despierta, las tinieblas de la superstición y de la herejía desaparecen de todos los espíritus, y las diez palabras de Dios, breves, inteligibles y llenas de autoridad, se presentan a la vista de todos los habitantes de la tierra. {CS 622.3}
Una mano de 2.000 km, o cuatro de ellas, ya dejarán en claro a la gente en la inminente segunda venida, que se han unido al lado equivocado. Dios no puede ser burlado, pero se burlará de los transgresores en 3D.
En realidad, podría haber asignado la sección anterior, a la píldora azul, pero quienes piensen en lo que viene sentirán la misma ansiedad que nos invadió, mientras dormíamos una noche pensando sobre las revelaciones aparentemente maravillosas, y volvimos a reunirnos al día siguiente para almorzar en el Quincho de la granja. No era el único que tenía náuseas, todos mis amigos también. Sus rostros no brillaban como uno podría esperar después de que Dios nos había empezado a mostrar lo más profundo del plan maestro de Su gran proyector de películas.
El problema es la desilusión que surge cuando la expectativa de mostrar la omnipotencia de Dios se transforma repentinamente en un espectáculo láser bastante fácil de imaginar que pronto podría tener lugar en casi cualquier discoteca o cine moderno, a medida que los científicos desarrollen la tecnología holográfica. ¿Es esto Disneyland al estilo Dios? ¿Es Dios Padre el George Lucas celestial, y el Espíritu Santo un guionista como Stanley Kubrick?
A Elena de White le fue permitido describir escenas increíblemente impresionantes, pero ahora si una persona dijera que todo esto es demostrable con sólo uno o cuatro enormes proyectores en 3D, ¿no estaría eso robando al alma religiosa de la fe en la verdadera omnipotencia de Dios?
Si uno piensa más, lo que viene a la mente es el Proyecto Rayo Azul, representado durante años como una teoría de conspiración donde los científicos humanos supuestamente trabajan secretamente en el desarrollo de proyectores láser que pueden evocar cualquier imagen en 3D en el cielo. Abundan los rumores de que es para falsificar el regreso de Jesús. Por favor, vean estos videos...
También me recuerda del sueño que mi primer ayudante, Erik, me envió a finales de 2010, poco antes de morir. En él, vio ángeles buenos y malos en el cielo luchando por la supremacía. Un científico terrenal afirmó durante una entrevista televisiva que sólo necesitaba resolver un problema para completar su máquina holográfica.
El problema con todas estas producciones holográficas artificiales es que usan mucha niebla y bruma como superficie de proyección, como en los videos de arriba con las pirámides o la ciudad en el cielo. Tan pronto como la neblina se disipa, la imagen desaparece. Tales dispositivos de proyección ya existen.
Sin embargo, si lo que ven en los siguientes videos es realmente factible, no habría mucho que impida la falsificación de la segunda venida.
No pude verificar si estos videos mismos son falsos, los comentaristas del primer video afirman que lo es, y para mí, parece demasiado realista como para ser real ya. Sin embargo, podemos estar seguros de que la humanidad pronto podrá crear mundos 3D asombrosamente similares, si este mundo pudiera continuar sin control. Entonces difícilmente podríamos distinguir la realidad de la proyección, y las maquinaciones de Satanás serían ilimitadas. Entonces también podría fingir la segunda venida, pero sabemos que no puede hacer eso, y, por lo tanto, la verdadera segunda venida debe ser pronto:
Además, no se le permitirá a Satanás contrahacer la manera en que vendrá Jesús. El Salvador previno a su pueblo contra este engaño y predijo claramente cómo será su segundo advenimiento. “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales grandes y prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos [...]. Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto está; no salgáis: He aquí en las cámaras; no creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre”. Mateo 24:24-27, 31; 25:31; Apocalipsis 1:7; 1 Tesalonicenses 4:16, 17. No se puede remedar semejante aparición. Todos la conocerán y el mundo entero la presenciará. {CS 609.2}
Todo este conocimiento parece desencantar las proyecciones que Elena de White vio de la cruz sobre la ciudad, la película de Jesús, o la mano que abre las tablas de los Diez Mandamientos y parece despojarlos de su poder. El pueblo de Dios no debería estar demasiado asustado por las apariciones celestiales cuando su Señor viene a ayudarles en su hora más grande de necesidad. Comprenderemos la realidad detrás de estas maravillosas apariciones, y nuestro gozo por el regreso de Jesús no se verá empañado por un temor a las proyecciones.
Pensando un paso más allá, la píldora roja puede ser aún más amarga para algunos. Cuando Jesús venga de nuevo, estaremos parados en el umbral de un mundo, del cual se dice que veremos allí cosas que ningún ojo humano jamás ha visto. ¿Podría ser que Dios quiere señalarnos menos a la técnica detrás de los videos holográficos divinos en el canal “Elena G. White”, y más a algo bastante diferente, algo completamente impensable?
Todos los tamaños y detalles de la Santa Ciudad parecen conducir a una persona del fin del tiempo a entender la función de la Cuidad como el espacio de vida para los redimidos en una gran nave espacial, por un lado, y, por otro lado, como uno o cuatro proyectores de rayos láser de gran tamaño. ¿Qué pasa si estas cosas son sólo símbolos? Después de todo, Elena de White era una profetisa, y las visiones que vio deben ser simbólicas.
Además, descifrar un símbolo en la Biblia puede llevarnos a otro símbolo. Un ejemplo sería la estrella, como una lámpara encendida, que cayó sobre las aguas. Vimos la luna ardiendo con Aldebarán, en la ubicación de la confluencia de los antiguos ríos del Edén. Ese lugar era la ciudad de Jorramchar, pero eso sólo era un símbolo del nombre del misil que Irán exhibió poco después. La luna ardiente es también un símbolo de Israel, que ha estado alimentando la ira de Irán y envenenando sus aguas, especialmente desde que el presidente Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel.
¿Ven lo que quiero decir? Un símbolo lleva a otro símbolo. ¿Cómo podemos saber cuándo hemos llegado a lo real? Sólo cuando Dios mismo indica con Su palabra que hemos alcanzado el nivel más elevado de desciframiento.
“Oh, ¿cómo se supone que sucederá eso?” Probablemente se preguntarán. No se preocupen, también nos lo preguntamos, y todavía no sabíamos que el viaje a través del mundo simbólico de Dios llevaría a un final feliz para aquellos que no tienen miedo de tragar la píldora roja y continuar leyendo. ¡No se rindan ahora!
No podemos evitar considerar que los proyectores de la Santa Ciudad podrían ser una ilustración divina, mostrando que nosotros mismos, y esto incluye todo nuestro universo visible, podrían ser sólo proyecciones. Entonces estaríamos frente a la enorme lente de un proyector inimaginablemente grande, y sólo en el otro lado de la lente comenzaría la realidad de Dios.
A pesar de los esfuerzos inimaginablemente grandes de las últimas décadas, nadie ha tenido éxito en probar la existencia de otra vida en nuestro sistema solar o en cualquier otro sector del universo visible. No nos llegan señales de radio o luz a la tierra aparentemente completamente abandonada. En los últimos años se han descubierto miles de exoplanetas en nuestra galaxia, cientos de ellos deben sustentar la vida y, con toda probabilidad, incluso vida inteligente, pero todos los intentos de contacto han fallado. Todo lo que encontramos es silencio... un vacío infinito... ¿creado por el Dios de amor?
Las superficies rocosas estériles, como nuestra luna u otras en el sistema solar, son más evidencia de muerte que de vida. La atmósfera de Marte se ha disipado, y el agua se ha convertido en hielo bajo su superficie monótona, roja como la de una vieja tetera oxidada. La mayor esperanza de los científicos ahora es encontrar una o dos cepas de bacterias resistentes que no hayan muerto de aburrimiento.
Otros planetas, como Venus, Mercurio, Júpiter o Saturno, están fuera de discusión para el sostenimiento de vida, por lo que tendríamos que morir si quisiéramos visitar formas de vida en alguno de ellos. O nuestro propio sol nos quemaría, o la presión de la gravedad del planeta nos aplastaría como una mosca. Estas no son imágenes bonitas, y las excursiones, como en la que Elena White encontró a Enoc, serían impensables.
El único planeta que parece haber producido vida inteligente y abundante es nuestro planeta azul (todavía azul, hasta ahora), que está a punto de ser completamente destruido por la raza humana. Esta es una imagen que de ninguna manera refleja la pureza del universo de nuestro Creador.
La revelación de la Luz del mundo, Jesús, habla de Él como la Vida misma. Todo lo que hizo deriva su vida de Él, y ciertamente está lejos de Él crear rocas que sólo están allí para algún día aniquilar, como asteroides o meteoros, uno de los pocos planetas que soportan vida. Algo está mal con nuestro “universo”, e incluso algunos de los científicos de hoy lo notan. Se preguntan... ¿Estamos viviendo en un holograma?
De hecho, equipos se han reunido para encontrar evidencia de la aterradora realidad que ya se nos ha confirmado simbólicamente a través de las unidades de proyección de la nave espacial Nueva Jerusalén: todo nuestro universo es sólo una proyección holográfica.
¿Significa eso que cada uno de nosotros es sólo un programa de inteligencia artificial y una gema láser en las superficies de la “Ciudad”? ¿Las casas de plata de los santos, sostenidas por cuatro columnas, no significan nada más que el hecho de que somos procesadores en un enchufe de cuatro puntas en el tablero de una supercomputadora de un Ser Superior, que llamamos “Dios” porque así fue como fuimos programados?
No, no significa eso. Incluso los científicos están de acuerdo en que somos seres pensantes que tienen libre albedrío y realmente existen, pero en un mundo aparentemente tridimensional, aunque esa no es la norma para los universos. Algo en nuestro universo ha sido cambiado de modo que somos “sólo” tridimensionales. El estudio de los científicos revela evidencia sustancial de un universo holográfico, que no es un mundo Matrix.
Cuando encontramos estos indicios divinos, nos dimos cuenta de lo que realmente era el Big Bang, de lo que habla todo el mundo científico. Finalmente, también entendimos lo que Dios realmente quiere expresar al comenzar la historia de la creación diciendo:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. (Génesis 1:1-3)
Mucho antes de la creación del sol, la luna y las estrellas en el cuarto día, había luz: se encendió la gran lámpara del proyector para nuestro universo. Esta luz fue el primer acto de creación que puso todo en movimiento. Después de que la rebelión estalló en el cielo, Dios creó el pozo del abismo como una estación de cuarentena para el pecado.
Con los ojos muy abiertos de asombro, ahora comprendemos aún mejor lo que realmente es el pozo del abismo mencionado en la Biblia. No, no es sólo nuestra tierra, sino todo el universo visible y explorable, que no tiene vida porque es sólo una imagen de una realidad que no podemos (todavía) ver y entrar. No importa si la tierra es plana o esférica; en cualquier caso, sigue siendo una proyección, sólo 2D o 3D.
La reunión de campamento de la conferencia central de Nueva Inglaterra se inauguró el jueves 25 de agosto por la noche. Elena de White se había quedado en el sanatorio para estar presente. La carpa fue montada a una milla del sanatorio y ella habló cinco veces durante la reunión del campamento. Ella tuvo que lidiar con un miembro de iglesia bastante errático que estaba en una cruzada para salvar a los Adventistas del Séptimo Día de la creencia de que el mundo es redondo. Él buscó el apoyo de ella para la teoría de la tierra plana. Su respuesta fue:
Tengo un mensaje para esta gente con respecto a la vida que deben vivir en este mundo para prepararlos para la vida futura que mide con la vida de Dios. No tenemos nada que ver con la pregunta de si este mundo es redondo o plano. Manuscrito 145, 1904. {5BIO 351.2-351.3} [traducido]
Un tercio de los ángeles y su líder satánico fueron desterrados a este pozo del abismo, que es sólo una proyección tridimensional de la realidad del universo celestial de mayor dimensión. Sólo si hemos sido purificados por el poder convertidor de Jesucristo y la aceptación de Su sacrificio, seremos transformados en el último día, descartando lo corruptible y vistiéndonos de lo incorruptible, para cruzar la frontera hacia la verdadera dimensión de nuestro entorno, como fue creada por Dios.
Dejaremos el “agujero negro” en el que vivimos, que nos separa de nuestra verdadera dimensión y destino, y el horizonte de sucesos se abrirá ante nuestros ojos. A medida que viajamos hacia la Nebulosa de Orión, miraremos hacia atrás y veremos el oscuro pozo del abismo que nos mantuvo cautivos hasta que alcanzamos la madurez moral a través del poder de Jesús, para poder vivir y trabajar en un mundo puro. Atrás quedan las personas que amaron el infernal pozo del abismo más que la verdad, muertos pero mantenidos como registros holográficos que revivirán tan pronto como regresemos y se lleve a cabo el gran final. Satanás y sus ángeles caídos saben que deben esperar un milenio para ello en el agujero negro del Hades. ¿También tenemos nosotros que esperar tanto tiempo?
¿Ha revelado Dios más acerca de nuestra dimensión verdadera, y ciertamente aún más elevada? Examinamos esta pregunta durante varias semanas de estudio más intenso y obtuvimos resultados sorprendentes para informar. El universo es muy diferente de lo que imaginamos, y también es bastante diferente de lo que la mayoría de los científicos de hoy presentan.
Cuando comenzamos, como grupo, a mirar detrás de la cortina, primero vimos un vasto territorio inexplorado que era difícil de investigar. Cuando se trata de nuestro universo visible y explorable, existe una tremenda variedad de teorías acerca de su formación y su dimensionalidad.
No queremos presentarles todos los caminos erróneos que investigamos; ahora los estamos guiando directamente a la verdad. Podemos hacer esto porque la Revelación a Juan en Apocalipsis, y lo que Dios nos muestra en Orión, son revelaciones de cómo el universo realmente funciona en su estructura básica.
Realmente no necesitamos hablar sobre la formación de nuestro pozo del abismo, porque ya sabemos que Dios no tuvo problemas para encender el “proyector”, que tardó seis días en completarse. Si es de acuerdo con el reloj de Orión, eso fue solo 8,4 segundos en el tiempo celestial; cada proyector terrenal tiene un tiempo de calentamiento más prolongado que eso.
Si queremos saber más sobre las dimensiones de nuestro universo, sólo hay una teoría científica de cierta importancia: la llamada teoría de supercuerdas, con sus 10 dimensiones. Pueden ver innumerables videos al respecto, pero sólo conserven una cosa: las supercuerdas son los nuevos “átomos”, los bloques de construcción más pequeños del universo. Son líneas vibratorias súper pequeñas, que tienen seis dimensiones que deben abarcar desde la quinta hasta la décima, según los científicos, lo cual es bastante creíble. Al igual que los átomos, no podemos verlos porque son más pequeños que un electrón, pero pueden explicar mucho con ellos. Si una persona no quiere escuchar a Dios, esta teoría, sin embargo, alberga mucha confusión inexplicable. Pronto, sabrán cómo está construido realmente el universo.
En cualquier caso, la cuarta dimensión nos lleva al punto donde nuestra imaginación humana llega a su fin. Cualquier cosa más allá de la tercera dimensión simplemente nos elude, porque no tenemos ni ojos para ver ni piernas para la movilidad en esa dimensión superior. Y lo peor de todo es que no tenemos un cerebro adecuado para procesar dicha información.
Aun así, quiero que sea más fácil para ustedes después de revisar cientos de videos explicativos. No importa lo que haya que aprender sobre las dimensiones superiores, hay algunas cosas básicas en las que todos los científicos están de acuerdo, y que más adelante podremos confirmar también:
Una de las dimensiones superiores es el tiempo. En general, los científicos suponen que el tiempo es la cuarta dimensión. Sin embargo, eso no está del todo bien: Dios domina la dimensión más alta, y Dios es el Tiempo. Estamos de acuerdo con los científicos en que debe haber más de cuatro dimensiones, pero no que el tiempo sea la cuarta, porque sabemos que el tiempo debe ser la superior de todas. Es importante comprender que, si bien vivimos en el espacio con el tiempo, es decir, podemos medir el tiempo y sentir que “transcurre”, no tenemos ni ojos para ver el tiempo, ni “piernas” para movernos en él. Entonces, mientras vivimos en un continuo espacio-tiempo tetradimensional, sólo podemos movernos en el espacio. Cualquiera que se haya caído de una escalera confirmará que incluso la tercera dimensión es problemática para nosotros, porque no tenemos alas, y a esa persona le gustaría retroceder el tiempo para evitar el doloroso paso en falso, pero nadie lo ha hecho todavía. Somos sólo tridimensionales, aunque el tiempo es percibido. También es interesante observar que ningún científico serio negaría que la idea de definir el tiempo como la cuarta dimensión en particular, es puramente una cuestión de definición, y nadie puede saber qué número de dimensión es realmente.
Todas las dimensiones superiores incluyen las inferiores. Este es un punto importante que rápidamente se pasa por alto. Aprenderemos mucho más sobre cómo movernos en las dimensiones superiores, pero habrá una dimensión principal, en la que viviremos y existiremos principalmente, y, alabado sea Dios, no es del todo diferente de nuestra existencia actual.
Todas las dimensiones superiores se pueden construir geométricamente en una hoja de papel duplicando el número de puntos (o esquinas) de la anterior. Un solo punto es la dimensión cero. Dos puntos forman una línea (1a dimensión). Se pueden conectar cuatro puntos para formar un cuadrado (2a dimensión, un plano). Con ocho puntos, obtenemos un cubo (3a dimensión, un volumen). Y luego alcanzamos la primera dimensión que ya no podemos imaginar: sería un cubo duplicado o un cubo en un cubo, también llamado hipercubo.
Para llegar a la siguiente dimensión, debemos imaginar algo que no podemos hacer en las dimensiones que tenemos hasta ahora, pero que debería ser posible en la siguiente dimensión. Por lo tanto, los científicos aceptan con gusto la cuarta dimensión como el tiempo, ya que todos conocemos el tiempo y podemos imaginarnos viajando en el tiempo. Sólo tenemos que tener un medio para movernos en la dimensión del tiempo. El concepto de universos paralelos surge rápidamente, porque si realmente pudiéramos viajar en el tiempo, cualquier cambio que hagamos en el pasado conduciría a un nuevo curso de la historia, y como ya hemos experimentado el futuro, sólo la “creación” de un universo paralelo puede resolver la paradoja amenazante. De hecho, hay incluso 10 dimensiones así que nos volveríamos locos si tuviéramos que imaginar universos paralelos ya en la cuarta dimensión, como enseñan muchos videos “científicos” explicativos. Sin embargo, si seguimos la revelación divina y entendemos que Dios es la dimensión más alta y el Tiempo, entonces no necesitamos incluir estos universos paralelos en nuestros pensamientos, lo que facilitará enormemente el estudio posterior. Pero hay espacios paralelos que no deben confundirse con los universos paralelos, y comienzan con la cuarta dimensión y el hipercubo.
Tal hipercubo de la cuarta dimensión tiene propiedades increíbles. Incluso si dibujamos un cubo tridimensional normal en una hoja de papel (proyectándolo en dos dimensiones), tenemos que distorsionar los bordes del cubo. Sin embargo, nuestro cerebro se da cuenta y “vemos” un cubo. En la realidad tridimensional, todos sus ángulos son de 90° y sus aristas tienen la misma longitud, aunque en la hoja de papel algunos se encuentran en un ángulo de 45° y parecen más cortos. En la proyección de un cubo tridimensional sobre una hoja de papel (dos dimensiones) la información se distorsionó o se perdió por completo, como en el caso del ángulo de 90°.
También podemos hacerlo con un hipercubo. Es una estructura que existe sólo en la cuarta dimensión (no en el tiempo, sino en otra dimensión espacial), y cuya proyección en la tercera dimensión subyacente se ve cómo es. En realidad, debemos entender que lo que vemos aquí es nuevamente solo una proyección de una sombra tridimensional en una hoja de papel, emitida desde esta estructura que realmente existe en cuatro dimensiones, lo que produce pérdidas de información y distorsiones significativas. Estamos representando un cuerpo tetradimensional en dos dimensiones. ¡Eso es difícil!
Una mejor representación, pero lamentablemente aún más confusa, es un hipercubo en movimiento, cuando lo giras y proyecta su sombra en la tercera dimensión desde todos los lados posibles hacia la segunda dimensión. Recuerden, a pesar de la distorsión causada por la proyección, todos los cubos son del mismo tamaño, cada ángulo en la cuarta dimensión es de 90°, cada borde tiene la misma longitud, cada cara tiene la misma área y todos los volúmenes son iguales:
¿Cuántos cubos tiene el hipercubo realmente? ¿Viste cómo salió un cubo del otro y fue “comido” de nuevo? La respuesta puede sorprenderte. No son sólo dos cubos (un cubo en un cubo). Para llegar a la cuarta dimensión, duplicamos todos los puntos del cubo tridimensional, y necesitamos conectar ambos cubos con líneas, y eso crea seis cubos más, lo que hace ocho cubos en total. Si estos se muestran en una representación alternativa, ¡se verá una cruz de cuatro dimensiones! Jesús fue efectivamente crucificado en el pozo del abismo de las cuatro dimensiones terrenales, pero para todo el universo.
Si yo tuviera que entrar en uno de los ocho cubos 3D y tú en otro, los dos estaríamos en un espacio 3D diferente, a pesar de que ese espacio ocupa el mismo lugar en el continuo tetradimensional del espacio. ¿Es eso inconcebible? Sí, eso es exactamente lo que debería ser, de lo contrario no sería una dimensión nueva, completamente diferente.
¿Se han preguntado alguna vez cómo los ángeles pueden aparecer y desaparecer de repente, sin que entendamos realmente de dónde vienen? ¿Cómo puede Elena de White decir que, si tuviéramos ojos para eso, entonces veríamos una gran batalla entre los ángeles que nos rodean? Cómo eso es posible, ya se ha explicado con el ejemplo anterior del hipercubo. Los ángeles están exactamente en el mismo lugar que nosotros, pero en una dimensión superior, justo en otro de los ocho cubos 3D dentro del hipercubo. Ellos, a diferencia de nosotros, tienen “ojos” y órganos para la locomoción en esa dimensión superior, lo que les permite no sólo ver los ocho cubos, sino también moverse de uno a otro. Entonces nos asombramos o asustamos cuando un ángel parece salir de la nada.
Si quisiéramos agregar más dimensiones, eso sería muy simple ahora. Simplemente duplicamos los puntos del teseracto (otro nombre para el hipercubo) y obtenemos un penteracto. Un hipercubo 5D duplicado sería entonces un hipercubo 6D y nos llevaría a la sexta dimensión.
Bien, bien... Lo sé, es difícil de imaginar. Simplemente no lo hagan, no pueden hacerlo más de lo que yo puedo. Simplemente entiendan que nuestro cerebro no puede hacerlo, y sigan mis comentarios de todos modos.
No elegí mostrar ejemplos del teseracto tetradimensional y el hipercubo 6D arbitrariamente, sino porque representan las dimensiones que Dios menciona en Su Palabra. “¿Cómo es eso?”, se preguntarán. ¿No han leído acerca de seres que tienen órganos sensoriales y medios de locomoción para dimensiones superiores? Sí, por supuesto, ¡los ángeles!
Y conocemos dos tipos distintos de ángeles por nombre: querubines y serafines. E incluso sabemos mucho más sobre estos ángeles que solo el nombre de su especie. Los querubines tienen cuatro alas, y los serafines seis. Leamos atentamente:
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. (Apocalipsis 4:8)
Dios nos revela no sólo los medios de locomoción del serafín para un cierto número de dimensiones, sino también que tienen “ojos” para cada dimensión para las que tienen alas: órganos sensoriales que les permiten ver en esa dimensión, entrar en ella, y moverse en ella con la misma seguridad como lo hacemos en una habitación tridimensional, en la que podemos ver obstáculos y objetos. Pueden ver hacia atrás y hacia adelante como nosotros cuando damos la vuelta; tienen percepción y pueden “volar a través” de la dimensión en todas las direcciones.
Ahora Dios nos facilita la respuesta a la pregunta de cuántas dimensiones tiene el mundo donde vive ese serafín. La respuesta es: seis dimensiones, porque tiene seis alas.
Podrían argumentar que también tienen piernas, lo que significaría que es tridimensional y que tendría seis dimensiones adicionales. Eso no está tan mal, porque en realidad hay 10 dimensiones, pero las últimas tres incluirían estados totalmente caóticos en universos paralelos, por lo que Dios limita Su creación a seres con seis dimensiones ordenadas y expresa esto en Su Palabra. Y es por eso que encontramos en las Escrituras que cubren sus ojos tridimensionales (cara) y piernas (pies):
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. (Isaías 6:1-3)
Por otro lado, los querubines solo tienen cuatro alas:
y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. (Ezequiel 1:5 6)
Pero ellos también cubren sus piernas:
Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. (Ezequiel 1:11)
Aunque parecen ocupar la misma posición en el trono que los serafines, los querubines no tienen alas cubriendo sus ojos. Sin embargo, cada uno de ellos tiene cuatro caras y, por lo tanto, cuatro pares de ojos:
Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila. (Ezequiel 1:10)
Por lo tanto, debe quedar claro que se supone que los querubines representan seres de cuatro dimensiones, mientras que el serafín está en su hábitat en seis dimensiones.
Elena de White presenta otro detalle intrigante en el acertijo:
Satanás parece paralizado al contemplar la gloria y majestad de Cristo. El que en otro tiempo fuera uno de los querubines cubridores recuerda de dónde cayó. Él, que fuera serafín resplandeciente, “hijo de la aurora”, ¡cuán cambiado se ve, y cuán degradado! Está excluido para siempre del consejo en que antes se le honraba. Ve ahora a otro que, junto al Padre, vela su gloria. Ha visto la corona colocada sobre la cabeza de Cristo por un ángel de elevada estatura y majestuoso continente, y sabe que la posición exaltada que ocupa este ángel habría podido ser la suya. {CS 649.3}
Si Satanás es una persona, y él es un querubín y un serafín al mismo tiempo, entonces los querubines y serafines deben ser el mismo tipo de ángel, excepto que se manifiestan en diferentes dimensiones: los serafines tienen seis alas según lo visto por los profetas (Juan e Isaías) observándolos en la sexta dimensión, mientras que los querubines tienen cuatro alas, porque Ezequiel los vio en la cuarta dimensión.
Ahora también queda claro por qué la representación normal de los ángeles, cuando aparecen frente a las personas, incluye piernas y sólo un par de alas. Vienen a nosotros en la tercera dimensión (piernas y una cara con un par de ojos), pero en realidad están a un cubo 3D de nosotros en el hipercubo, que está simbolizado por el par de alas. Ahora sabemos la respuesta a la pregunta de Ernie Knoll a Gabriel, sobre si las alas son simbólicas o reales. Yo diría: sí.
Si los ángeles, los habitantes del cielo, son seres de seis dimensiones en su verdadera naturaleza, entonces el verdadero universo debe tener seis dimensiones. Acabamos de ver la estructura de ese universo: era un hipercubo 6D inimaginablemente complejo. Ese será el tema de un mundo en el que viviremos, pero ahora podemos imaginarlo aún menos. Sin embargo, Dios es el Amo del simbolismo, ¡y Jesús es el Gran Maestro!
Los científicos están estudiando las 10 dimensiones en su teoría de supercuerdas (que ciertamente no es completamente errónea) que deben adoptar ya que explican todas las fuerzas naturales y fenómenos como la gravedad, etc. Saltan a una trampa mental al primer intento, porque no saben que Dios es el Tiempo y también que las dimensiones son controladas de manera inteligente y consciente.
Es por eso por lo que llegan a universos paralelos incluso en la cuarta dimensión, y dado que cada dimensión adicional debe construirse sobre la noción de algo inimaginable en las dimensiones anteriores, ellos inventan universos hipotéticos que tienen un origen completamente diferente al nuestro, que existen en otros tiempos y se basan en un conjunto completamente diferente de leyes naturales. Aunque ven que la mayoría de los universos implosionarían o explotarían inmediatamente y que infinitas vidas no serían posibles debido al desorden infinito, no conocen a Dios y, por lo tanto, no Lo incluyen en su razonamiento.
Nosotros, por otro lado, sabemos que Dios se caracteriza por la pureza, el orden y el amor. Los serafines tienen cuatro caras y seis alas, que juntas dan el número diez no por casualidad. Ellos tienen los mandamientos de Dios escritos en sus frentes y en sus corazones, lo cual no sólo hace la vida posible, sino que le da inmortalidad y crecimiento eterno al universo. Un Dios de orden no crea desorden, y por lo tanto podemos eliminar de nuestra noción de la verdadera naturaleza de la existencia, un número infinito de universos paralelos que existen solo en las mentes de científicos como Steven Hawking.
Dios claramente nos muestra en Su Palabra en qué dimensión vive, y a qué dimensión limita la creación que ordenó, para evitar el caos y la muerte:
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. (Apocalipsis 4:5)
Los muchos conjuntos de siete en Apocalipsis dejan en claro qué número considera Dios como el número de perfección y terminación: el siete. La séptima dimensión es el tiempo, y distingue a nuestro Dios, que vive en una dimensión que es y permanece inalcanzable por nosotros, y eso es algo bueno. Sin embargo, cuando la luz de Dios es derramada sobre un hipercubo del tiempo en Su séptima dimensión, proyecta sombras de amor sobre todas Sus criaturas.
Los querubines que aparecieron a Ezequiel tenían ruedas en lugar de piernas. Eran las ruedas dentadas del reloj de Orión que revelaron el corazón de Dios y Su Hijo con Sus heridas como el tiempo. Su nuevo nombre, Alnitak, es el centro del tiempo y el amor abnegado, y los querubines se mueven en la séptima dimensión del tiempo solo al comando del Hijo:
Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. (Ezequiel 1:20)
No hay infinitos universos paralelos con diferentes posibilidades para el curso de la historia, como conjeturan los científicos, porque entonces tendría que haber al menos uno de ellos donde la humanidad no hubiera caído, Jesús nunca hubiera muerto, y un plan de salvación sería innecesario. Estos pensamientos conducen al caos, que no puede existir en el orden divino y, por lo tanto, no existe. Sólo Satanás querría tales universos, porque entonces habría un número infinito en el que ganaría el conflicto de los siglos.
El viaje en el tiempo, por lo tanto, solo es posible bajo el control de Aquel que es el Tiempo, y está reservado solo para los ángeles principales que están directamente a un lado del trono de Dios. Los cuatro seres vivientes, uno de los cuales es el ángel Gabriel, que reemplazó a Lucifer, pueden realizar ese viaje en el tiempo a petición de Dios; nadie más.
Pero ¿cómo nos imaginamos ahora las otras tres dimensiones, para las cuales todos los redimidos reciben “ojos” y “alas”? Para responder a esa pregunta, todo lo que tenemos que hacer es mirar hacia arriba nuevamente, como Jesús nos aconsejó. Si entendemos que nuestro universo es sólo una proyección, es decir, una sombra tridimensional de la realidad de seis dimensiones, entonces deberíamos ser capaces de descubrir cosas en el universo observable que nos expliquen cómo debemos imaginar las otras dimensiones. Dios quiere que aprendamos del libro de la naturaleza, que incluye una consideración de los últimos resultados de la investigación astronómica.
Todos aquellos que miran con asombro a las estrellas anhelan tener ojos como telescopios para poder mirarlas más de cerca, y desean un medio de transporte para llegar a esas estrellas y sistemas planetarios. Al igual que como podemos doblar una hoja de papel para permitir que una criatura de “Planilandia” haga una transición rápida de un borde de la página al otro, el espacio tridimensional debe ser plegable en la siguiente dimensión superior para volar a las estrellas rápidamente y con casi ninguna pérdida de tiempo: distancias astronómicas que sólo podrían atravesarse en años o décadas, limitadas por la velocidad de la luz en nuestro universo proyectado. Si nuestro universo es sólo una proyección, entonces ¡rápidamente queda claro por qué nunca podríamos viajar más rápido que la luz aquí! Piensen al respecto.
Los agujeros de gusano, el hundimiento gravitatorio alrededor de los agujeros negros, el vuelo hiperespacial y muchos otros términos fueron acuñados por la ciencia, la pseudociencia y la ciencia ficción para describir esta velocidad de crucero desafortunadamente imposible. Siempre se trata de plegado espacial en 3D, para pasar de una estrella a otra mucho más rápido que con la velocidad de la luz.
Las estrellas que vemos en el cielo nocturno a simple vista provienen principalmente de nuestra propia galaxia: una enorme variedad de aproximadamente 100 mil millones de estrellas con sus planetas asociados, que por supuesto no podríamos ver sin herramientas de alta tecnología como el telescopio espacial Hubble. Sería un gran paso para un ser humano llegar allí, y la ciencia sabe desde hace tiempo que nuestro universo es realmente plegable. En realidad, esto ocurre donde hay agujeros negros. El plegado espacial requiere energías tan altas, sin embargo, que nunca podríamos lograr el salto a la siguiente dimensión, la cuarta dimensión espacial, a través de medios técnicos. Por lo tanto, el límite de nuestra estación de cuarentena son las tres primeras dimensiones, y, por lo tanto, Satanás no puede viajar en este universo más de lo que nosotros podemos. Cuatro de sus seis alas le fueron sacadas, y él sólo puede esconderse en un cubo tridimensional junto a nosotros en el hipercubo, por lo que no lo descubrimos a él ni a sus maquinaciones.
Esto explica la cuarta dimensión: es la capacidad de viajar de estrella a estrella dentro de nuestra galaxia y visitar otros planetas, como alguna vez se le permitió a Satanás:
Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella. (Job 2:1-2)
Nuestra galaxia espiral barrada en forma de disco tiene un diámetro de aproximadamente 100.000 años luz y un espesor de aproximadamente 12.000 años luz en el medio. Luego viene otro límite, que la mayoría de los autores de ciencia ficción omiten: el salto a una de las galaxias vecinas.
¡Imaginen un espacio vacío que abarca de 2,4 a 2,7 millones de años luz! Esa es la distancia que nos separa de Andrómeda, nuestra galaxia vecina más cercana. A la velocidad de la luz, viajaríamos cerca de 3 millones de años para visitar a los seres en su frontera, mientras que llegaríamos a la estrella más cercana en nuestra galaxia en “sólo” cuatro años y medio.
¿Por qué creó Dios espacios tan grandes y vacíos? No somos los únicos en preguntar eso, los astrónomos también lo hacen. Podemos pensar espiritualmente acerca de una respuesta que un científico negaría, y la respuesta es que, dado que el verdadero universo es un espacio de seis dimensiones, Dios ha creado una imagen tridimensional o reflejo para que podamos entender las diferencias dimensionales. El espacio vacío sirve para mostrarnos los diferentes niveles de opciones de viaje, a través de las distancias.[13]
Eso significa que, si pudiéramos viajar fácilmente dentro de nuestra galaxia de origen utilizando la cuarta dimensión, ¡podríamos alcanzar otras galaxias a través de la quinta dimensión! ¿Puedes imaginar la quinta dimensión mejor ahora?
En realidad, es bastante simple. Digamos que vives en una ciudad, y para llegar a tu lugar de trabajo, tomas un medio de transporte público como el metro o el autobús de la ciudad. Eso sería un viaje dentro de nuestra galaxia. Pero para llegar a otra ciudad, necesitarías algún otro medio de transporte: el tren o un servicio de autobús de larga distancia. Eso refleja viajar a diferentes galaxias, de las cuales hay alrededor de 2 billones en el universo.
Así como hay muchas ciudades en la Tierra, ubicadas en diferentes países, la investigación moderna nos muestra que las galaxias están organizadas en los llamados cúmulos de galaxias (alrededor de 25 mil millones en número) y supercúmulos (alrededor de 10 millones). Eso significa que se necesita el siguiente salto a una dimensión aún mayor, porque más allá de un cúmulo de galaxias viene un vacío aún más infinito. Ahora estamos hablando de distancias inimaginables que están a muchos miles de millones de años luz de distancia. Mientras que un viajero dentro de un cúmulo de galaxias de unos pocos millones de años luz de diámetro todavía logra viajar o retirarse en la quinta dimensión, necesitaría la sexta dimensión para curvar el espacio entre los cúmulos de galaxias y así pasar de uno a otro. Eso sería como el vuelo en avión de un país o continente a otro.
Como los cúmulos de galaxias son las estructuras más grandes conocidas en el universo observable (ver arriba), también hemos llegado al límite de lo que Dios quiere mostrarnos en el libro de la naturaleza. Cualquiera que tenga alas para la sexta dimensión y las previas a esa, puede viajar virtualmente por todo el universo creado. Eso es lo que Dios quiere decirnos con las seis alas de los serafines.
¿Hemos alcanzado un cierto nivel de sabiduría después de ocho años de estudio en el Mensaje de Orión? Entonces ahora deberíamos ser capaces de resolver todos los acertijos, cuyas soluciones requieren “sabiduría” en la palabra de Dios. Hace algún tiempo, intentamos el número de la bestia, que también es un número de hombre, y nos dimos cuenta de que indica la edad de Adán de 66 años y 6 meses cuando cayó en pecado, junto con Eva:
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis. (Apocalipsis 13:18)
Si hay un número para los seres humanos, entonces debe haber un número para los ángeles. ¿Cómo es posible? Después de leer el capítulo anterior, no será difícil responder. Es un número que siempre ha sido representado en la constelación de Orión y la visión de la sala del trono.
Hay cuatro seres vivientes alrededor del trono de Dios, cada uno con seis alas. La última criatura viviente tiene su cara de águila vuelta hacia nosotros, y siempre ha sido identificada como uno de los cuatro seres vivientes que representa el dominio de Jesús como Rey del Cielo. Se sabe que el cielo está poblado por ángeles. ¿Significa eso que hay un sólo seis para los habitantes del cielo?
No, porque el águila, que vuela con sus alas, está en el cuarto lugar en la lista:
El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. (Apocalipsis 4:7)
Si queremos una expresión numérica para el águila, que representa a los seres angelicales mismos, también tendríamos que representar la cuarta posición del ser viviente, y escribir:
6666 = Ángel
Ahora debe quedar claro cuál debe ser el número de la humanidad. El ser viviente con la “cara de hombre” ocupa el tercer lugar en la lista. Por lo tanto, escribimos:
666 = Hombre
Pablo también confirmó esto:
Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, O el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, Le coronaste de gloria y de honra, Y le pusiste sobre las obras de tus manos; (Hebreos 2:5-7)
No es el león, ni el becerro, los que están hechos un poco menor que los ángeles, sino el hombre, que está perfectamente representado por el número de rango anterior.
Nadie entendió el significado más profundo de lo “inferior” en el rango de la creación de “hecho poco menor”. Es la ausencia de las alas de águila lo que nos caracteriza como humanos. Además, estamos hechos de las cosas más pequeñas del mundo—las supercuerdas—que tienen seis dimensiones, por lo que nosotros también estamos representados por uno de los seres vivientes. Estas “alas”, sin embargo, alcanzan hasta la décima dimensión del caos no deseado. Por lo tanto, cada etapa de la creación, desde el depredador, hasta el ganado, hasta el ser humano inteligente, tiene el número seis, ya que todo lo creado consiste de la misma sustancia básica. Sin embargo, vivimos en un universo con espacio tridimensional y no tenemos ojos ni locomoción para la cuarta, quinta y sexta dimensión. Solo los ángeles alcanzan esa etapa de desarrollo, como el orden más elevado de la creación.
¿Qué horror debe envolver a un ángel cuyas alas han sido recortadas, y que involuntariamente cae en el pozo del abismo de la tridimensionalidad? ¡Imagina el odio y la venganza del subyugado y sus compañeros, que se descargan contra aquellos en este planeta que han de tomar sus antiguas posiciones de honor!
La advertencia de Dios a los humanos a través del número de la bestia, 666, es que debemos desarrollar conciencia de que los ángeles caídos han tomado la forma de seres humanos. No todas las personas que conocemos son verdaderamente humanas, muchas son ángeles caídos disfrazados y recuerdan con anhelo sus verdaderos orígenes. Debido a que las personas que fueron creadas como seres humanos no entienden la advertencia por falta de sabiduría, no pueden reconocer a Satanás en su forma humana como el Papa Francisco.
Sin embargo, si las personas carecen de sabiduría, su número ya no es el primer número de rango para el inteligente, sino el del becerro, que es guiado sin discernimiento a la matanza. Por lo tanto, el hombre imprudente se humilla hasta el número del becerro, 66. Satanás se las arregla para hacer del hombre un depredador, para perseguir y matar a otros, solo queda un seis para el material sobrante con el que el desafortunado fue creado. Y eso, también, pronto pasará por el fuego al regreso de su Creador.
¿Quién nos sacará del pozo del abismo al mundo de los alados? Es el Cristo encarnado, con quien podemos incluso ascender un poco más alto que los ángeles, cuando alcancemos el estándar de nuestro verdadero hogar. Que Dios nos dé sabiduría, amor y poder para ser buenos líderes del mundo futuro para el cual somos elegidos con nuestra alta vocación, y para ser dignos del número de rango 6666 (4 × 6 = 24 tronos de hombres), siempre teniendo en nuestra conciencia que debemos todo lo que somos y seremos al Uno, al 777.
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